Reflexiones sobre una huelga; mejor dicho, sobre dos
La vida suele generar curiosidades como la que os voy a contar. Hoy quiero comentar acerca de la huelga de guionistas, y sobre la de actores. La primera de ellas cumple hoy 100 días; la casualidad, curiosidad, o coincidencia, como queráis llamarlo, es que hoy, 9 de agosto de 2023, se cumplen tres años desde que tenemos canal en Twitch. Nada estaba hecho a propósito, pero ha salido todo así. Al margen de animaros a que os paséis por nuestro canal, y que nos sigáis en el resto de redes (tenemos sorteos abiertos en Instagram y Twitter para celebrar la efeméride; la nuestra, no la de la huelga), entremos de lleno al tema de este artículo, y lo que opino al respecto.
Si tenéis cierta edad, o habéis formado parte de la conversación seriéfila de alguna forma desde hace un tiempo, sabréis que, en 2007-2008, tuvo lugar una huelga de guionistas, que paralizó las producciones estadounidenses, y, en el ámbito televisivo, fue un factor determinante para muchas series, que vieron reducidos sus encargos de episodios por temporadas, algunas fueron canceladas, y en otras se tomaron decisiones que cambiaron su curso, y no fueron malas precisamente.
Hay una que todo el mundo señala como una de las grandes perjudicadas, o la que más: Heroes. Tras una primera entrega fantástica, que enganchó a mucha gente, y abrió la veda a que pudiéramos tener ficciones diferentes de gente con poderes en la pequeña pantalla, la segunda fue un descalabro. De veintitrés capítulos que tuvo su entrega debut, pasó a once en la siguiente. El nivel de todas las tramas se vino abajo como un castillo de naipes, y Heroes jamás volvió a su nivel, aunque tuviera picos o tramas que recordaran a su mejor época. Si queréis saber más de lo que opinamos de ella, le dedicamos un programa hace un tiempo en el canal.
No todo fueron noticias negativas derivadas de aquella huelga. En 2007, Breaking Bad estaba concluyendo su rodaje cuando se convocó el parón de guionistas. Inicialmente, la primera entrega iba a constar de nueve episodios, pero se recortaron a siete. En el plan original, el personaje de Hank Schrader iba a morir en el capítulo nueve; y no solo él: también Jesse Pinkman. No obstante, Vince Gilligan, creador de la serie, tras ver actuar a Aaron Paul, cambió de opinión, y el resto, como se dice, es historia, para ambos personajes. También tenemos programa de Breaking Bad en nuestro canal, por si os lo perdisteis.
Como he dicho en mi párrafo de apertura, la huelga actual lleva en marcha 100 días. ¿Sabéis cuánto duró entonces? 99. ¿Sabéis cuánto tardaron los estudios en conversar con los trabajadores en la primera huelga? 21 días desde su convocatoria. ¿Sabéis cuántas reuniones, a fecha de hoy, han mantenido estudios y guionistas? 0.
Por si esto no fuera suficiente, tenemos la de actores, que alcanza los 27 días; casi un mes desde que se unieron a los guionistas, y paralizaron todavía más Hollywood. Y muy bien que hicieron. Los directores llegaron a un acuerdo, que, según los expertos, es de mínimos y precario (vamos, que no han salido ganando demasiado), pero, sin actores ni guionistas, los directores poco pueden hacer solos.
Lo fundamental es que obtengan las demandas que están reclamando los dos sectores en huelga. Sinceramente, que se pare todo el tiempo que sea necesario, para que se vean satisfechas las condiciones que establecen guionistas y actores, que coinciden, entre otros, en un punto que está de moda últimamente: la inteligencia artificial.
Para los intérpretes, ver un episodio como el de Joan is Awful en la última temporada de Black Mirror (de la que debatimos recientemente), es para echarse a temblar. La serie de Charlie Brooker siempre se ha caracterizado por ofrecernos una realidad alternativa con una presencia clave de la tecnología en nuestras vidas, y es curioso el timing del episodio con las huelgas, porque, creo que sin pretenderlo él, ni Netflix (una de las que ha provocado todo esto), han avivado todavía más la llama, y ese capítulo es el ejemplo perfecto de qué pasaría si comenzara a normalizarse el empleo de esta tecnología, en lugar de apostar por el talento interpretativo, presente y futuro, además de explorar otras connotaciones incluidas en ese relato.
