Review Titans: Prodigal
Venga, que ya queda menos. La semana concluye la tercera temporada de Titans, que no ha tenido una mejoría considerable con respecto a su predecesora, hasta el punto que no sé si es hasta peor, pero bueno, como diría Koeman, es lo que hay. Vamos con el duodécimo episodio.
Una de las tramas que menos me han convencido, y he reiterado prácticamente durante todas las semanas de emisión de la actual entrega, es todo el drama familiar de Kory y Blackfire, unido poco después al apartado sentimental entre esta última y Conner. Mientras veía el desarrollo de los acontecimientos del capítulo centrados en ellos, solo podía pensar en que se iban a marcar un Poochie, y la hermana de Kory iba a resultar tan útil como el perro que habla en Los Simpson. Su presencia este año ha derivado en que una de las protagonistas originales de la serie descubra la verdad sobre su familia, y recupere los poderes que siempre debería haber tenido. No obstante, el melodrama me ha resultado cargante, y nunca he llegado a conectar con su historia.
No ayuda el hecho de que Blackfire cambie de opinión respecto a lo que va a hacer como tres veces en cuestión de tres escenas, trasladándome la sensación de que los guionistas han llegado bastante justos al final de entrega, y no solo en esta trama. Quizá lo más rescatable de todo esto sea Conner. Superboy apenas tiene unos meses de vida, puede que un año como máximo, aunque no lo parezca si juzgamos su aspecto exterior. Confiaba en Dick, confiaba en que los Titanes eran su familia, y él, en el capítulo anterior, le envenena (las cosas como son) con kryptonita, para ir a lo que considera una lucha personal con Jason, y le deja tirado. Se siente engañado, y decide apostarlo todo a marcharse con Blackfire a hacer sus cosas de cabreados con el mundo. No obstante, ella, en uno de esos vaivenes que he comentado al inicio, pretende dejarle atrás.
Conner es un producto del ADN de Clark Kent y Lex Luthor, quizá dos de los seres más peligrosos de la Tierra, ya que no hay que olvidar que Superman es prácticamente un dios. Él lo comenta, que tiene dos voces aconsejándole qué hacer a continuación, y esa división no siempre es fácil de sobrellevar para alguien que sus lecciones de vida han ido a bandazos, con más penas que alegrías, y viendo como sus amigos no están a la altura de sus expectativas, todavía demasiado infantiles para comprenderlo todo. Claro, tener a Lex siendo una parte fundamental de tu esencia, aunque la tremenda humanidad de Clark tenga su peso, pues a veces termina siendo inevitable que acabe imponiéndose la del científico. Me parece coherente que el chico reviente la nave y se deje llevar por sus impulsos más “oscuros”, ya que es eso, un chaval que siente que se la han jugado y no le quiere nadie. Ya la temporada anterior me gustó la introducción de Conner, y este año me parecía que no estaba teniendo demasiado hueco, pero lo visto esta semana me contenta, ya que han jugado bien con su personalidad dividida. Tengo hasta curiosidad por ver hacia dónde tiran con él, y eso ya es mucho decir a estas alturas de la decepcionante temporada de Titans.
Oh, sorpresa, Dick ha resucitado. Oh, más sorpresa todavía, Gar se ha convertido en murciélago. Esto último lo digo porque, casi desde el principio de la temporada, hemos tenido escenas recurrentes con el chico rodeado de estas criaturas, así que teniendo en cuenta que su poder es transformarse en diferentes animales, pues tampoco había que ser un genio como para imaginarse por dónde iban a ir los tiros llegado el momento. Una prueba de que, en general, la temporada está extendida en demasía, es que la resurrección de Dick la han estirado durante casi medio capítulo. Puedo llegar a entender que volver a la vida no es un proceso tan sencillo como hacer la O con un canuto, pero ya comenté en la review anterior que el hecho de mostrarnos el foso de Lázaro hizo que el cliffhanger perdiera toda su fuerza, porque ya sabíamos que iba a volver, y estos minutos resultan un poco molestos, porque, por lo menos a mí, me dejaban con la sensación de que estaban metiendo relleno que no pedía. Con la mitad de escenas que vemos me hubiera bastado, pero es Titans, es lo que hay.
Otra de las cosas que me han gustado de este episodio es un momento que comparte con Jason. Muchas series, y yo pensaba que en esta iba a pasar lo mismo, cuando nos presentan a un personaje que ha llevado a cabo acciones poco éticas, o que directamente empezó como un villano, o tuvo un viaje de bueno hacia malo, dan paso en un momento dado a su redención. Está por ver si finalmente aquí acaban cayendo en ese recurso tan manido (a veces efectivo, otras no tanto), pero que el primer comentario de Dick al respecto de si el anterior Robin podía ser un Titán de nuevo sea un “no, no volverás a ser un Titán nunca”, me ha gustado mucho. Jason, por muy crío perdido en la vida que sea, no deja de ser la persona que ha asesinado a uno de los mejores amigos de Dick, y les ha traicionado a todos, además de cometer actos criminales contra Gotham, ayudando a Crane en todo su proceso de arrasar la ciudad; su reintegración en el equipo sería, cuanto menos, rocambolesca. Ahora bien, Dick, aunque lo parezca a veces, no es tonto, y sabe que Jason es alguien entrenado por Batman, y que necesitan toda la ayuda posible para detener al Espantapájaros, ya que están en inferioridad numérica y sobrepasados en casi todos los sentidos. Hace bien en recurrir a él, y espero que se quede ahí y no vuelva a los Titanes, porque en otras series su reingreso en el equipo lo arreglarían de forma coherente y orgánica, pero no confío en absoluto en que lo hicieran así de bien en esta serie, así que ojalá se mantenga ese “no” de este 3×12.
Por mucho que Donna y Tim pretendan marcharse de la ciudad, con ese mandato de Dick a Rachel y Gar de que reúnan a los Titanes, y teniendo en cuenta que la semana que viene (por fin) se acaba la temporada, se viene un team up para detener a Crane, veremos si con Conner o no. Yo sinceramente lo único que espero del cierre de la entrega es que me entretenga, y que no se metan en (más) camisas de once varas y la líen, ofreciéndonos un espectáculo olvidable. Yo me imagino que anunciarán la renovación de la serie este fin de semana en la DC Fandome, pero yo de Warner, si fuera inteligente, y viendo que este año no ha salido tampoco bien la cosa, le daría una cuarta temporada final, y echaría el cierre. Pero seguramente no me hagan caso, así que me mantendré a la espera. Nos vemos en la próxima review.