Game of Thrones: análisis de la séptima temporada
Benioff y Weiss lo tienen difícil año tras año. En los inicios de la serie de HBO, estaba la dificultad de adaptar una saga de tamaña magnitud como es la de George RR Martin, con el hándicap de que todavía no estaba terminada. Una vez que pasaron las novelas y el escritor no avanzaba, el reto era ser capaces de volar sabiendo que no había paracaídas que les sostuviera en caso de caída, más allá de la certeza de que la serie acabaría y sabían de antemano cómo. Y ahora ha llegado el reto mayor, cerrar la historia, que si bien aparenta ser sencillo, ya que una vez que has plantado todas las semillas y has dejado que crezcan, solo tienes que coger los frutos, el problema de este árbol es que tiene muchas ramas, mucho follaje y es enorme, y ellos deben podar para dejarlo como lo tenían previsto desde hace tiempo. Quizás ha sido el año que más opiniones dispares he leído. Desde aquellos que la ponen por las nubes y dicen que ha sido la mejor temporada de la serie, hasta otro sector que dice que no es para tanto, pasando por los que critican que vaya todo tan rápido. Sea como fuere, la séptima temporada ha llegado a su fin, y es hora de que entremos a analizarla en términos globales.
Como lector, me dolió a lo largo de los años ver cómo los responsables de la serie recortaban tramas, cambiaban personajes hasta el punto de caricaturizarlos, o se tomaban licencias que el autor de esta gran saga no hubiese hecho. Solía criticar bastantes aspectos de las mismas, y solía ser de los que ponían en tela de juicio lo que hacían en la serie, porque todos seguían maravillados con el espectáculo dialéctico y visual que nos ofrecía la producción de HBO semana tras semana, sobre todo en las cuatro primeras temporadas, que era cuando todavía usaban la mayor parte de material que Martin había escrito. A partir de la quinta, mis críticas aumentaron y la gente seguía con la venda, al menos un gran sector. Incluyo también la sexta, que para mí supera a su predecesora pero no la considero la mejor, salvando el 6×09, el 6×10 y el 6×05 y momentos puntuales. La temporada pasada tuvo muchos agujeros y cosas cuestionables (la supervivencia de Arya rozando lo increíble, la trama de Meereen, la de Daenerys o la de Desembarco) y la gente seguía alucinando de lo fantástica que era la serie. Y entonces llegamos a la séptima temporada.
Este año, quizá porque se emitía en verano la nueva entrega y normalmente se goza de más tiempo que en otras épocas, un sector que tanto idolatraba la serie (normalmente público no lector) ha empezado a criticar, publicando durante todas las semanas artículos y artículos analizando qué ha pasado con Juego de Tronos, si ha perdido su coherencia, si los diálogos ya no son tan inteligentes, si los personajes ya no son como eran… A todos ellos les digo: a buenas horas, mangas verdes.
Cuando la serie quedó en manos de Benioff y Weiss por completo (a partir de la quinta temporada) los agujeros que había otros años fueron aumentando su tamaño, hasta el punto de malograr personajes con una inteligencia superior como Petyr Baelish, Varys o Tyrion, por decir algunos ejemplos. Estos personajes que otros años nos asombraban con su dominio de la dialéctica, han sido apartados a un segundo plano, o incluso a un tercero a medida que nos aproximamos al final de la serie, además de convertirles en tontos en el proceso. En la sexta temporada, los diálogos de Tyrion pasaron a ser bromas sexuales, juegos de beber y similares; en la séptima ha quedado en evidencia a golpe de plan idiota, algo que me ha parecido bastante lamentable, teniendo en cuenta que normalmente en las reuniones en las que ha participado, era de lo más inteligente que había en la sala (sí, más que Daenerys). Varys tiene diálogos, porque a Conleth Hill le siguen pagando un sueldo, pero insustanciales e irrelevantes, restando el del 7×02 cuando confronta a Daenerys. En la gran reunión de la Season Finale, no tiene una sola línea de diálogo, precisamente en un encuentro en el que la plana mayor de la serie está presente, y no pasa de ser un mero espectador. Y Meñique, bueno, luego comento lo de Petyr.
