Pilotos: On Becoming a God in Central Florida
Agosto se acerca a su final, pero en el mundo de las series eso no importa, porque hasta la última semana del octavo mes del año nos deja estreno de ficciones, como de la que os voy a hablar en las líneas que vendrán a continuación, y que tiene ese título tan peculiar que podéis leer encabezando este post, protagonizado por Kirsten Dunst.
Showtime es la cadena que ha lanzado los dos primeros capítulos de esta nueva serie (inicialmente era AMC la cadena que encargó la serie), lo cual ya es extraño de por sí, por dos razones: la primera, porque la mayoría de sus producciones suelen estrenarse con un solo episodio; y la segunda, porque ninguno de los dos supera los cincuenta minutos, cuando lo normal es que todas las ficciones de la cadena prácticamente alcancen los sesenta minutos, salvo algún caso aislado que se queda en unos tres cuartos de hora. En total, juntos rozan la hora y media de visionado, y creo que es una buena toma de contacto con lo que nos vamos a encontrar durante la temporada.
Seguro que todos estaréis familiarizados con los vendedores de seguros, o de compañías telefónicas, o incluso con gente que afirma que el fin del mundo está próximo, y que debéis uniros a su grupo para encontrar la salvación. Precisamente, uno de los principales puntos de On Becoming a God in Central Florida gira en torno a una estafa piramidal por parte de un grupo que quiere venderte que para encontrar la mejor versión de ti mismo, debes unirte a ellos y propagar la palabra de un hombre que actúa como profeta de esta… secta, por qué negarlo. Y en esas se encuentra el marido del personaje de Kirsten Dunst, al que da vida Alexander Skarsgard (True Blood, Big Little Lies), y que encuentra en este grupo la forma perfecta de mejorar su vida y darle el impulso que él cree que necesita. Pero lo importante de esta serie es el viaje de Krystal, la mujer que interpreta Kirsten Dunst, y que no está muy convencida de que la forma elegida por su marido para alcanzar la felicidad sea la adecuada.
Os voy a ser sinceros: lo mejor de estos primeros minutos de la nueva ficción de Showtime es el papel de Dunst. El resto… Ninguno de los secundarios me dice nada, al menos de entrada, y la trama puede terminar siendo muy interesante, sobre todo a medida que ese crecimiento de Krystal vaya atravesando fases. Ahora mismo, tras dos episodios, On Becoming a God in Central Florida es un melón; puede ser uno de los descubrimientos de la última fase veraniega, o una de esas series que todos olvidaremos tras un par de días, cuando finalice su temporada… o incluso cuando sea cancelada. A día de hoy, no pongo la mano en el fuego por ella, porque este tipo de ficciones puede salir por cualquier sitio, depende del impacto que tenga entre el público y la crítica. Me creería que Kirsten Dunst acabara nominada en alguno de los certámenes principales de premios televisivos norteamericanos pero, aún así, Showtime decidiera cancelarla, incluso antes de concluir su primera entrega. O que sea renovada por una segunda y perdure, y sea la nueva gran serie que todos deberíais ver.
Decía que sus dos primeros episodios son una buena toma de contacto. Lo son, porque yo he podido ver el potencial que puede llegar a tener, pero también se puede apreciar que es una ficción muy maleable y que pesa demasiado en que el papel de Kirsten Dunst sea suficiente como para sostenerla. Si la trama toma un cariz más alocado, o alguno de los secundarios da un paso adelante y complementa bien el papel principal de su protagonista, puede acabar siendo una serie entretenida y que valga la pena ver. Pero en estos momentos, no pongo la mano en el fuego por ella, al contrario que pasa muchas veces con otros pilotos, que desde el minuto uno, puedes ver a qué aspiran. Si os queréis arriesgar y vivir el viaje de Krystal semanalmente, quedaos con esto: puede salir muy bien, o puede salir muy mal.