Review The Mandalorian: Chapter Twenty-One – The Pirate
Es el momento de entrar en la segunda etapa de esta tercera temporada. Una entrega que, durante estas semanas de marzo, ha dejado opiniones enfrentadas sobre si seguía a buen nivel, si había perdido este año, o qué quería hacer al respecto. Lo bueno de ir semana a semana desgranando el conjunto global es que podemos opinar si lo visto en el episodio concreto nos gusta más o menos, y este quinto me ha parecido otra buena muestra de que sí está a la altura, y sigue ofreciendo un buen espectáculo semanal. Vamos con ello.
Mi gran queja de esta entrega fue el tercer capítulo. En su momento, me pareció un corte de rollo importante, con un bloque ajeno a lo que les pasaba a Mando y Grogu muy extenso, y que parecía más otra serie que The Mandalorian. Como he dicho en la apertura, ésta es la gran ventaja del análisis semanal: que se veía que tenían intención de enlazarlo con lo que sí les sucede a nuestros protagonistas, pero la ejecución concreta en forma de capítulo, para mí, dejaba que desear. Salvo que quisieran hacer un spin off específico de lo que pasa en Coruscant en la época que nos encontramos de la línea temporal de Star Wars (ya no descarto nada tras tantos años metido en esto), lo lógico era pensar que se iba a conectar con la historia de esta entrega, y, tras los acontecimientos del quinto, todo parece cobrar sentido.
La acción nos devuelve a Nevarro, donde llega la flota del pirata que conocimos en la Season Premiere, el que parece La Cosa del Pantano, vaya. Tras someter a sus habitantes, que huyen a duras penas de la ciudad, Karga solicita ayuda de la Nueva República, que me están empezando a caer mal, porque vaya patanes (se comieron un alzamiento de la Primera Orden, y visto lo visto, no me extraña). He aquí el punto de conexión, dado que el contacto de Karga es un piloto que ha salido en otros momentos de la serie, Carson Teva, que acude a Coruscant a dar parte de lo que está pasando, y, como siempre, la burocracia y las formalidades se imponen, y le dan la patada.
Hemos vuelto a ver a Elia Kane, esa ex imperial que ahora pasa a formar parte de los acogidos de la Nueva República, y “reformados” tras un programa de condicionamiento, aunque no parece funcionar demasiado bien, la verdad; que se lo digan al científico. Teva transmite su preocupación por la creciente oleada de eventos extraños, y menciona a Gideon, del que los rumores apuntan a que no llegó a ser enjuiciado. Sorpresa, sorpresa: el cierre del episodio nos muestra precisamente eso, que el transporte nunca llegó a su destino, y el imperial escapó, así que le vamos a ver en estas tres próximas semanas, con casi toda seguridad.
La otra incógnita que abre el final de este 3×05 es ese resto de beskar encontrado en la nave que transportaba a Moff Gideon, ya que ese material solo lo visten los mandalorianos, así que algunas de las posibilidades son, que, o bien, una facción de la raza haya liberado a Gideon (no sabemos si la integra alguien conocido o no); o igual es una trampa para cargarles el muerto a Mando y los suyos, como represalia por haber truncado los planes de Gideon durante la serie, y que la Nueva República les culpe por liberarle. No me quiero inclinar por ninguna de momento, porque incluso puede tratarse de otra opción que no contemplo, así que veremos hacia dónde nos lleva todo esto.
Hemos tenido otra semana de buenas escenas de acción, aunque eso suele ser algo en lo que no defrauda The Mandalorian, así que destacarlo ya casi que es redundante. El bueno de Teva acude al refugio mandaloriano tras la negativa republicana, y le da el mensaje de Karga a Mando y compañía, que deciden tras una asamblea que viajarán a Nevarro para poner fin al ataque del pirata. Las cosas salen bien, y como recompensa por sus acciones, Greef les otorga terrenos para que se establezcan y pasen a formar parte de la comunidad del planeta, y dejen el anonimato y el exilio (mejor, que se piren del planeta ese donde estaban, porque vaya fauna).
Y luego viene una parte que me deja un poco descolocado. Volvemos a aquella fragua de Nevarro que conocimos en la primera temporada, y la Armera tiene una conversación bastante interesante con Bo-Katan, ya que sí, parece que creyó cuando la mandaloriana le contó lo que vio en las Aguas Vivas, al mythosaurio. Ya me parecía extraño que alguien tan devota como la Armera pasara de ese comentario como el que dice qué buen tiempo hace hoy. Satisfecha mi duda, viene el punto conflictivo. Y es que, tras todo lo visto hasta ahora, la importancia del credo, la manía de no quitarse el casco ni para ir al baño, lo de que no te vean la cara otros… va la Armera y le dice a Bo-Katan que se lo quite.
Esto no me inquietaría si no fuera porque parece como un paso atrás en la evolución del personaje, ya que hemos visto cómo va asimilando las costumbres del grupo de exiliados, el credo y todo eso; hasta el punto de sentirse cortada cuando le pide que se quite el casco, y luego cuando aparece delante de todos sin él. Hasta ahí ha llegado Bo-Katan en esta entrega, y me extraña mucho esa imposición por parte de la lideresa del grupo. Podría justificarlo de esta manera: ella dice que Bo-Katan ha caminado entre los dos mundos, aquellos que del credo pasan bastante, y se quitan y ponen el caso a su antojo; y los que sí creen en las antiguas costumbres, y siguen el credo a rajatabla. Puedo comprarlo porque al ser una nueva adepta, no esté sometida a aquellas reglas tan estrictas de los que se han criado en este desde pequeños, como el caso de Din Djarin. Ya vimos en Clone Wars y Rebels que Bo-Katan no vivía por estas normas, y el aceptar el credo le viene de ahora, principalmente diría a raíz del avistamiento del mythosaurio. Pero, aun comprándolo, lo hago casi sin mirar y de soslayo. Me parece que han hecho demasiado hincapié en el viaje del personaje hacia su integración en el credo como para que ahora le suelte que no, que el casco es voluntario y que se lo puede quitar si quiere. No sé, me parece raro.
Y sin casco se dirige Bo-Katan, por mandato de la Armera, a encontrar a los mandalorianos que siguen exiliados, y traerles de nuevo al redil, para realizar un éxodo hacia la tierra prometida de su clan, Mandalore… muy bíblico todo, ¿no? Sea como fuere, nos vamos hasta la semana que viene, para ver qué nos depara la nueva entrega de The Mandalorian.
PD: ¡QUE HA SALIDO ZEB ORELLIOS DE REBELS! Joder, qué alegría más grande verle en acción real, y me ha encantado cómo queda, creo que está muy conseguido su salto desde la animación. Yo de vosotros empezaría con las series animadas de Star Wars, porque me da que vamos a ver a más gente de Rebels; y bueno, siempre podéis ver nuestro programa dedicado a la misma, a ver si os pica la curiosidad.