Review The Mandalorian: Chapter Twenty-Three – The Spies
Se nota bastante que estamos ya en la recta final de la temporada. El episodio de esta semana ya pone las cartas definitivamente sobre la mesa, y nos prepara para una resolución de entrega que promete ser intensa, tal y como han quedado las cosas con el séptimo capítulo, así que vamos ya con el repaso al mismo.
Moff Gideon no estaba muerto, estaba de parranda. Todos lo teníamos claro, ya se nos había dicho durante la entrega, y eran muchas menciones como para que no regresara. El cierre del quinto nos lo dejó cristalino, y quedaba la duda relacionada con el beskar, y en qué modo estaba relacionado con el imperial, dado que se había fugado y se encontró material en la nave que lo trasladaba a una localización penitenciaria de la Nueva República. Todo eso se ha aclarado, y hemos recibido más información, bastante interesante.
El cold opening me parece una gran declaración de intenciones, no ya para esta serie, sino para lo que está por venir en la franquicia, a lo que luego me referiré. El caso es que asistimos a una sesión de ese Consejo en la Sombra, donde los supuestos caudillos imperiales desorganizados y mal repartidos por la galaxia, resulta que no lo están tanto, y sí que conservan una mínima organización, y quieren ejecutar algo que llaman el Proyecto Nigromante (no suena precisamente bien, la verdad). Estos imperiales parece que están notando la ausencia de un liderazgo claro, y entra a la palestra la figura del Gran Almirante Thrawn, al que conoceréis si visteis Rebels (si no, os animamos encarecidamente a hacerlo, y a ver nuestro programa respectivo), o si habéis leído el material literario que hay sobre él, y que va a ser relevante dentro de muy poco en la saga de acción real. Ante el vacío de poder, Gideon se postula (así, de casualidad) como cabecilla de este Consejo, aprovechando que mete baza con el tema de los mandalorianos resurgiendo, y su petición de refuerzos para acabar con esta amenaza para los intereses imperiales. De esta manera, gana una posición prominente en esta estructura más cohesionada de lo que se piensan los patanes de la Nueva República, y regresa al foco de acción principal en esta serie, por todo lo alto, me atrevería a decir.
Ahora sí, pasadas las semanas, el 3×03 resulta que sí tenía razón de ser, porque ya conecta directamente con todo esto. No obstante, no me harán cambiar de parecer con respecto a que estuvo mal ejecutado, porque entendí perfectamente que iba a ser relevante, pero la forma de contarlo me desconectó por completo. Y, hablando de conexiones, vamos con un melón interesante.
Por si alguien no lo tenía claro a estas alturas, tras la Star Wars Celebration de la semana pasada, ya sí que creo que es más que evidente que nos vamos (ya nos dirigíamos) hacia una interconexión total de todos los productos de la franquicia, como sucede con Marvel Studios y su Universo Cinematográfico. ¿Qué conlleva esto? Pues que, para comprender todos los guiños, referencias, y, al paso que vamos, tramas en general, tendrás que ver, no solo lo presente, sino lo pasado.
Disney Plus permite eso, al albergar el contenido de Star Wars lanzado hasta ahora. Pero claro, desde el punto de vista de alguien que no lo siga todo, es un fastidio (por decirlo finamente), y más si te dicen a las claras que la resolución de esta serie, y la de otras, la veremos en una película. Como alguien que sí lo ha seguido todo, me gusta que vayamos a tener un evento a lo Vengadores, y resuelvan las cosas ahí, pero desde luego el debate sobre si una serie debe acabar donde toca, es decir, en su medio, o ya no entendemos eso así, está servido. Digo más: ¿deberíamos dejar de considerar las producciones Marvel y Star Wars como películas o series, sino simplemente como piezas de un todo mayor, y juzgarlas como partes de ese conjunto, y no con los baremos tradicionales de sus medios respectivos? Dejo esta reflexión y sigo.
Esto de conectarlo todo les permite hacer cosas como lo visto esta semana, y me refiero a lo que cuenta Gideon cuando se enfrenta a los mandalorianos al final del capítulo. El tío ha cogido elementos relevantes lanzados durante la saga, como la clonación, los jedi y los mandalorianos, y lo ha aunado todo para montarse su propio mini Imperio, que aspira a hacerlo más grande todavía. Es más, viendo de nuevo a la Guardia Pretoriana destrozar a Pas Vizsla (descanse en paz, tremenda escena la de su sacrificio), puede que a lo que estemos asistiendo directamente es al nacimiento de la Primera Orden tal y como la conocíamos en la trilogía de secuelas, algo que también había sido material de teorías durante los años de emisión de The Mandalorian. Los que salen son los que vimos en el Episodio VIII, la Guardia personal de Snoke, en una de las mejores escenas de la mejor película de la última trilogía, y una de las mejores de Star Wars, in my opinion. Favreau y Filoni están cosiendo todo lo que teníamos en productos principales, trayendo lo que se lanzó en los que hasta ahora eran secundarios (que ya no lo son tanto), y están montando un universo compartido que estoy gozando a lo bestia.
Con tanta mención a los imperiales, he tocado el principio y el final, pero no lo intermedio del episodio. Y es que el regreso a Mandalore de los exiliados, como ya he contado, no ha sido el deseado, porque las fuerzas de Gideon han ganado este asalto, matando a Vizsla y capturando a Din Djarin. El imperial ni más ni menos que tenía su base en el planeta natal de nuestros protagonistas, lo cual me parece bastante cruel e ingenioso, a decir verdad. ¿Cómo mirar en un sitio del que se dice que es inhabitable y desolado? Para pasar desapercibido, me parece un gran escondite, y sabiendo los recursos del lugar que mantuvieron esa sociedad durante generaciones, resulta una táctica buenísima de Gideon para su resurgimiento.
Pese a los esfuerzos de Bo-Katan por reunir a los suyos de nuevo, y que alejen sus diferencias para reconstruir Mandalore, va a tener que pasar por más pruebas, después del golpe recibido por Gideon y su flota imperial. Encima hemos conocido también el motivo por el que tenía este señor el Sable Oscuro, así que más ingredientes al caldo de este gran episodio. Porque la serie se llama The Mandalorian y parece muy enfocada en Din y Grogu, pero tras todo el recorrido de Bo-Katan en esta tercera entrega, con la escena que comparten ambos en la que le realiza esa especie de juramento o promesa a ella, y viendo la escena en la que capturan a Mando, yo pensaba que iban a cerrar esta semana matándole; de hecho, no lo acabo de descartar del todo, porque cómo ha cobrado importancia y peso ella durante toda la entrega, no me causaría ninguna sorpresa, la verdad. Veremos cómo acaba todo en unos días.
El detalle gracioso de este episodio ha sido ver a Grogu en su nuevo “vehículo”, en IG-12, remodelado por los anzellanos, y con el espacio suficiente para que el pequeñajo quepa y lo maneje, además con un módulo para contestar “sí” o “no”, lo cual nos ha servido como alivio cómico de este séptimo capítulo. ¿Otro guiño a que pronto va a hablar?
La conclusión de la temporada creo que va a ser increíble, y por mi parte solo queda despedir esta review, y esperar como todos hasta la próxima semana, donde nos tocará despedirnos por ahora de The Mandalorian. Nos vemos en la última.