Review Ahsoka: Part Four – Fallen Jedi
Llevamos dos semanas en las que, en contraposición a la primera semana cuando se lanzaron los dos primeros, que tenían una carga más destacada de diálogos, escenas para situar al espectador, y con acción, pero no como elemento principal, hemos disfrutado de capítulos donde prima la acción, y hay poco margen a conversaciones o momentos profundos. Y yo feliz. Vamos con el cuarto.
Ya en Seatos, este cuarto se ubica en su totalidad en el planeta. Sabine y Ahsoka habían aterrizado, y vemos cómo se preparan para acudir al encuentro del grupo de Morgan Elsbeth, planteando previamente el punto sobre el que girará el 1×04: qué hacer con el mapa.
Todo pivota en esta decisión. Ezra y Thrawn, previsiblemente, están atrapados en otra galaxia. El bando de Elsbeth quiere recuperar a su Gran Almirante, para que pueda ocupar su lugar como Heredero del Imperio (piel de gallina con la mención), mientras que Ahsoka, Sabine y Hera quieren traer de vuelta a su amigo.
No obstante, mientras que en los enemigos no hay fisuras, y todos responden acorde a un plan, en el bando rebelde sí las hay, porque Ahsoka, aun queriendo que Ezra regrese, es consciente de todo lo que puede derivar de la vuelta de Thrawn; otra guerra, sin ir más lejos. Pero Sabine no está por la labor, y alberga dudas. Y ya sabemos lo que pasa con los jedi y las dudas. Me viene a la cabeza la cita del Maestre Aemon Targaryen en Juego de Tronos, cuando le dice a Jon Nieve que “el amor es la muerte del deber”, y creo que viene al caso aquí.
Sabine no es una jedi; como mucho, aprendiz. Es una mujer que tiene un acceso reducido a la Fuerza, que fue introducida en los caminos de la Fuerza por Kanan en su momento, y Ahsoka la adiestró más en profundidad que cuando lo hizo el maestro de Ezra. Pero ninguno la llevó a una posición en la que podamos afirmar con rotundidad que es una caballera jedi. No está atada a ese “deber” al que hacía referencia con la cita de Canción de Hielo y Fuego, como sí lo estaba Jon. Tiene que aprender muchas cosas, y por eso me sigue gustando que en un cara a cara contra Shin Hati, la discípula de Baylan siga imponiéndose a nuestra protagonista, porque no está a su altura, y, con lo visto hasta ahora, no sería creíble que pudiera vencerla, como hace Ahsoka con Marrok esta semana. Por cierto, sobre este último, ese humillo que sale de su herida al derrotarle, apesta a brujería de Elsbeth como Hermana de la Noche. ¿Cáscara vacía y marioneta? ¿O había alguien ahí dentro controlado por ella? No sé si responderán, pero ese color de humo no es gratuito, y fijaos que es de la misma tonalidad que cuando ella maneja el orbe que contiene el mapa.
Por todo ello, y porque Sabine siempre ha sido una persona a medio camino entre muchas cosas, por las circunstancias que le tocó vivir desde que se impusiera el Imperio Galáctico, es lógico, coherente y normal que por quien más apego sienta es por su familia elegida. La tripulación de la Ghost es lo más parecido a lo que ha tenido ella a un grupo familiar funcional, dado que con su propia sangre tuvo sus más y sus menos, y en Mandalore tampoco fue siempre bien vista. Tener a tiro de piedra la solución para volver a ver a Ezra es una tentación demasiado grande para ella y, si la hubiese rechazado, me hubiese parecido algo contradictorio, por todo lo que sé del personaje. Y esta es una de las múltiples razones por las que alguien nuevo entrando en Ahsoka no podrá comprender nunca tanto a los personajes y sus motivaciones como alguien que viene de Rebels, como mínimo. De nuevo, si no visteis las series animadas, ni lo intentéis con esta; es empezar una serie por su quinta temporada, no tiene sentido.
