Review House of the Dragon: The Queen Who Ever Was
Pues se acabó. La segunda temporada de House of the Dragon ha llegado a su fin, y con ella, las reviews semanales. Pero no nos vamos sin analizar lo que ha deparado su último episodio, así que vamos sin más dilación.
Como conclusión de la entrega, me ha dado rabia. Principalmente, porque no habrá nada más de la serie hasta dentro de dos años, y este formato para enfocar un cierre de temporada ya lo habíamos visto en la mayoría de temporadas de Juego de Tronos, cuando en el penúltimo echaban toda la carne en el asador, y en el décimo recolocaban piezas y anticipaban pinceladas para la próxima, y no deja de ser frustrante, la verdad.
Hay muchas personas que estoy convencido de que van a criticar duramente la segunda por haber anticipado una guerra de la que solo hemos tenido retazos. Y, en parte, las puedo entender. Porque, efectivamente, han dilatado los acontecimientos. ¿Eso es malo? Una vez concluida la misma, para mí, no lo es.
Algunos aspectos debían expandirse, y ya quisieran muchas series (te miro a ti, The Boys) tener temporadas “puente” como la de House of the Dragon para ciertas cosas. Creo que los responsables de la serie, son conscientes del material que tienen entre manos, y que si fueran directos al grano y siguieran al pie de la letra el texto original, necesitarían un presupuesto del tamaño de la recaudación en taquilla de Marvel Studios con sus pelotazos, y el desarrollo de la mayoría de personajes quedaría opacado por los eventos bélicos narrados en la crónica que es Fuego y Sangre; así que han decidido estirar el asunto. De hecho, la línea de diálogo entre Alicent y Rhaenyra diciendo la reina Targaryen que la gente recordará a la reina viuda como una monarca cruel, fría y ávida de poder, para luego replicarle el personaje de Olivia Cooke que, esencialmente, se la sopla, es un dardo al sector del fandom más beligerante por no ceñirse literalmente al blanco sobre negro de la obra.
¿Mejor la primera temporada? Bajo mi punto de vista, no. La entrega inicial tuvo el hándicap de tener que abarcar un periodo muy grande de tiempo en tan solo diez episodios, lo que repercutió en el desarrollo de lo más importante en esta saga: los personajes. Aquí han hecho lo contrario, tomarse el tiempo que luego no van a tener, porque se vienen cositas, para explorar los conflictos externos e internos de los protagonistas de esta historia. ¿Que ha habido beneficiados y damnificados? Por supuesto. Pero por eso decía antes que prefiero esta “temporada puente” a la de muchas otras series: porque los personajes son mejores que en la media televisiva actual, el reparto tres cuartos de lo mismo, y algunas de las tramas vistas este año son de lo mejor del universo televisivo de Canción de Hielo y Fuego, que va camino de expandirse más aún. Y, a nivel técnico, pocas son capaces de toserle ahora mismo.
Vamos con damnificados, por no proseguir con lo positivo. Corlys Velaryon, para mí, es el peor personaje de la temporada. Siento que hemos perdido minutos viéndole en pantalla. Sí, en el libro, en esta etapa, no es el más activo de todos, pero de la misma forma que, literalmente, han creado una trama entera para Daemon, o las interacciones entre reinas, algo mínimamente digerible habrían podido diseñar para darle vidilla a Corlys, que es uno de los miembros principales del reparto, y ha salido en el mismo sitio el noventa por ciento del tiempo que ha estado en pantalla. Asumo que la próxima mejorará sus prestaciones, aunque no es difícil, visto lo visto hasta ahora.
Otro que ha dado bandazos, Jace. El Príncipe de Rocadragón, heredero de Rhaenyra, ha tenido momentos buenos, como el episodio donde negocia en nombre de su madre ante los Frey, permitiendo el paso de los Stark, algo que hemos podido ver hoy; pero la mayoría del tiempo, creo que ha pasado algo desapercibido, como el resto de jóvenes Targaryen, con los que creo que no saben cómo explotar del todo, aunque también considero que es una cuestión de gestión del tiempo y los recursos acerca del reparto. Dicho de otra forma: el momento de la siguiente generación llegará, y mientras, hay otros jugadores que han de cumplir su papel. No obstante, tirando de porcentaje en pantalla, me ha convencido más lo visto de Baela que de Jace, mismamente. Rhaena ha sido más terciaria, aunque si doma a ese dragón que nos han mostrado al final, puede que la veamos más en acción, así que esperaremos acontecimientos.
Esto va a ser una opinión impopular seguramente: el que no me ha gustado tanto es Aemond. Me da la sensación de que le hemos empezado a ver a partir del cuarto episodio, y que luego, sí, ha tenido algún momento destacado, pero si comparo con lo que han sido los verdes como conjunto, igual es el principal damnificado bajo mi punto de vista. Entiendo que han querido construir al villano de su bando, pero se me ha quedado algo corto, no sé.
