Slow Horses, los espías marginados
No es la primera ni será la última vez que comente en este blog series de Apple TV Plus. Estoy agradecido por cómo nos han tratado desde el primer momento para poder acceder a los lanzamientos de la plataforma, por lo que resulta sencillo poder analizar los diferentes estrenos, sobre todo si lo comparo con otros medios que, directamente, nos han ignorado en este aspecto, pero eso no atañe hoy. Lo que importa es que vuelvo a traeros mi análisis de otra producción de Apple, pero, como ha sucedido en otros casos, no la pondría como la mejor del año, ni de su plataforma: Slow Horses.
NOTA: el artículo trata sobre la primera entrega de la serie, a la que hemos podido acceder gracias a Apple TV Plus España. NO contiene spoilers.
Así como Pachinko acabó siendo una grata sorpresa, sin yo saber demasiado de qué iba, con Slow Horses me ha pasado un poco lo que me pasó con Suspicion, que quizá tenía ciertas expectativas por la temática o por algunos miembros de su reparto, y luego han acabado siendo buenos productos sin más; aunque la serie de hoy me ha parecido mejor que Suspicion.
Slow Horses nos presenta a un grupo de espías dentro de la organización de inteligencia principal del Reino Unido, el MI-5, que son, básicamente, un reducto de marginados y que son considerados por sus compañeros dentro del servicio como el último mono. De hecho, su cuartel de operaciones es un piso de mala muerte, dejado en muchos sentidos, y con un jefe como Jackson Lamb, interpretado por Gary Oldman, que vive por y para procrastinar. No tiene ningún tipo de decoro en su imagen, bebe y fuma como un cosaco, y si no nos lo hubieran presentado como el jefe del grupo, podríamos decir que es básicamente un mendigo, porque transmite eso en todo momento.
Aunque el actor británico sea, como pasaba en Suspicion con Uma Thurman, el reclamo principal de la ficción de cara al espectador medio que no sepa qué serie empezar, el protagonista es Jack Lowden, que da vida a River Cartwright, un prometedor agente que tras un error en una operación de prueba, lo exilian al grupo Slow Horses, bajo el mandato del personaje de Oldman.
Aquí, al contrario que en Suspicion, cuyo foco estaba puesto en los sospechosos y sus personajes, sin ser el elenco más carismático del mundo, pero cumplían, el resto de agentes que forman parte de esta sección marginada del MI-5 me resultan bastante vacíos. Gary Oldman lo borda como un agente pasado de rosca y harto de todo, abocado a la desidia como motor de vida, y su caracterización te lo transmite más todavía. Sin embargo, del resto de compañeros de River (sin ser él tampoco el mejor protagonista que he visto en mi vida), puedo contar con los dedos de una mano (y me sobran) los que me llamaron la atención. Algo que he comentado muchas veces es que las series grandes se distinguen del resto, entre otras cosas, por contar con un elenco potente, nutrido de buenos secundarios; aquí Slow Horses peca de eso, y quizá sea una de sus principales pegas, porque la trama es, cuanto menos, amena.
Por seguir por esta línea y remarcar lo positivo, su formato aúna la extensión habitual británica de seis capítulos por temporada, con una duración variable de cada uno de ellos, ninguno superando la hora y la mayoría rondando los cuarenta-cincuenta minutos. Unido a una premisa bastante entretenida, Slow Horses no se hace para nada pesada, y ese humor ácido/negro que caracteriza el producto le sienta de maravilla y la complementa muy bien. No esperéis un conflicto de espionaje al nivel de Homeland o The Americans, eso sí; sin llegar a ser una comedia, el tono es bastante más ligero que cualquier drama medianamente importante del género, sin que llegue a sentarle mal o a que quede como una parodia de los tropos clásicos.
No obstante, ante un catálogo con producciones cada vez más destacadas, y algunas de ellas siendo de los productos más recomendables de su año correspondiente, Slow Horses para mí se va a quedar como una ficción entretenida sin más, con sus virtudes y sus defectos, pero que cumple la función de entretener sin muchas más pretensiones. Ojo, esto no es algo negativo: mirad por ejemplo Reacher, que ha arrasado en visionados en Prime Video, y su trama se puede escribir en una servilleta. El caso está, y eso es debate para otro día, en que en un mercado cada vez más competitivo y más amplio en todos los sentidos, ¿qué hueco tienen aquellas producciones que “solo” entretienen? Probablemente recomendaría antes otras de Apple TV Plus, pero Slow Horses no es una mala serie, y si os gusta el género de espías, podéis pasar un buen rato con ella. Llega este viernes a Apple TV Plus con doble episodio, y tendremos uno cada semana hasta su final el día 29.