Otra serie que nos deja. Tengo la sensación de que están terminando mejores series de las que comienzan. He visto buenos pilotos este año, pero no he sumado el número de series suficientes a mi agenda, como para compensar las que nos han abandonado. 2016 es el año de la despedida de Banshee, The Good Wife, Person of Interest, Castle y otras menos conocidas como Haven o Hemlock Grove. Y hace hoy diez días, la mejor serie ambientada en el Londres victoriano se acabó también.

Tras veintisiete episodios repartidos en tres temporadas, nos despedimos de Penny Dreadful. Una serie que se ha colado muchas veces en nuestros rankings semanales y lo ha hecho muy merecidamente, pues la trama no ha perdido un ápice de interés desde el piloto hasta el último día y la serie ha tenido episodios sensacionales ejecutados con una belleza única. Gran parte de la culpa de la brillantez de Penny Dreadful la tiene Eva Green, una actriz que ha logrado dar vida a un personaje tan atormentado, como enigmático y atractivo. Vanessa Ives ha sido el alma de Penny Dreadful, que es, precisamente, un relato de la lucha que se produce en el alma de Vanessa. Penny Dreadful relata la dolorosa lucha entre el bien y el mal, o más concretamente entre Dios y el demonio, una pelea que se produce en el alma de Vanessa Ives. Ella es codiciada por las fuerzas oscuras, personificadas en Drácula, pero se resiste a caer en la oscuridad refugiándose en Dios. Tiene una importante crisis de fe en la segunda temporada y aunque a dos episodios de la series finale, parecía que el Mal había logrado seducirla, finalmente Vanessa se rinde a la generosidad que siempre habitó en ella y preocupada por los demás, se sacrifica y salva el mundo.

La serie, creada por John Logan, se basa en el universo de horrores góticos que se ha ido creando en la cultura popular a partir de las historias de fantasmas anglosajonas que nacen y crece desde el siglo XVIII. De hecho, el nombre de la serie hace referencia directa a las Penny Dreadfuls, que eran un género de novelas cortas, sangrientas y terroríficas de lectura fácil y consumo rápido. Es una serie de tonalidades grisáceas y ocres, de temática sobrenatural, atmósfera sobrecogedora y tóxica, que en todo momento se ha recreado en si misma y en esta idea de típico y reconocible terror victoriano, salvo las desgraciadas escenas de América (sin duda lo peor de la serie), todo lo demás ha sido exageradamente oscuro y elegante. Y con unos personajes maravillosos.

No sólo Vanessa Ives ha sido un gran personaje, ella es lo mejor de Penny Dreadful, creo que todos los espectadores estaremos de acuerdo en esto. John Logan creó este personaje y se lo dejó a Eva Green para que lo convirtiera en inmortal y juntos han hecho un trabajo impecable. Pero no sólo Eva es excelente, Sir Malcon, Ethan, Victor, Lily y especialmente John Clare también han hecho unas interpretaciones prodigiosas y son personajes que quedaran mucho tiempo en el recuerdo. En la serie hemos visto a muchas figuras emblemáticas de la literatura de finales del siglo XIX: el doctor Victor Frankenstein y su criatura; Dorian Gray y su cuadro; el doctor Jekill o Lord Hyde; el siempre presente hombre lobo; Drácula y Reinfeld e incluso tuvimos una mención a Van Helsing. Aunque todos los personajes merecerían su propia despedida, siento un cariño particularmente grande por John Clare, la criatura del doctor Frankenstein, que aprende a leer con libros de poesía y que ansía el amor por encima de cualquier otra cosa. Con la vida de este personaje hemos explorado un mundo mucho más sórdido que el mundo de vampiros y brujas de Vanessa, porque en la realidad de la criatura los villanos son los demás hombres y mujeres que lo utilizan, que lo maltratan en una época donde los desfavorecidos no tenían ninguna forma de vivir con dignidad. La historia de la tercera temporada, en la que la criatura encuentra a su familia sólo para no poder ayudarlos es muy conmovedora. Algo parecido ocurre con la otra obra de Frankenstein, Lilly, la exprostituta Brona, que también nos acerca a ese mundo donde las mujeres pobres y madres solteras se veían obligadas a entrar en una terrible espiral de destrucción, prostitución, enfermedad y muerte. Sus conatos revolucionarios, sus intentos de ayudar a otras mujeres a escapar de la marginalidad es precioso. También lo es el hecho de que no pueda conseguirlo. No en el mundo en el que vive.

Es curioso como todo empezó con la hija de Sir Malcom y que ésta no haya sido más que una marioneta en este teatro, un peón a manos de Drácula. Todo giraba en torno a Vanessa desde el primer momento, una mujer que ha pasado tres temporadas peleando por no rendirse y que finalmente, cuando sucumbió a la derrota, prefirió morir a manos de quien amaba a ser feliz en un mundo donde la felicidad sólo le perteneciera a ella.