Shameless: saber cuándo acabar
Querría haber titulado este artículo diciendo algo así como Shameless nunca defrauda, o Nunca hay suficiente Shameless, pero lo cierto es que no es así. Disfruto muchísimo con la ficción de Showtime, pero creo que va siendo hora de ir pensando en darle un cierre a una veterana serie que, a pesar de que no tiene un nivel mediocre, sí que se nota que debería aproximarse a su final.
Los 100 episodios que ha alcanzado la serie protagonizada por Emmy Rossum, William H. Macy y compañía marcan un hito que no suele ser habitual, ya que las series que llegan al centenar de capítulos suelen emitirse en network, porque es más sencillo llegar hasta ese número al emitir entre veinte o veintidós por temporada. En cable, con formatos como temporadas de diez, doce o trece episodios, es un logro a destacar, aunque las ficciones no sean de una calidad enorme. Recuerdo que Nip/Tuck cerró su periplo con su capítulo nº 100, lo que redondeó todavía más si cabe una ficción un tanto desconocida pero que recomiendo encarecidamente. Recientemente, The Walking Dead alcanzó esa cifra, y aunque Teen Wolf perteneciera a MTV y que no llegue a codearse con las grandes del sector, también cerró su etapa en la cadena con esa cifra, pero que yo haya visto, no recuerdo muchas más.
Abrimos este blog con un artículo mío acerca de lo genial que era la serie, y a día de hoy me mantengo en lo que dije en su día, pero también hay que saber cuándo decir basta. Tras alcanzar esta cifra, y anunciar hace unas semanas Emmy Rossum que abandona la serie tras esta temporada, no debería haber debate sobre si concluir la emisión. Fiona Gallagher ha sido la piedra angular de la serie desde el minuto 1, por mucho que te puedan gustar Frank, Lip, Ian, V, Kevin o cualquier otro personaje, y seguir la serie sin ella, considerando a qué altura de camino nos encontramos, sería una renovación que carecería de sentido. En los últimos años hemos visto abandonar a Nina Dobrev el barco de The Vampire Diaries, Stana Katic anunciar que se iba de Castle si renovaba la serie (al final fue cancelada), y Kevin Spacey y Jeffrey Tambor ser despedidos de House of Cards y Transparent respectivamente por sendos escándalos. En el caso de la primera, la serie continuó y, bajo mi punto de vista, mejoró lo visto en previas temporadas. Sobre estos dos últimos, tendremos que esperar para ver cómo repercute su marcha en cada serie, pero lo cierto es que solo habrá una entrega más de cada ficción. Por eso, creo que lo idóneo es despedir la ficción ya, antes de que se deteriore más.
Porque el progresivo deterioro está ahí. La frescura no es la misma, el desgaste se va haciendo patente año tras año, y aunque han sabido compensarlo con la irrupción de personajes como Carl, Debbie, o este año Liam, Shameless está lejos de su mejor etapa. Encima, esta entrega será la primera que superará los doce episodios, lo habitual en años anteriores, para encima ser dividida en dos tandas, la primera de ella cerrándose en tres semanas. Parece que estaba todo pensado para dilatar la despedida, y más tras el anuncio de Rossum. Sería fantástico cerrar el periplo de la serie en su vuelta en 2019.
¿Cuántos dramas vamos a tener que sufrir con Lip? ¿Cuántas locuras más de Frank vamos a tener que soportar? ¿Se mantendrá cuerdo Ian más años? No creo que sea necesario alargar más años de tramas que siguen repitiéndose, porque, seamos sinceros, ¿no os percatáis de que los personajes siempre están cayendo en los mismos hábitos? Raro es el año que a Frank no se le ocurra una nueva estafa en la que meterse, o Lip salir airoso a duras penas del drama vario en el que se sumerge, y no hablemos de la tortura de Ian con su enfermedad, que desde que fue introducida en la serie, es extraño que alguna temporada no acabe por pasarle factura. Todos estos problemas han hecho crecer a los personajes, sin duda. De hecho, Lip es de lo mejor de Shameless con diferencia, pero es hora de ir cerrando.
Los 100 episodios de la serie deberían suponer un punto de inflexión, y marcar el inicio del fin de la ficción. Es más, muchas producciones tienen en el centésimo capítulo uno de esos que cuando acaban y pasa el tiempo, los fans recuerdan; creo que nadie pondrá entre sus episodios preferidos el capítulo de esta semana. A veces, una retirada a tiempo es una victoria, según dice el refrán. El problema es, que quizá la retirada debió iniciarse antes. No obstante, mientras aún se está a tiempo, no debería desaprovecharse esta oportunidad de concluir Shameless cuando su protagonista todavía está en ella, porque de renovarla y decaer su nivel (cosa que creo que sucedería), recordaríamos este momento como una gran ocasión perdida.