Review The Walking Dead: What We Become
Dejamos de lado la trama de Los Susurradores; nos olvidamos por un momento de las consecuencias que tendrá para Beta y el resto del grupo la desaparición de Alpha; omitimos la reacción de Lydia a la muerte de su madre y a su propio secuestro por parte de Negan; posponemos todas las preguntas que nos genera una posible alianza entre Negan y Carol y asumimos que, por el momento, todo va bien y que nuestros personajes están a salvo. Al menos lo suficientemente a salvo como para que Michonne se sienta libre para marcharse a buscar una última esperanza y abandone, por el momento, a su comunidad y a sus hijos.
Creo que ya hemos abierto la puerta a la película de Rick, donde presumiblemente se encontrará con Michonne antes o después de vivir un montón de aventuras. Lo que me pregunto es que pasará con Judith y R.J., dos niños que quedan huérfanos en un mundo terrible. El final ideal de la película sería una reunión familiar, pero eso significaría sacar a los niños de la serie y enlazar las dos tramas sin errores en la línea temporal me parece un reto dificilísimo.
Mientras tanto, en What We Become enlazamos la trama de la serie con la película a través de una Michonne que va a buscar armas para la comunidad guiada por las palabras de un loco en quien hasta el espectador menos avezado sabía que era un error confiar. Tal como todo el mundo esperaba Virgil estaba mintiendo sobre las armas. Primero secuestra a Michonne para que recupere los cadáveres su familia y darles así una sepultura digna y después la encierra y la droga, al más puro estilo de psicópata de película barata, pero bueno, aceptamos la idea porque el episodio no está del todo mal y la experiencia de Michonne sirve de excusa para mostrar algunas ideas de lo más interesantes.
La pobre Michonne vive un viaje psicotrópico bastante malo que nos sirve de retrospectiva del personaje, de sus alianzas, temores, amigos y enemigos. Los guionistas juegan un poco al “waht if” que hemos visto tantas otras veces en tantas ficciones y nos muestra como podrían haber sido las cosas para ella si ese día perdido en el pasado no hubiera decidido ayudar a Andrea. La vemos ser abandonada por Daryl, la vemos unirse a Los Salvadores, la vemos prosperar junto a Negan y ver las cosas desde un punto de vista en el cual Rick es el villano, un tan peligroso que termina por matarla.
De algún modo reflexionamos sobre la suerte, la casualidad o … si quizás son las decisiones que tomamos lo que nos lleva a un destino u otro. La serie se ha preguntado esto en muchas ocasiones, dando casi siempre la misma respuesta: en un mundo plagado de peligros, las personas se convierten en lo mejor o lo peor de si mismos en función de a quienes se van encontrando por el camino.
Finalmente Michonne decide salvar a Virgil, no lo mata y convence a los demás prisioneros de que lo dejen vivir. En un momento mágico de justicia kármica el universo (o lo que sea) recompensa a Michonne esta bondadosa decisión y así Virgil la acompaña a un barco donde encuentra indicios claros de que Rick está vivo, obviamente esto hace que la mujer pierda la cabeza y se decida a abandonar a sus hijos y la seguridad de Alejandria para irse a buscar a su marido.
Por un lado está bien tener una despedida en condiciones de un personaje tan importante como Michonne, que se había quedado un poco desnuda tras marcharse en un episodio a buscar armas y quedarse al margen de todas las peleas con Los Susurradores. Es un personaje que se merecía un episodio dedicado antes de marcharse del todo.
Salvo por una brevísima conversación con Judith, las tramas de la temporada se han pausado en este episodio, así que estoy deseando que la semana próxima nos pongan al día con todas las consecuencias derivadas del asesinato de Alpha por parte de Negan.