De maestros y aprendices va en parte Star Wars, además de otras cosas, y Baylan justamente alude a quien enseñó a Ahsoka, Anakin. La relación de estos dos solo puede comprenderse, nuevamente, si has visto Clone Wars. Aquellos que hayan visto solo las películas no saben quién es esta mujer, ni lo que supuso para el que acabaría convirtiéndose en Darth Vader; ni, por supuesto, lo que fue para ella ver cómo él sucumbía al lado oscuro. Baylan conocía a Anakin Skywalker, y quién no. Aunque no fueras alguien cercano a él, todos en la Orden tenían muy claro que el aprendiz de Obi-Wan estaba destinado a ser el Elegido que devolviera el equilibrio a la Fuerza. Pero el tema del legado y el linaje que justo pasa por Skywalker es uno bastante interesante, como mencionó Huyang en capítulos anteriores.
Sabine es adiestrada por Ahsoka, que fue padawan de Anakin. Él fue entrenado por Obi-Wan, quien aprendió las artes jedi de Qui-Gon Jinn. Este, de Dooku, al que previamente Yoda educó en la Fuerza. Una curiosa senda de maestros y aprendices, que alcanza hasta el punto en el que nos encontramos en la serie, y, si os fijáis, cada vez es más sinuosa, porque los supuestos “jedi”, comienzan a no respetar tanto los cánones de lo que la Orden Jedi considera que deberían ser estos caballeros. Huyang se lo soltó a Ahsoka, que Sabine nunca hubiera sido admitida en el Templo, y ella misma fue repudiada, en parte, porque el adiestramiento de Anakin ya no respondía a lo habitual, y él como padawan de Obi-Wan se salía de la norma. Del mismo Dooku vemos puntos interesantes en la interesante Tales of the Jedi, otra ficción animada que recomiendo. Por todo esto, por el camino de la Fuerza hasta Sabine, no tenía sentido que la mandaloriana rechazara la opción de llegar a Ezra, aun sabiendo que Thrawn puede volver. Y de eso se aprovecha Baylan, para de paso, cargarse el mapa y cualquier opción de que puedan ser rastreados. Por cierto, me encanta este personaje y la interpretación del finado Ray Stevenson.
Y claro, tanta mención a Anakin Skywalker no podía ser gratuita. Ahsoka pierde ante Baylan, la empuja al vacío, hacia una supuesta muerte que todos sabíamos que no iba a acontecer, y llegamos a la escena final.
¿Dónde está Ahsoka? Falta que lo verbalicen, o lo expliquen de otra manera para el que no lo sepa, pero os digo, si alguien está viendo la serie sin haber visto las animadas (de nuevo, error) y me lee, que ese lugar es el Mundo entre Mundos, concepto que introduce Rebels. Supongo que la semana que viene me explayaré sobre esto. Pero, lo más importante, es que el cliffhanger es, ni más ni menos, que el reencuentro entre maestro y aprendiz. ¿Significa esto que Ahsoka está muerta? No, está viva. Lo que pasa es que este sitio es… especial, vamos a decirlo así por ahora. Lo único que me chirría de este momento es cómo llega Ahsoka ahí, porque cae, y la vemos despertar ahí dentro, sin escena explicativa que nos sitúe un poco. No sé si lo explicarán o qué, pero vamos, mínima queja.
Tampoco es una sorpresa el ver a Hayden Christiensen. En su momento, se confirmó oficialmente que regresaría en esta serie, así que solo era cuestión de tiempo que hiciera acto de presencia. Estoy deseando ver el quinto. Podemos estar ante algo muy grande si se hace bien, y como Filoni es mi pastor, y nada me falta, confío totalmente en él y en lo que haga al respecto. Ese “Hey, Snips”… Maldito Filoni, sabes lo que nos gusta.
Nos vemos en la próxima review, y sabed que podéis dejarme vuestras opiniones en esta misma entrada, o en redes sociales de Casa Spammer, como siempre. Un saludo, y que la Fuerza os acompañe.