¿Con todo esto qué quiero decir? Las críticas que han aparecido de repente, creo que son porque se han dado cuenta (tarde) de que la serie adolece al tener unos guionistas que saben cómo va a acabar todo, pero no tienen ni idea de cómo van a llegar allí. Saben que lo importante de la serie y la saga y su final, es Canción de Hielo y Fuego, y no Juego de Tronos, al igual que Martin. El autor llegará de una forma mucho más elaborada, intrincada y mejor construida que los responsables de la serie, en buena parte porque cerrar una historia televisiva de esta magnitud en cuestión de 73-75 horas es una tarea dificilísima y deben recortar, y el autor tiene páginas y páginas para elaborarlo mejor; el problema está en qué se sacrifica por el camino para llegar al resultado. Ellos lo han tenido claro. Todos los elementos que forman parte del Juego de Tronos han quedado reducidos a la mínima exponencia: Meñique ha sido ejecutado, nos avanzan que Varys morirá, y Tyrion mira cómo Jon y Dany se lían en el barco. Además de menospreciar figuras como Doran Martell, Stannis Baratheon, u omitir tramas como la de Lady Corazón de Piedra o Aegon (no hablo de Jon). Y también el hecho de cambiar el carácter de muchos de los protagonistas, desvirtuándolos (Jaime, Tyrion, Jon, Dany…), adaptándolos a su visión y a una más blanquecina de lo que son en realidad, más grises que otra cosa, como la mayor parte de personajes del universo de Martin.
La primera escena de la serie nos muestra la aparición de un Caminante Blanco asesinando a varios miembros de la Guardia de la Noche, no una trama palaciega por ver quién se sienta en el Trono formado por espadas. El final de esta saga estará centrado en lo fantástico más que en lo político, que pasará al segundo plano. La última que defiende el bastión del Juego de Tronos es Cersei que, casualmente, ha pasado a ser la villana final en la guerra humana. Y es la hora de los “héroes” de la historia: Jon, Dany, Bran (imagino que le darán más bola de cara al final), Arya y pocos más. Por lo tanto, cuanto antes se asuma esta realidad, antes disfrutaréis más del resultado. Yo he llegado a la conclusión de que es mejor dejarse llevar por la corriente y entender que las críticas a falta de seis episodios para el final, sobre todo aquellas que deberían haberse efectuado antes, no tienen sentido. Estamos ante un producto que es historia de la televisión, con sus fallos y sus virtudes. Aprovechar ahora para darle leña no viene a cuento, sobre todo si esos errores son patentes desde hace mucho tiempo. Si no queríais verlo no es el problema de los guionistas, es vuestro.
Entrando ya en la trama de la temporada, en líneas generales considero que ha sido muy superior a sus predecesoras, y sin haber tenido capítulos de altísimo nivel como fueron el 6×09 y el 6×10. El 7×04 y el 7×06 para mí han sido los mejores de la temporada junto a la Season Finale, pero ninguno de esos tres los pondría por encima de la Batalla de los Bastardos o Vientos de Invierno. Creo que ha sido una temporada sin prácticamente relleno, se ha ido al grano desde el minuto 1, y ha tenido fallos, pero el resultado final compensa los puntos negativos que hayan podido aparecer a lo largo de sus siete episodios.
La peor trama para mí ha sido la de Invernalia. Desde el momento en el que Jon se marcha a Rocadragón, la cosa empieza a perder fuerza, porque la serie centra su atención en lo que sucede con el bastardo y sabe que lo importante va por ahí, pero también tiene que darle bola a los personajes que tiene en el bastión de los Stark, porque deben quitarse de en medio al artífice de la Guerra de los Cinco Reyes, quizá el mejor jugador del Juego de Tronos que teníamos desde el comienzo de la serie, y ensalzar todavía más la figura de Sansa Stark. Y aquí entro en terreno pantanoso.
