The night manager: piloto que promete mucho.
Puede que hayáis visto The Night manager, en ese caso aquí tenéis una pequeña review. Si no la habéis visto, os animo a verla y creo que podéis seguir leyendo sin peligro de graves spoilers. Quizás nos os enterasteis bien del todo de lo acontecido en el primer episodio, es lo que tienen estas historias de espías, que siempre son muy liosas. Humildemente voy a intentar contaros lo que pasó a quienes lo habéis visto, a la vez que intentaré no revelar demasiado para así animar a quienes no la han visto aún.
La serie se basa en una novela de John Le Carré, la idea es básicamente la misma, aunque hay algunos cambios necesarios para actualizar la trama a la realidad del mundo actual. Pasamos de la guerra fría a la primavera árabe, adaptándonos a la situación presente. Un personaje masculino en la novela se convierte en mujer para la televisión, lo cual es un signo lógico del cambio de los tiempos. Hubiera sido raro una mujer entonces, al igual que sería raro no ver a ninguna mujer en posiciones de poder ahora.
La primera escena de la serie es brutal, nos presenta a Jonathan Pine de una manera gráfica, simple, presentando al personaje como un tipo que no pierde la compostura mientras camina a través de una revuelta en el Cairo durante la primavera árabe. Y le vemos seguro de si mismo, sin miedo, sin estrés siquiera. Después entra en el hotel en el que trabaja como gerente nocturno y lo hace por la entrada principal, un tipo como él no entra por una puerta de personal… no, entra por la puerta grande. Con estos dos detalles iniciales ya conocemos al personaje, o al menos averiguamos que no es un cobarde y que tiene gran confianza en si mismo.
En el primer episodio Jonathan Pine es seducido por la bellísima Sophie Alekan, algo así como la amante de un tipo muy malo, un tal Freddie Hamid. Sophie deja ver unos documentos al gerente, de hecho se los da en mano para que los fotocopie y de repente Jonathan se encuentra mirando una lista de la compra con las armas suficientes para iniciar una guerra. Sophie insinúa que a ella podría pasarle algo, también pregunta a Jonathan por sus contactos en la embajada… de manera que Sophie utiliza de algún modo al gerente para hacer que las fotocopias lleguen al MI6…. o el gerente se aprovecha de Sophie… Así que Pine contacta con su amigo en embajada británica, Simon Ogilvey (Russell Tovey) y Londres es alertado.
Pero Londres no se hace responsable de la seguridad de Sophie Alekan y aunque Jonathan Pine intenta ayudarla, finalmente la mujer es asesinada. Por cierto… la escena en la que Jonathan entra en la habitación de la mujer y ve su cadáver en el suelo, ensangrentado, junto al perrito vivo pero sucio es magistral. Vemos a Pine desmoronarse e intuimos que no olvidará fácilmente este episodio.
Las armas no se venden solas: Freddie Hamid le compra el armamento a un inglés llamado Richard Roper. Un tipo que es descrito por Alekan como “the worst man in the world”.
Pasan cuatro años y ahora Jonathan es el gerente nocturno en un hotel de lujo en en Zermatt. Y allí, se encuentra cara a cara con el traficante de armas Roper, que llega a alojarse al hotel. Comparten algunas escenas geniales (me encanta cuando Pine no tira el cigarro al ver al huésped), son dos personajes fuertes interpretados por dos excelentes actores británicos.
Me gusta Olivia Colman como la oficial del MI6 que recluta a Pine; me gusta Tom Hiddeslton como el gerente nocturno seguro de si mismo y dispuesto a ponerse en peligro y me encanta Hugh Laurie como némesis de Jonathan, como filántropo y mafioso, como tipejo realmente peligroso, quizás el peor hombre del mundo.
No quiero dejar sin mencionar la intro, simplemente espectacular.