¿Sabéis qué han hecho Netflix y Disney mientras sus trabajadores estaban en huelga? Buscar expertos en IA para contratarlos.
Disney, otra que tal. No solo no se han forrado durante la última década con todo el contenido producido por Marvel Studios, sino que buscan ahorrarse unos cuantos dólares, y en vez de pagar a profesionales del diseño gráfico, efectos especiales, dibujantes, o quienes se encarguen de eso, hacen el opening de su última serie, Secret Invasion, mediante IA. Conozco y he conocido a lo largo de mi vida a suficientes personas con enorme talento a la hora de diseñar, dibujar, crear y con una inventiva extraordinaria, como para que me sienta ofendido por el uso rastrero de esta tecnología; sobre todo, tratándose de Marvel Studios, que por muy “mal” que lo estén pasando con sus fases actuales, dudo seriamente que no se puedan permitir contratar a gente especializada en este tipo de tareas. Por cierto, también pusimos a parir debatimos sobre esta serie, hace tan solo unos días.
Curiosamente, los trabajadores de efectos especiales de este estudio han votado a favor de sindicalizarse, debido a la sobreexplotación que sufren, y a las míseras condiciones retributivas a las que están sujetos. Hablando en plata: son poco más que esclavos.
Creo que quienes seguimos series, o vemos películas, o las dos cosas, queremos que estas huelgas acaben; pero, por mi parte, no quiero que lo hagan de cualquier manera. Por encima de todo, están las trabajadoras y trabajadores que están viendo que su medio de vida está en peligro, por múltiples causas, y los estudios parecen estar en la cima de su rascacielos, observando como hormigas por el pavimento a las personas que están en los piquetes, manifestaciones, o intentando establecer unos mínimos para empezar a negociar. Mientras no se ganen los derechos que merecen, que no terminen las huelgas.
¿Qué va a suponer esto? No voy a entrar a considerar las consecuencias macroeconómicas ni financieras a escala global, sino que me voy a centrar en la gente de a pie, consumidores de contenido como tú y como yo, o gente como nosotros, en Casa Spammer, que habla de estas ficciones.
La primera está clara: va a llegar un punto que, si se siguen manteniendo las huelgas, va a haber muy pocas series estadounidenses que se emitan, al igual que películas. Puede que algunas de las marcas más importantes tengan remanentes de sobra para sacar adelante lo que queda de año, pero, como decía el bueno de Ned Stark, “se acerca el invierno”, y el de 2024 pinta bastante frío y lóbrego si no se acaban en el corto plazo los parones.
Hay algunas que han salvado la papeleta cerrando sus rodajes justo cuando se iba a iniciar la de guionistas, o al poco de empezar la misma, porque la de actores no estaba convocada. Por ejemplo, The Rings of Power (de la que también hubo programa) concluyó lo que le faltaba por grabar de su segunda entrega, pero sin que sus responsables principales, afiliados al sindicato de guionistas, estuvieran presentes en el set (tampoco es que hubiera antes nadie al volante, pero bueno, eso es otro tema).
Otras viven en un limbo raro, porque siguen rodándose, porque los guiones estaban finalizados, y los actores no pertenecen al gremio estadounidense, y pueden trabajar al no verse sujetos a las condiciones de la huelga americana; así está House of the Dragon (de esta, bueno, hay casi más horas de contenido que la propia temporada tuvo: programa propio, directo con invitados, análisis previo, vídeo de la City of Dragons y del pase de emisión del episodio final de temporada).
Actualmente, está rodándose la segunda temporada también, y aquí pueden entrar cuestiones de solidaridad con sus compañeros al otro lado del charco, y también de hasta qué punto HBO, o Discovery Max, o como se llame ahora el conglomerado, con sede en Estados Unidos, donde residen y trabajan la mayor parte de sus empleados que están de huelga, sigue adelante con producciones propias aunque estén en suelo extranjero, puede hacer esto, tanto a nivel ético como legal. Viendo el panorama, creo que el factor clave es que Warner está desangrándose por múltiples frentes, y la saga adaptada de Martin está siendo un bote salvavidas, y se pasan por el arco del triunfo todo esto que os acabo de exponer; encima, beneficiándose de que su elenco no cuenta con profesionales estadounidenses en el reparto. Y así nos va.
