Review The Rings of Power: Partings
Llegamos al quinto episodio, un capítulo en que yo tenía fe de que se empezaran a juntar algunas de las distintas subtramas; qué iluso era. En mi cabeza no estaba que nos íbamos a terminar encontrando un episodio de transición puro y duro. No me malinterpreten, lo considero mejor capítulo que el de la semana pasada, pero creo que la serie está dedicando más tiempo del que necesitaba para colocar las fichas en el tablero.
Empecemos por la parte que aglutina el grueso del episodio, que es la de Númenor. La semana pasada vimos cómo la Reina Regente decidió unir fuerzas con Galadriel en su idea de ir a la Tierra Media a combatir a los orcos de las tierras de sur; sin embargo, el cambio de parecer de la monarca no ha sido tan bien recibido por parte del pueblo de Númenor, quienes se dividen en los que están a favor de ir a la guerra ya sea por honor o por futuras ganancias, y quienes opinan que allí no se les ha perdido nada y que es absurdo enviar a soldados a morir al otro lado del mar por un conflicto que en principio ni les va ni les viene.
Esta división, junto al intento de sabotaje de la flota por parte de un joven de Númenor, pone en peligro el plan de Galadriel de enviar tropas a la Tierra Media, pues queda claro desde un principio que por mucho que cuenten con el beneplácito de Míriel esta no se va a arriesgar a ganarse la antipatía de sus súbditos. Con este panorama, la labor de convencer a Míriel de movilizar a la flota cae en manos de Halbrand, quien como se nos ha mostrado en el pasado no está muy por la labor de volver a un lugar del cual huyó, dejando entrever que en el pasado hizo algo para poder escapar de lo que no se siente muy orgulloso.
De forma paralela a todo esto, también el episodio profundiza en Isildur, quien sigue buscando la manera de formar parte de la expedición (cosa que termina consiguiendo) y en que nos van mostrando un poco más su personalidad y los lazos que tiene con los diferentes personajes que hemos podido ver en la isla.
Dejemos Númenor un poco de lado y crucemos a la Tierra Media, al presumible destino de esta flota: las tierras del sur. Aquí vemos cómo al igual que en la isla hay división dentro de los humanos, con una parte queriendo defenderse de los orcos y otra buscando salvarse con la promesa de Adar de que los perdonará si los jura lealtad. Dentro de este último bando encontramos como cabecilla a Waldreg, el anciano dueño de la empuñadura que encontró Theo y que convence a la mitad de las personas de que vayan con él para jurar lealtad a quien cree que es Sauron. Aquí añadir que el recibimiento no es el esperado (dándose a entender de que obliga a Waldreg a matar al joven Rowan al final) y que algo hace indicar que Adar no se toma muy bien la mención de Sauron.
Sin embargo, aunque buena parte de los supervivientes hayan abandonado el fuerte, quienes se han quedado están con nulas esperanzas de sobrevivir, sobre todo tras el duro palo que ha sido el cisma entre los supervivientes de la aldea. Hemos visto como se siguen acercando un poco más Theo y Arondir, hasta el punto de enseñarle la empuñadura y contarle lo sucedido cuando fue al poblado, llegando a descifrar el elfo que esa espada rota posiblemente sea la llave que busca Adar para convertirse en un Dios y llevar a cabo su utopía.
Posiblemente después de toda la parte de Númenor, la más importante dentro del episodio ha sido sin ninguna duda la de Elrond y Durin, quienes han llegado ya a Lindon y entramos en una fase de revelaciones, ya que como intuía el rey de los enanos, había intenciones ocultas en la llegada de Elrond y el objetivo real era utilizar al ingenuo elfo para confirmar que los enanos habían encontrado el Mithril, mineral que podría salvar a unos elfos cuyos días están contando. Debo decir que aquí me ha sorprendido Elrond, que incluso bajo la amenaza que tiene su raza ha optado en todo momento el mantener la promesa que le hizo a Durin de no revelar el secreto del Mithril y dejando en manos de Durin la decisión.
En términos generales estoy bastante contento en como están llevando el tema de Elrond y Durin, este dúo hasta el momento me está pareciendo de los mayores aciertos de la serie. Ni qué decir tiene que la escena en la que narran en esta parte el mito del Balrog de Morgoth y el último Silmaril es espectacular a nivel visual, hasta el punto que me parece surrealista que la propia Amazon no la haya soltado en alguna red social para usarla de fondo de pantalla.
Y es el momento de ir a la que posiblemente esté siendo la subtrama más floja de toda la serie, que es la de los pelosos. La última vez que supimos de ellos es que iban a la cola de la caravana pero que iban a contar con la ayuda del hombre meteorito … y básicamente esto es lo que muestran, poniendo el énfasis sobre todo en una escena en la que les protege de unas bestias con su poder, poder con el cual más adelante daña a Nori haciendo que a partir de ahora la pelosa empiece a recelar de él.
Antes de cerrar, volvamos a Númenor, donde se había quedado en el aire que haría Halbrand. Para sorpresa de nadie, cambia de idea y convence a Míriel de seguir adelante con el plan, dejándonos una escena final en la que vemos cómo los barcos de Númenor parten en dirección a la Tierra Media.
Me imagino que ya en el próximo episodio veremos la llegada de las tropas de Númenor a la Tierra Media, lo que queda saber es si lo harán antes o después de que Adar intente tomar el bastión humano.