Sansa Stark debería haber sido nombrada Reina en el Norte al final de la sexta temporada, partamos de esta base. Ella es la heredera legítima de Ned y Catelyn Stark y como tal, los lores norteños deberían haberla proclamado la señora de Invernalia y Reina de la región más septentrional de los Siete Reinos. ¿Qué problema había? No tenían el sustento para comenzar a alimentar el Jonerys. David (Benioff) y Dan (Weiss) saben que el endgame es Jonerys; nos lo dejan caer en una conversación que mantiene Dany con Daario Naharis (¿qué será del muchacho?) al final de la sexta temporada acerca de que la mejor forma de construir alianzas es mediante el matrimonio, y ha sido el epicentro de la séptima temporada. Y claro, si mandaban a Rocadragón a Jon como emisario de Sansa, no tenía tanta fuerza como mandarle convertido en el Rey en el Norte, una figura a la par con la de Dany, diciéndolo él mismo además cuando les cuenta a los norteños sus intenciones. Por lo tanto, la coherencia se sacrifica, una vez más, en pos del resultado final. Sansa toma las riendas de su hogar cuando Jon se marcha, como algo temporal, y debería haberlas perdido, volviendo al tema de la coherencia, cuando Bran regresa a Invernalia. En Poniente, la línea sucesoria funciona así: hombre por encima de una mujer, aunque el hombre tenga un año y la mujer veinte. En ese caso se llevaría a cabo una regencia hasta que el heredero tuviera capacidad suficiente para gobernar. Por lo tanto, el legítimo heredero de Invernalia es Bran Stark, por encima de su hermana Sansa. ¿Que todos querríamos un mundo más justo? Desde luego, pero la época en la que se basa este relato es la medieval, y ahí poca igualdad había, más bien lo contrario. Y por favor, los que queréis que Sansa acabe de reina de Poniente, hacéroslo mirar. La única forma ahora mismo de que acabara gobernando los Siete Reinos sería a través de la conquista, acabando con el ejército de Cersei y tomando el control, y Daenerys olvidándose mágicamente de sus pretensiones al trono, y ya veremos si Jon también. Y viendo cómo concluye la temporada, no sé yo hasta qué punto los señores norteños apoyarían iniciar una campaña para tomar Desembarco y ponerla en el Trono.
No obstante, la serie decide (y considero que es lo correcto) no entrar en la cuestión de si debería dejarle el cargo a su hermano, ya que Bran ha trascendido a un plano distinto del que se mueve el resto, por lo tanto no está para entrar a dirimir cuestiones de liderazgo ni historias. Bran es un jugador de la Canción de Hielo y Fuego al convertirse el pasado año en el Cuervo de Tres Ojos, así que veo normal que su hermana dirija su casa, a pesar de no ser la heredera natural. El problema que veo yo aquí es que la gente ha empoderado demasiado rápido a Sansa, cuando realmente ella no da el primer golpe sobre la mesa hasta esta Season Finale.
Sansa es una superviviente, que ha pasado por muchas cosas durante las cinco primeras temporadas de la serie. En la sexta pudimos ver una temporada en la que por fin ella era la ganadora, pero con matices. En una de las discusiones (forzadas, absurdas y estúpidas) que tiene con Arya le dice que Jon perdió la Batalla de los Bastardos y ella la ganó; sí, pero no. Jon la caga enormemente, y los Caballeros del Valle acuden al rescate comandados por Meñique, que responde a la llamada de Sansa, como era de esperar, porque está enamorado de ella y pretende sentarse en el Trono de Hierro con ella a su lado, como le revela en el final de la sexta temporada. Pero pensadlo bien: si Petyr no tuviera el control sobre las huestes del Valle, ¿creéis que el regente en cuestión hubiera enviado a sus tropas para ayudar a Sansa? Recordemos que durante la sexta, ella y Jon acuden a diferentes casas norteñas para buscar apoyos para su causa, y muchas (por no decir la mayoría) les rechazan, sin olvidar que la primogénita de los Stark manda a Brienne y Podrick para que encuentren al Pez Negro (su tío) y les ayude en el conflicto, y el hombre prefiere morir defendiendo su bastión que ayudar a su sobrina. Por lo tanto, que se ganó la batalla por ella, sí, desde luego, pero la clave es que Meñique pretendía meterse en sus faldas, no os equivoquéis.
