Crítica: Blue Mountain State: The Rise of Thadland
Algunos casi ni nos creíamos la existencia del propio proyecto, fue con la salida del propio trailer cuando dijimos “Coño, es verdad, estaban haciendo una película de Blue Mountain State”. Y sí, desde hace un mes se puede conseguir la película que pone punto y final a la gamberra serie de Skype.
Por si alguien no la conocía, Blue Mountain State es una serie que usando un humor más propio de “American Pie”, se arropaba en una retahíla de personajes cada cual más absurdo para narrarnos las aventuras de un equipo de fútbol americano de una universidad.
La película nos lleva un tiempo después del final de la serie, en la que Alex Moran deberá recurrir a un futuro profesional Thad Castle para salvar la Goat House en una subasta a cambio de construir un parque de atracciones en honor de tan pintoresco personaje.
Sinceramente es dificil calificar esta película, al igual que la serie su único propósito es hacer pasar un buen rato a aquellos a los que les guste su estilo de humor y tocar la fibra nostálgica de quienes echen de menos la serie de televisión. Su hora y media de duración es un paso constante de gags y personajes clásicos de las tres temporadas previas.
Puedo decir que como episodio no habría estado ni entre los mejores, incluso le habría puesto bastantes pegas. Pero contexto del propio producto y el ir de menos a más compensan cualquier posible decepción con el film tocando la pervertida patata de los fans en una despedida emotiva y necesaria para “Blue Mountain State”.