Debe ser coincidencia con lo que está sucediendo ahora en América con la llegada de varios huracanes simultáneos, pero lo que me ha supuesto esta 4ª temporada de BoJack Horseman se puede comparar con esa sucesión de terribles fenómenos meteorológicos. Ha sido algo rápido e inmenso y tras acabar me ha dejado igualmente destrozado.

Tras el trágico final de la anterior temporada sorprende que únicamente se haya visto reflejado en la falta de la presencia del propio BoJack durante la Premiere, centrándose esta en abrir las vías que se iban a explotar durante la temporada con los otros personajes.

El común dominador de esta temporada ha sido la exploración de la paternidad/maternidad, siendo el eje la difícil relación que siempre ha tenido BoJack con su madre. Para ello lo que han hecho es poner sobre la mesa el pasado de ella mediante clásicos episodios de flashbacks. Esto se ha reflejado de forma muy cruda en dos capítulos que me han puesto la piel de gallina, en los que pudimos ver algunos momentos clave durante varias etapas de su vida y que nos han dejado muy claro que cada persona es un mundo y cómo cambian las perspectivas según los datos que tengamos. Por otro lado está la aparición de Hollyhock, la supuesta hija de BoJack, y la evolución de su relación con ella; desde la negación de su existencia hasta ese final que no desvelaré pero que deja claro la complejidad, a la vez que fluidez, que tiene esta serie para contarnos cosas sin perder el sentido de la realidad, dentro de lo que cabe siendo una serie con animales antropomórficos.

Con Princess Carolyn pasa tres cuartos de lo mismo. También se ve atormentada con la idea de la maternidad y cómo intenta de forma forzada que este sea su siguiente paso obligado hacia una supuesta felicidad. Todo esto queda cerrado magistralmente en uno de los capítulos finales, centrado en ella. Otro ejercicio de imaginación similar a lo visto el año pasado en aquel imaginativo episodio submarino.

Todd Chavez, sin embargo, va a lo suyo. Tampoco me lo imaginaba buscando tener una familia, al menos no por ahora. Su parte de la temporada irá sobre encontrar sentido a su vida intentado triunfar con algo. Tras un efímero falso romance, y convertirse en fuente de trending de la moda (cosa que veremos a lo largo de la temporada), se pasa a un negocio de dentistas payasos que apunta a terminar en catástrofe, pero si hay algo que Todd nos ha enseñado es en nunca perder la esperanza.

Mr. Peanutbutter tiene una de las tramas locas de la temporada cuando decide postularse para ser gobernador de California, satirizando de forma genial este hecho. Esto se une a su complicada relación con Diane, cuyo personaje se ve inesperadamente carente del protagonismo que tenía en pasadas temporadas. Su falta de conexión con BoJack se ha notado, pero eso no impide que deje de tener interés, su trabajo como bloguera nos ha dejado cosas interesantes y hemos visto momentos que tendrán que ser explorados en siguientes temporadas.

Además de todo esto hemos vuelto a tener cameos de famosos actores como Jessica Biel, Felicity Huffman y Zach Braff entre otros. Se ha añadido un nueva forma narrativa usando monigotes para representar la voz interior del propio BoJack, que nos brindado momentos clave de la serie. Y como cada año, tiene un final que no nos dejará indiferente a ninguno.

Al finalizar la temporada sólo te queda la conclusión de que seguimos estando ante una de las mejores series de la actualidad, y que sigue sin bajar el nivel tras cuatro temporadas en las que cada año ha ido a mejor. No sé cuantos años le quedará pero bienvenidas sean todas las que vengan.