En esta línea de empoderar la figura de Sansa, no saber qué hacer con Arya, y querer quitarse del camino a Meñique se han encontrado los guionistas de la serie. ¿Cómo podemos hacer para continuar subiendo al pedestal a Sansa, darle bola a Arya y cargarnos a Meñique?, puede que se preguntaran Benioff y Weiss tiempo atrás. Respuesta: metamos durante tres episodios un conflicto nacido de la nada, hacemos creer al espectador que Sansa y Arya se van a matar entre ellas por culpa de Meñique y revelamos al final que en realidad ellas estaban conchabadas para acusarle de los acontecimientos que causaron los eventos de la saga, y matarlo en consecuencia. La trama ha sido llevada a término de una forma bastante mala, más que nada porque en el penúltimo episodio, parecían enemigas acérrimas en una discusión a puerta cerrada, cuando se supone que Meñique no tiene la red de espías tan desarrollada como la tuvo en Desembarco y por lo tanto, no hay necesidad de esa discusión tan dura que tienen las dos, y encima hacen creer al espectador que Sansa y Arya son más listas que Petyr Baelish, con ese giro del último capítulo en el que te muestran que han jugado (no sabemos muy bien cómo) con él. No lo son, simplemente les conviene que lo sean para quitar la ficha de Meñique del tablero y dejar cada vez más de lado el Juego de Tronos, de la misma forma que Daenerys no es más inteligente que Varys o Tyrion, a pesar de ir quitándole puntos de coeficiente al enano con el paso de las temporadas. En estos momentos, Sansa ha ganado enteros como lideresa de su casa a ojos de los norteños y los caballeros del Valle, y mantiene las huestes que tenía Jon cuando marchó hacia Rocadragón, y se ha quitado a un problema dentro de su hogar. Incluso me atrevería a decir que los lores se posicionen ahora más del lado de ella que del de su primo, y la acaben proclamando Reina en el Norte (como debería ser), o incluso que el propio Jon renuncie del todo (y más si se revela a los implicados que es hijo de Rhaegar y Lyanna). Ahora sí está empoderada, antes no. El problema es que para ensalzar su empoderamiento, se ha ninguneado a un auténtico jugador y gran estratega como Meñique, que tal vez no debía haber llegado a estas alturas de serie, pero hacerlo de esta forma creo que es denostar al personaje a niveles que no merece.
Desembarco se ha reivindicado. La temporada pasada, el Gorrión Supremo ninguneó a los más destacados señores que regían la capital, dejando en evidencia a la mayor parte de ellos, de una forma que rallaba lo absurdo. No obstante, Cersei Lannister ha demostrado que el Juego de Tronos sigue vivo, y que a pesar de que lo importante sea la Canción de Hielo y Fuego, sigue dejando claro que es uno de los mejores personajes de la serie, para mí por delante de los dos “héroes”, Jon y Dany. Ayuda que Lena Headey está varios peldaños por encima de los que interpretan a los Targaryen, y cada aparición suya, por breve que sea, es una delicia.
