Review Titans: Deathstroke
Se ve que este fin de semana era el de los villanos de DC, porque todos los focos están puestos en el cine en el estreno de Joker (y con razón), y en televisión, la única serie de DC en activo en estos momentos emitió su episodio semanal con el título de Deathstroke, en el que hemos visto algo más al enemigo de los protagonistas esta temporada, y hemos continuado con la acción del presente, tras la visita al pasado en el episodio de la semana anterior.
Y era algo evidente, que cuando retomáramos la trama de la actualidad, mejoraría el nivel de la serie, que no es que esté siendo malo, pero ha tenido un arranque algo complicado, como ya expliqué en artículos anteriores. Hemos continuado justo donde se quedó la serie al final del 2×03, con Gar informando al resto que el Dr. Light había secuestrado a Jason y había perdido su rastro.
No es hasta un rato después cuando nuestros héroes descubren que Deathstroke está detrás de la desaparición de su compañero, y que ha estado trabajando con el fugado de prisión, que ha terminado su participación, al menos en el presente, en esta temporada. Volviendo a lo que dije la semana pasada con los minutos dedicados en el capítulo anterior a explorar los orígenes de la animadversión del Dr. Light hacia los Titanes, tengo que decir que me frustra mucho la muerte de este enemigo. No porque me pareciera un rival carismático o con potencial, sino porque en el episodio anterior se dedicó la mayor parte del episodio a ver cómo los héroes capturaron en su momento a este criminal, y pasaron por encima de los motivos que los llevaron a disolver el grupo a causa de Deathstroke, más allá de que el mercenario mata a Garth y ellos se aproximan a Jericho, su hijo.
Además, solo con ver la conversación que mantienen los “adultos” acerca de si entregar o no a Rose a Slade, o usarla de cebo para atraer a Deathstroke, se puede ver que las secuelas de la confrontación inicial siguen ahí, y que no quieren repetir errores del pasado. No se ha entrado todavía a explorar todo lo que pasó con Jericho, y cada vez tengo más ganas de verlo. Sinceramente, para haber dedicado tanto tiempo con Light, que ahora Deathstroke se lo quite de encima me parece un desperdicio lo realizado en episodios anteriores. Repito, no porque lo vaya a echar de menos, sino porque creo que se podrían haber invertido mejor los minutos de cada capítulo y no centrarse tanto en él. Entiendo que sirve para conectar a los protagonistas y a Deathstroke, pero me queda la sensación de que sin la intervención de Light, se podría haber llegado a una situación parecida a la que asistimos en este episodio.
Sea como fuere, Light es historia ya, y ahora sí que entramos de lleno en el conflicto con Slade Wilson, que sigue demostrando en sus apariciones que impone muchísimo, y que va a ser un enemigo difícil de batir este año. En una escena que comparte con Light, en la que este le recrimina que no reaccione y esté quieto sin moverse, aun con máscara puesta, los espectadores podemos ver perfectamente cómo los engranajes de su cabeza van girando, mientras maquina cuál va a ser el siguiente movimiento que hará, y las consecuencias posibles que derivarían del mismo. Es un tío que tiene planes dentro de los planes, y solo se ha visto sorprendido por la aparición de Kory para echar una mano a Dick. Es el único momento de lo que llevamos de temporada que he visto a Slade ante algo que no le cuadre o que no haya pensado previamente, porque él tenía entendido que los Titanes aun contaban con Donna, Hank, Dawn y Dick en sus filas, además de los chicos jóvenes, pero tiene pinta de que no tenía ni idea de que Kory podía intervenir. Aun así, estoy seguro que para su próximo enfrentamiento ya tendrá en cuenta esta circunstancia, y lo planeará en consecuencia.
Precisamente Kory no solo sirve de apoyo a Dick en la batalla, sino que ayuda a Rachel como más lo necesitaba, charlando con ella y estando ahí para conversar sobre el problema que tiene con sus poderes adquiridos tras la contienda con Trigon. Titans tiene muchas cosas buenas, y una de ellas son las conversaciones entre personajes. Creo que de todas se pueden extraer cosas destacadas, y no solo de escenas de acción de calidad vive la serie. Esa combinación de hacer interesantes los momentos algo más lentos y frenéticas las escenas de lucha hace que esta serie sea tan buena, además de contar con unos personajes muy bien construidos y desarrollados. Rachel tiene un serio problema entre manos, y queda más que patente tras su confrontación con Rose, a la que mata, sin medias tintas. Desatar sus poderes ha provocado que acabara con la vida de otra persona, y cómo asumirá esa carga va a ser uno de los puntos importantes de su desarrollo las próximas semanas. Evidentemente, la condición de metahumana de Rose hace que se recupere y “resucite”, pero esto hará mella en la joven, y veremos cómo lo asume, y si es capaz de encontrar el equilibrio necesario para que no se le vuelva a ir de las manos, o si abraza su lado oscuro completamente.
Con la duda de qué le pasará a Jason, si realmente morirá tras esa caída, nos quedamos a la espera hasta la semana que viene, momento en el que se resolverá y la trama continuará, esperemos, con la buena línea mostrada en este episodio, y nos encamine hacia una segunda mitad de temporada, que espero que acabe a un nivel superior al mostrado en esta primera parte de entrega. Nos vemos la semana que viene.