Esta dudo que sea opinión popular, porque el vilipendio hacia el personaje es constante, y asumo que las escenas de esta semana tampoco van a ayudar a que se valore su trayectoria esta temporada, pero, una vez ya concluida la entrega, me ha gustado lo que han hecho con Alicent, con un punto de crítica concreto: su “relación” con Cole, aunque entiendo el motivo.
Han hecho que Alicent se deconstruya, digámoslo así. La han despojado de todo aquello en lo que se sustentaba, a todos los niveles, y ha terminado acudiendo a Rhaenyra para intentar enmendar lo sucedido, ofreciéndose, directamente, como traidora a su bando, en una escena que me ha parecido muy potente a nivel de camino recorrido para ambas, lo que les supone, y qué han sido la una para la otra, aderezada con gestos como el de la reina viuda mordiéndose las uñas, algo del personaje que nos ha acompañado durante toda la serie.
Sobre lo suyo con Cole. Sigo pensando que esa parte está metida porque HBO quería añadir la cuota sexual clásica de la mayor parte de su catálogo, que ya no está tan presente a día de hoy como antaño, pero aquí parece que hayan querido recuperar. Hasta el séptimo, os habría dicho que me sobraba, sin embargo, la conversación entre Rhaenyra y Alicent me ha hecho cambiar de parecer, ya que se trae a colación un aspecto capital del diseño de la reina viuda: su ferviente defensa de la virtud en contraposición a la reina dragón. Verbalizando la monarca Hightower esto, me convencen de que el personaje ha tenido su evolución, y resuelven parcialmente mis problemas con esta subtrama. Aunque sigo insistiendo en que podrían haber hecho eso sin necesidad de condicionar la escena de Sangre y Queso, sobre todo teniendo en cuenta que el segundo acaba de la misma manera que el primero, con Cole y Alicent follando.
Y me he dado cuenta de otra cosa: esta “relación”, me ha servido más para marcar el viaje de él, que el de ella. Cole ha sido otro de los que más me ha gustado esta temporada, porque se ha ensalzado más todavía lo que ya sabíamos que era, el reflejo de una institución podrida, y un hipócrita de tomo y lomo. Su única escena en el final, mostrándolo taciturno, con un punto de vista pesimista de lo que va a acontecer, me ha gustado muchísimo, totalmente marcado por los acontecimientos del cuarto, y dándose cuenta de su insignificancia en el escenario global de las cosas, aferrándose tan solo a una virtud manchada y al faro que le ha mantenido en puerto durante estos años, a pesar de haberla perdido ya.
Aegon ha tenido una primera mitad de temporada que ha sido el MVP, y otra que ha estado en el banquillo. Y tan bueno fue ese tramo inicial, que creo que le ha servido para ser el mejor personaje, con tan solo breves momentos durante los últimos cuatro. Comparando el viaje de él con el de su hermano, no hay color. Es uno de los grandes aciertos de la temporada, y esa alianza con Larys me llama mucho la atención, personaje que también ha ganado analizándolo en perspectiva más que en cápsulas episódicas.
Otra de las mejores cosas que ha tenido esta temporada ha sido el tratamiento de las semillas del dragón y su viaje hasta reclamar los respectivos dragones, o, mejor dicho, que las criaturas los reclamen a ellos. Cada uno a su manera, pero me han convencido las personalidades de cada uno, y creo que tenemos los detalles necesarios para entenderles, y para los lectores, comprender qué les motiva para hacer lo que harán en el futuro. Esa escena de la cena con los jinetes Targaryen de Rhaenyra en Rocadragón es fantástica.
Precisamente ella es otro punto con el que he navegado con dificultad esta temporada. A momentos me ha gustado, en otros no, pero a pesar de que me ha parecido una entrega correcta a nivel general para el personaje, no es la que más me ha convencido del elenco. No sé si decir que ha quedado desaprovechada en comparación a otros, pero me queda el regusto de que podrían haberle sacado más partido del que nos han ofrecido en la segunda.
Y lo mejor, para el final. Ya lo dije en la review previa que, a falta del 2×08, la de Harrenhal era mi trama favorita de la entrega hasta el momento. Pues ya emitido, mantengo mi opinión.
Han deconstruido a Daemon Targaryen. Yo sé que esto no sentará bien a muchos de sus seguidores, porque en las crónicas se le ensalza como uno de los baluartes de la casa, héroe de guerra y demás, pero el viaje que ha experimentado en Harrenhal ha hecho que el personaje gane más capas, y esta trama se convierta en una de mis favoritas de lo emitido de Canción en televisión hasta ahora, por una razón: este proceso lo han ejecutado a través del lado mágico de esta saga, que me encanta.
Cuando ya parece que todos tenemos claro qué postura adoptará el príncipe pícaro, llega una última tentación en este capítulo: Alfred Broome, miembro del consejo que Rhaenyra había enviado para meter en vereda a Daemon, y que se centrara en la causa como le correspondía. En lugar de ello, este señor, directamente, le propone lo equivalente a alta traición, y espero que le ejecuten por ello, porque menudo pieza.