Ante una guerra que parecía tener muy difícil de ganar, ha conseguido igualar las fuerzas hasta el punto de que Daenerys desvíe su atención del Trono para afrontar la amenaza de los Caminantes, cuando desde el comienzo de la serie el objetivo principal de la (hasta ahora) última Targaryen era sentar su regio culo en el trono de sus ancestros. El asalto naval de Euron del 7×02 a la flota Tyrell-Greyjoy-Martell, la caída de Altojardín al final del 7×03 o la pírrica victoria de los Inmaculados tomando una vergonzosa Roca Casterly (señores de HBO, ésta es la Roca) son triunfos que se suman al casillero Lannister y no al Targaryen, que se conformó con hacer arder buena parte de las cosechas de Desembarco del Rey para este invierno que se aproxima, y casi le cuesta la vida a Drogon y a Daenerys. Mención especial para Nikolaj Coster-Waldau que a mí personalmente me ha entusiasmado esta temporada. Primero demostrando que a falta de un Stannis o un Doran dignos, él es el mejor estratega militar de Poniente, dejando en evidencia a su hermano en este campo, y derrotándole y diezmando las huestes Targaryen. Y segundo porque por fin, repito, por fin hemos visto la evolución que tanto tiempo llevábamos muchos esperando. Tras la revelación de Olenna (brillante por última vez Diana Rigg), la fascinante carga frente a Drogon y el descubrir realmente cómo es su hermana, Jaime por fin se asemeja a ese personaje de las novelas que tanto hemos llegado a alabar, y que parece que está más encaminado que nunca a cumplir la profecía del valonqar, esa que la serie mostró de forma fragmentada, contando la parte que pronosticaba que Cersei solo tendría tres hijos y que todos ellos morirían, pero no que ella lo haría a manos del “hermano menor”. Por lo tanto, el embarazo de la Reina de Poniente no debería acabar bien si hacemos caso a esta profecía, que si la serie decidió usarla será por algo. Las escenas que comparten los hermanos Lannister en la Season Finale, al igual que las del resto de la temporada, son para enmarcar, de lo mejor que nos ha ofrecido la séptima entrega.
Jonerys: dícese del movimiento fan que, durante años, quería que Daenerys Targaryen y Jon Snow terminaran juntos, viviendo felices y comiendo perdices. No tengo claro que terminen felices, y más tras la ¿revelación? del final de temporada. Y pongo signos de interrogación porque parece mentira que mientras los tortolitos retozaban en su nido de amor, Bran y Sam nos estuvieran contando algo que debería estar claro ya antes de esa escena: Jon es hijo de Rhaegar Targaryen y Lyanna Stark, casados legítimamente debido a que el hermano mayor de Dany anuló su matrimonio con Elia Martell (pobre mujer) y, por lo tanto, el hasta ahora bastardo de Invernalia sería el heredero al Trono de Hierro, por encima de Daenerys. El montaje de la escena (guiño, guiño) me ha parecido bastante bien llevado, pero explicar por centésima vez esta historia creo que es excesivo. He aquí uno de los problemas de Game of Thrones, que como se dirige al gran público, muchas veces eso supone perderse en soltar a la cara veinte veces las cosas para que a la gente le quede claro, algo que Martin hace sutilmente para que tú, lector, leas entre líneas y saques tus propias conclusiones. Y muchas veces tienden a provocar que el resultado termine siendo previsible. Ejemplo: tras muchos años, la daga de vidriagón que estuvo a punto de matar a Bran aparece de nuevo, incluso en libros de Antigua mientras Sam los estudia (la trama del muchacho muy útil por cierto: cura a Jorah, descubre el vidriagón y la anulación del matrimonio del papá de Jon). Un par de capítulos después, Meñique se la entrega a Bran, y éste a Arya. Sabiendo que el hermano menor de los Stark tiene un poder que quizá no le permita ver el futuro con total claridad pero sí retazos, ¿era gratuita esa escena? No, esa daga finalmente la usa su hermana para matar a Petyr. Lo mismo que lo de Jon y Dany.
