Despedida a The Good Wife, End.
Nos despedimos de una de las mejores series de los últimos años. The Good Wife, con su narrativa enormemente compleja ha sido capaz de emocionarnos, de hacernos llorar, de divertirnos y hacernos reír a través de toques de humor, a la vez que se adentraba en los rincones más oscuros y retorcidos del ser humano. Siete años de episodios que hacen al espectador posicionarse a favor del delincuente y episodios que nos hacen odiar al inocente; momentos en los que la justicia queda totalmente pisoteada en nombre de la verdad y momentos en los que la verdad se oculta para que nuestros protagonistas manipulen la justicia. Episodios en las que los buenos pierden las batallas y episodios en los que los malos ganan la guerra. The Good Wife se ha pasado siete años jugando con las emociones de los espectadores y ha terminado dándonos un final que no podría ser menos emocionante. Aún así, yo no lo tacharía directamente como un mal final, creo que ha sido la evolución racional de los acontecimientos, la propia lógica de la serie la que se ha impuesto y el final, aunque no haya sido catártico ni potente, ha sido lógico y coherente.
The Good Wife es una serie network atípica, aunque tampoco sería la típica serie de cable… si es que hay algo que se pueda englobar en alguno de esos dos grupos actualmente.
En todo caso, es una serie dramática, con grandes personajes y cuyo eje central siempre ha sido el desarrollo y evolución de estos, fundamentalmente de su protagonista Alicia Florrick, que se ha ido convirtiendo en una persona completamente diferente en estos siete años. También es una serie con su caso semanal, si bien a años luz de la procedimental típica, es susceptible de ser disfrutada viendo exclusivamente episodios aislados. Aunque cada semana, el caso no sólo servía como historia episódica, sino que también aportaba sustancia a la trama más general, al crecimiento de los personajes o se aproximaban a diversos temas que invitaban al público a reflexionar sobre asuntos de actualidad e incluso la serie ha ido bebiendo de estos, como con las semejanzas con el caso Snowden, las grandes plataformas digitales que rozan el oligopolio, los conflictos raciales, la corrupción política, los escándalos de infidelidades, los nuevos conceptos de familia etc… Sin dejar de lado las cuestiones eternas como la religión, el amor, la familia, quienes somos y a dónde vamos. Una serie que ha abarcado todo o casi todo, a través de la vida de una persona.
Usando a Alicia como carril, hemos recorrido los aspectos más sombríos de la ambición profesional y la corrupción y la forma en la que ambos aspectos afectan a la convivencia familiar, a la amistad y al amor. Y finalmente, santa Alicia quedó consumida por el oscuro mundo que la rodeaba y se ha convertido en una de las peores versiones de si misma. Al final, Alicia ya no es la víctima. Ahora los demás se han convertido en sus víctimas, ha perdido el respeto a la familia como institución y la lealtad a Diane, en el momento en que instó a Lucca a humillar a Kurt en el tribunal. Ha abandonado el equipo que formaba con Peter y le suelta la mano dejándole plantado en plena rueda de prensa. Ha utilizado a Jason, no siendo clara con él respecto a sus sentimientos y obligándole a permanecer a la espera de que ella se aclarase. Termina atada a un sueño imposible con Will, a una historia de amor cuya fuerza radica en que no sucedió y no podrá suceder. Termina sin amigos, sin matrimonio, sin relación sentimental, quizás sin trabajo y probablemente sin amigos… pues lo más parecido a una amiga que tuvo Alicia fue Kalinda y esa trama acabó como acabó.
Así que tenemos un final sin final, no hay desenlace, no hay redención, revelación ni catarsis. La vida sigue para todos. No sé si el juicio a Peter era sólo un mcguffin o tenía interés en si mismo, porque a mí nunca ha terminado de importarme si el gobernador terminaba o no en prisión, pero lo importante es que su carrera política ha terminado y que Eli ya le ha dado por perdido y busca activamente financiación para la campaña de Alicia. Lo que refuerza la idea de que la buena esposa que da nombre a la serie ya ha desaparecido, Alicia ya no es quien apoya la campaña de otro.
El paralelismo del final de la serie con el principio de la misma es claro: en ambos casos vemos a la misma pareja caminar de la mano hacía los flashes de los periodistas, en ambos casos la cámara hace un primer plano de esas manos entrelazadas y de los anillos. En el piloto Alicia no soltó a su marido y se alejó de él, aunque quizás querría hacerlo en su fuero interno, en la series finale se separa de él… le suelta la mano a su marido y se marcha tras el fantasma de Will… creyendo que es Jason o al fantasma de Jason creyendo que puede sustituir a Will, pero termina dándose por vencida al descubrir que sigue a una sombra. Después Diane Lockhart aparece para darle una bofetada muy merecida, que nos recuerda al momento del episodio piloto en el que Alicia abofeteó a Peter. Quizás Alicia es la nueva Peter… es bonito ver a Alicia rehacerse tras la bofetada, estirar su vestido y continuar tan altiva y segura como siempre, nos recuerda todo lo que este personaje ha ganado en seguridad, pero a la vez es triste, porque no gana el amor, no gana al amistad, no gana la justicia…
Una de las cosas más potentes de esta serie es la profundidad y el trabajo que hay detrás de la larga lista de personajes secundarios, esporádicos, guest stars o incluso red shirts que han ido apareciendo en estos siete años. Todos con alma, todos personajes completos y así, usando a uno de ellos como símbolo y como deferencia a la juez Patrice Lessner, terminaré con la siguiente conclusión: The Good Wife hasta la quinta temporada fue una serie sobresaliente, después un poco menos brillante cada vez y durante la séptima ha sido irregular y ha tenido una resolución correcta, aunque altamente mejorable que deja a la mitad de los espectadores esperando algo más. In My Opinion.