Quizá otro Daemon hubiese aceptado. Y, por si acaso se lo estaba pensando, Alys Ríos vuelve a hacer acto de presencia y le lleva ante el árbol corazón, donde el hermano de Viserys tendrá la última y definitiva visión sobre cuál es su papel en el gran diseño de las cosas. La escena que comparte con Rhaenyra, rindiéndole pleitesía de una vez por todas, me ha parecido potentísima para cerrar el viaje de él, porque sí, este momento, aunque es una victoria para ella a nivel estratégico y bélico, luce más si pensamos en el camino de Daemon esta temporada que en el de ella.
Y bueno, la visión.
Qué visión.
Para empezar, la escena ya mantiene el tono de mal rollo alrededor de la figura de Alys Ríos, que menudo acierto de casting con Gayle Rankin y su caracterización, de verdad. Llegan al bosque de dioses, y aparece, por un instante, una criatura con cuernos que camina hacia el arciano. ¿Un niño del bosque? ¿Habitan aún allí? ¿Una aparición? ¿Qué narices es esto?
Daemon Targaryen toca el tronco sangrante del árbol corazón, con el rostro de George RR Martin, y se sumerge en una visión que, literalmente, le cambiará la vida.
Empezamos con un vistazo al Cuervo de Tres Ojos, que le traslada hacia una visión de los Caminantes Blancos y el invierno que amenazan con traer al mundo. Pero antes de la muerte blanca, llegará la propiciada por los eventos de la Danza, ni más ni menos, que la de los dragones, su casa. Todo lo que han construido desde la llegada de Aegon el Conquistador, perderá su fuerza con el paso del tiempo, y él también morirá, pues todos los hombres deben morir. No obstante, su legado se mantendrá con vida, como vemos con la llegada del cometa rojo y la eclosión de los huevos de dragón de Daenerys Targaryen. Para cerrar con lo más importante para que ese futuro se cumpla: que Rhaenyra se siente en el Trono de Hierro, y él colabore en este esquema.
Aquí entra en juego la respuesta del espectador, porque ya he leído reacciones de por qué se empecinan en la profecía si luego en Juego de Tronos ya sabemos cómo acaba todo. Y creo que es un pensamiento erróneo, porque este conjunto de escenas no es para los espectadores, que también porque es fanservice (y del bueno), sino para Daemon. Necesita un último empujón para comprender definitivamente que él no es el más importante, sino que es solo uno más dentro de una cadena de acontecimientos que van a pasar. Tampoco es una visión sobre el príncipe que fue prometido, sino una sobre el linaje Targaryen y su papel en el futuro, y lo que va a pasarles próximamente. Y me parece toda esta parte una auténtica maravilla.
Y aquí viene el momento final. Helaena interpelando a través de esta magia a Daemon. La semana pasada se filtraron secciones del episodio. Yo llegué a ver un texto que decía que ella es el Cuervo de Tres Ojos. Creo que no lo es, sino que tiene acceso a ese poder como consecuencia de la magia intrínseca en su sangre valyria, y en el hecho de que ya se nos ha indicado que ha habido Targaryen soñadores, pero si me dicen que ella es el Cuervo de Tres Ojos actual, puedo llegar a comprarlo. En cualquier caso, siento que han elevado más aún al personaje de ella con este momento, y casi diría que durante esta finale la he visto más lúcida de lo habitual en la serie, y no sé si está conectado a que Daemon haya interactuado con la magia también o qué, pero me ha llamado la atención cómo la han enfocado a ella esta semana. Además, lanzando también algún spoiler también a Aemond, que ha estado más preocupado de reclutarla para la causa bélica que de mirar por su bienestar.
Tengo ganas de la próxima temporada, aparte de lo evidente, que me encanta el universo y la serie, pero también por el montaje final, más que por la escena de cierre, que me pareció muchísimo más potente la de la primera. Pero aquí lo han compensado con el montaje, con la música de Ramin Djawadi rindiendo a gran nivel de nuevo, y con fragmentos de los jugadores de la guerra. Eso sí. ¿Qué hace Otto encarcelado? ¿Por qué y por quién?
El camino de House of the Dragon termina por ahora hasta dentro de dos años. Se mitigará la ausencia con el estreno del Caballero de los Siete Reinos el año que viene, pero nos han dejado con la miel en los labios, la verdad. Para mí, esta temporada ha rendido al mismo nivel que la anterior, y, en algunos aspectos, a más. Y la considero entre las mejores series de 2024 hasta ahora. ¿La mejor? Habrá que valorarlo cuando concluya, porque hay algunas contendientes ya emitidas, y viene alguna más, sobre la que podríamos discutir posiciones.
Sea como sea, os agradezco a quienes hayáis leído los artículos cada semana, y os invito a pasaros mañana por Twitch en nuestro debate sobre la entrega, y el miércoles en YouTube, donde tendremos a compañeros de otros podcasts amigos y la comentaremos también con ellos. Y si queréis llevaros una ilustración de Daemon Targaryen, estáis a tiempo aún si vais a nuestro perfil de Twitter.
Gracias por estar al otro lado, y Valar Morghulis.