En el tercer episodio se conocen, se enfurruñan un poco, pero no va a más la cosa. Con el paso de los capítulos, empiezan los guionistas a lanzar a la cara del espectador comentarios “sutiles”, como Davos diciendo que la mira mucho, o Tyrion insinuando que Jon está enamorado de la joven Targaryen. Además de las diferentes escenas que comparten ambos, a cada cual más cercana si cabe. Lo que empezó con un Jon intransigente y una Dany más intransigente todavía, ha acabado con dos Targaryen siguiendo la tradición incestuosa que ha caracterizado a su familia desde hace siglos, porque ése es el endgame. El problema, nuevamente, es el cómo llegas allí (recordad lo que os he comentado sobre Sansa antes). Pero eso a la mayor parte del fandom le da igual. Lo importante para ellos es que Dany y Jon ya están juntos, y tendrán descendencia. Ojo, no lo sé, pero es lo que os decía de la previsibilidad. En los últimos episodios, se ha repetido en numerosas ocasiones que Daenerys no podía tener descendencia, que sus únicos hijos iban a ser sus dragones. Pero claro, no contaba con el poder mágico de un tío como Jon, resucitado por R’hllor y encima sangre de su sangre, para aumentar todavía más si cabe el poderío del joven. Recordad además que la serie tiende a lanzar a la cara la misma idea muchas veces para provocar un efecto sorpresa, que para mí, es completamente artificial y no me genera asombro alguno, al contrario, acabas diciendo un “se veía venir“. Mi apuesta es: Jon muriendo en pos de la humanidad, salvando a todos en un último combate desesperado, y Dany teniendo un bebé que continúe el linaje. Sinceramente, no les veo a ambos en el Trono de Hierro, sería demasiado bonito para ser Juego de Tronos, aunque claro, como ya hay cosas que parecen más fanfic que otra cosa, pues nunca se sabe.
Quizá una de las mayores controversias esta temporada haya derivado del 7×06, Beyond the Wall, un capítulo que para mí es de los mejores de la serie, pero que tiene fallos. Muchos. Pero mirad, se admite, y no pasa nada. Empezar a despotricar sobre si la coherencia, si la velocidad, si lo otro… no tiene mucho sentido, sobre todo teniendo en cuenta que esto lleva sucediendo desde hace muchísimo tiempo, lo que pasa es que ahora canta más, dado que todos los personajes se mueven como Barry Allen (Gendry sobre todo), a excepción del ejército de los muertos. Mirad, os aconsejo que echéis un vistazo a este mapa de Poniente mientras leéis algunos de los viajes que han protagonizado los personajes en otras temporadas, y que ahora os menciono:
- En la temporada pasada, Meñique está en el 6×04 en el Valle; en el 6×05 llega al Muro.
- Theon comienza la sexta temporada en el Norte, y en el 6×02 parte a las Islas del Hierro. En el 6×03 llega, y en el 6×05 huye con Yara. En el 6×07 aparecen en Volantis, y en el 6×09 ya están en Meereen.
- Jorah se marcha en el 6×05 de algún lugar del Mar Dothraki y aparece en el 7×01 en Antigua.
- Catelyn Stark parte de Invernalia en el 1×02 hacia Desembarco, siguiendo el Camino Real (en los libros va por mar, haciendo que llegue más rápido; en la serie va por el continente), y llega al comienzo del 1×03.
Hay más, pero creo que queda claro con estos ejemplos. La cosa es que en esta temporada meten varias marchas más porque tienen que concluir la historia. Breaking Bad, una de las mejores series que se ha emitido, caracterizada por su ritmo pausado en temporadas anteriores, en sus episodios finales, aumentó la velocidad notablemente porque su conclusión estaba próxima. Game of Thrones debe terminar, y por eso se han tomado este año más licencias que nunca en el aspecto de los viajes entre diferentes zonas, entre otras cosas porque en la cabeza de los creadores de la serie está el desenlace y, como decía líneas atrás, saben cuál es, pero para llegar allí tienen problemas.