Por lo tanto, habrá cosas que lleguen en 2024, pero, repito, si se siguen extendiendo en el tiempo las huelgas, habrá menos contenido. ¿Es algo negativo? Claro, pero, y en un esfuerzo por ver el vaso medio lleno, también podemos extraer algo positivo.
La burbuja en la que vivíamos instalados (como la inmobiliaria española de hace años) de miles de series al año, y no sé cuántas películas, era insostenible como se ha acabado viendo. Es inabarcable la cantidad de ficciones que se lanzan, y muchas personas no alcanzan a mantener un ritmo medianamente constante, porque hay otras cosas en la vida más allá de ver series. Así que, con estos parones, a muchos nos puede servir para ponernos al día de algunas que habíamos dejado en el cajón de pendientes, o apostar por otras que nos llamaban la atención, pero que no habíamos sacado el tiempo para verlas, o porque priorizábamos otras, por los motivos que fueran.
También es una gran ocasión para expandir horizontes y explorar producciones ajenas a Estados Unidos. Por ejemplo, en nuestro país se llevan haciendo series de alta calidad desde hace tiempo, y destaco sobre todo los últimos años, con la llegada de todos estos estudios que han provocado las huelgas. Animes japoneses los hay a patadas, y, actualmente, tenemos ejemplos de ficciones que, por calidad de historia, personajes y puesta en escena, no tienen absolutamente nada que envidiar a productos de acción real occidentales. Por citar algunos ejemplos: Shingeki no Kyojin, Jujutsu Kaisen, Vinland Saga, Spy x Family, Chainsaw Man… (de todos tenemos programa, o programas).
Otro punto: yo os aconsejo no encariñarse con esos proyectos que han sido anunciados previamente a las huelgas, y que no han dado pasos como iniciar sus rodajes, cerrar sus elencos, o que tuvieran avanzados sus procesos de producción. Habrá muchos de estos futuribles planes que se verán truncados con estos parones, hasta el punto de ser redefinidos, rediseñados, o cancelados directamente. También aquellas series que se han emitido a lo largo de este año, y que, a día de hoy, no tienen anunciada su renovación, están en una tesitura alarmante, porque su destino está en el filo de la navaja. Muchas serán canceladas por estas huelgas, así que rezad por que vuestra/s favorita/s sobreviva/n.
¿Esto es malo? De nuevo, no necesariamente. Vuelvo al gran estudio, Disney. Con Marvel y Star Wars, y la cantidad de series y películas anunciadas para estas franquicias, creo que es una magnífica oportunidad para que reestructuren sus planes, y se carguen cosas, directamente. Hay un montón de anuncios que a muchos espectadores nos dan lo mismo, y que dan la sensación de alimentar un fondo de armario innecesario, que lo que parece que conseguirán es bajar la calidad de la media de las sagas, y que el público se canse. Ya hay fatiga, y ejemplos recientes como la citada Secret Invasion han aunado las dos vertientes: el descenso de calidad en las historias, y el hartazgo de la audiencia.
Podemos instalarnos en el “todo mal”, porque no ha vuelto vuestra serie favorita, y culpar a todas las partes. O podemos ver lo bueno, y aceptar que esto iba a estallar por algún lado, más pronto que tarde, y esperar a que se resuelva favorablemente para los huelguistas, y cambien las condiciones laborales, y nos lleve a una época nueva, que si, además, supone el freno a la producción masiva e indiscriminada de productos innecesarios, o se cambia la forma de consumir y diseñar la estrategia televisiva, pues creo que es algo muy positivo a tener en cuenta.
100 días después, las cosas pintan mal. No quiero hacer pronósticos, porque se me dan fatal, pero si esto sigue otros 100 más, nos vamos casi a 2024, y si para entonces, esto continúa así, no es ya que el primer tramo del año que viene pinte feo, sino que puede acabar siendo todo el año un erial. Y eso no es bueno para nadie. Esperemos que se resuelva todo mucho antes, y podamos recuperar una cierta normalidad, pero sin renunciar a que los trabajadores, tanto guionistas como intérpretes, logren mejorar sus condiciones laborales, porque, al fin y al cabo, no tendríamos series y películas que ver y comentar sin ellos, no lo olvidemos.