De ahí inventarse un plan estúpido de Tyrion (el enésimo esta temporada), que consistía en capturar un muerto para llevarlo ante su hermana para que comprendan la amenaza que se cierne sobre ellos. El plan ya nació tonto, la ejecución es mala, y la resolución peor, principalmente para los intereses del bando del enano Lannister. Pero todo es por algo. Los Caminantes debían llegar a Poniente. La única forma de hacerlo era cruzar el Muro, que parecía imposible, dado que es una construcción hecha, aparentemente, para impedirles el paso. Los responsables de la serie omiten elementos que Martin ha introducido en sus novelas, y la única forma que tienen de conseguir que los muertos lleguen a los Siete Reinos es mediante un dragón de Daenerys, que supone un golpe de efecto ya que si la amenaza era grande, con una criatura así, resucitada por el enemigo, lo es todavía más. Para ello, Dany debía ir más allá del Muro, para que comprendiera la verdadera amenaza y de paso un dragón se quedara por el camino, provocando la caída del Muro por el lado de Guardiaoriente (impresionante por cierto), un momento que la mayor parte de fans de la saga han deseado ver desde hace tiempo, además de realizar numerosas teorías durante años sobre la forma en la que caería el Muro. Esto es algo que ha especulado muchísima gente, incluso antes de que empezara la serie, por lo que si alguien cree que ha inventado la penicilina teorizando sobre la caída de esta muralla mágica, que se ponga a la cola, que hay unos cuantos antes. El criticado Beyond the Wall, que tiene una primera parte magistral con las conversaciones de la expedición comandada por Jon, es un punto de inflexión para la historia, que pese a tener fallos es uno de los episodios más disfrutables de la serie, y que en el conjunto global supone un antes y un después para lo que sucederá en los episodios finales. A los que os habéis esforzado tanto criticando las decisiones tomadas en el 7×06 y la forma de mostrarlo, pensad que era necesario para culminar la temporada así, y no quiero imaginar lo que pasará en la última. Recuerdo las palabras que dijo hace años Martin sobre el efecto mariposa y las repercusiones de pequeños cambios en la serie lo que podría producir. Ésta es una de ellas.
No me olvido de España. Sí, nuestro país ha vuelto a ser protagonista en esta temporada, con escenarios como las playas del País Vasco y San Juan de Gaztelugatxe, que ha sido Rocadragón; el castillo de Trujillo que vemos como las murallas de Desembarco en el 7×07; los Barruecos en Cáceres que lucen impresionantes en la descomunal batalla del 7×04; la propia ciudad extremeña, que ha sido Desembarco del Rey y Antigua; el castillo de Almodóvar del Río en Córdoba como Altojardín y los interiores de Roca Casterly; las ruinas de Itálica a las afueras de Sevilla, que lucen de maravilla como Pozo Dragón en la escena más importante del final de la temporada; y las Reales Atarazanas (también en la ciudad hispalense) como lugar escogido para el reencuentro de Jaime y Tyrion, y donde almacenan las calaveras de los dragones de antaño. Espero que la última temporada también tenga escenarios españoles, porque es un placer ver a nuestro país elegido como lugar de rodaje de esta enorme producción.
Al margen de los fallos que haya podido tener la temporada, considero como decía anteriormente que es de las mejores de la serie y ha estado a la altura de las expectativas. Quizá esperaba que el frente de la guerra humana lo dejaran ya prácticamente cerrado de cara a la octava temporada, pero no supone un motivo de queja por mi parte. La serie necesitaba avanzar de cara a su desenlace definitivo y lo ha hecho, quizá dejando por el camino algunas cosas importantes, pero creo que no es el primer año que lo lleva haciendo; es más, creo que ha ido quitándose “lastre” de encima desde sus inicios, lo que pasa es que ahora es bastante más descarado porque se aproxima el final y los creadores quieren concluir la serie. Creo que lo recomendable es realizar un visionado de la serie, y más teniendo en cuenta que no volveremos a ver Game of Thrones, al menos, hasta dentro de un año. Me despido ya, y os invito a que comentéis cuáles han sido vuestras opiniones al respecto de esta séptima temporada. Valar Morghulis.