Review The Mandalorian: Chapter Seventeen – The Apostate
Acaba de comenzar marzo. Un mes en el que llegamos a la primavera, que es la estación que la sangre altera, llena de colorido, sentimientos positivos, alergias, alguna que otra lluvia… espera, ¿a quién le importa todo eso? HA VUELTO THE MANDALORIAN; eso es lo más importante. Y con el retorno de la aclamada serie de Disney Plus, vuelven nuestras reviews. Vamos a repasar qué sucedió en el primer episodio de la nueva temporada.
Creo que va a ser una review breve. Sí, a veces he dicho esto y luego me he extendido más de lo que tocaba. Pero es que, siendo sinceros, tampoco es que haya pasado gran cosa.
La escena de apertura de la temporada, y el espíritu en líneas generales, tanto de la serie como el episodio de esta semana, nos traslada que los mandalorianos son casi reliquias del pasado. El rito de iniciación de un chaval en el credo se ve interrumpido por un cocodrilo gigante (madre mía, para cuándo un crossover con Godzilla), y solo salen airosos porque Mando llega con su nave y achicharra al bicho. Si no llega a hacer acto de presencia, igual todos los presentes o casi todos se hubieran ido al más allá, y hubieran caído una buena parte de los últimos vestigios de esta raza tan damnificada.
No es algo nuevo, repito. Se nos ha contado desde que comenzara la serie que esta gente está en peligro de extinción, y nuevamente en el 3×01, Bo-Katan hace hincapié a que van como pollos sin cabeza, al no tener ni un hogar propio en condiciones, ni alguien que les lidere. Ella lo intentó, pero fracasó al no tener el sable oscuro que sí tiene Din Djarin (ojo con esto). Mandalore es poco más que una Chernobyl a escala planetaria, según dicen, aunque otras fuentes afirman que sí que es respirable su atmósfera, lo que permitiría a Mando ir a cumplir su próximo objetivo: redimirse por haber incumplido el credo.
Lo de bañarse en las aguas vivas del planeta me parece un poco como lo de ir a buscar el santo grial. Al fin y al cabo, los paralelismos con cultos y religiones de la vida real están ahí, tampoco es que nos pille de nuevas esto. La misma Bo-Katan ya le advierte que se deje de cuentos, que eso no son más leyendas baratas para darle un aura de misticismo a toda su cultura, y que la realidad es que aprovechaban el material del lugar para sus necesidades varias, y ya está. Veremos en qué queda esta misión, y cuánto hay de mito y cuánto de verdad en todo lo que se cuenta del planeta.
Justo para eso necesita Mando un droide que le asista en su cometido. Y quiere recurrir a IG-11, que lo conocimos en la primera entrega y tuvo su propio momento de sacrificio en la Season Finale. El primer intento sale rana, porque regresa a su programación base, que era matar a todo bicho viviente, pero Din sigue empeñado en traerlo como sea, y recurre primero a la raza de los anzellanos, que son a la que pertenece Babu Frik, personaje que conocimos en el Episodio IX, y quizá, de lo más reseñable de la película (ése fue el nivel de la última entrega cinematográfica de Star Wars). Ellos le dicen que, si les trae una pieza concreta, podrían recuperar a IG-11, así que a ello van Mando y Grogu.
También hemos tenido un encontronazo de nuestros héroes con unos piratas, que tienen un líder que, no sé a vosotros, pero a mí me ha recordado a la Cosa del Pantano. Sin más, unas buenas escenas de acción y persecuciones espaciales, y no sé si volveremos a ver al tal Gorian Shard, aunque me es bastante indiferente, para qué engañaros.
También hemos vuelto a Nevarro, que más que para otra cosa, me sirve traerlo a colación en la review para hablar de un tema que igual a muchos os escamaba: la línea temporal de acontecimientos de la serie. Recientemente, Jon Favreau, uno de los responsables de la serie, ha confirmado que, entre el final de la temporada dos y esta, han pasado entre uno y dos años (vamos, contad año y medio), así que tiene sentido ver cómo ha cambiado ese planeta tras Karga haber tomado el control como Alto Magistrado. ¿Me da la sensación de que ha transcurrido tanto tiempo, al margen de ver mejorada Nevarro? No, la verdad. Cuando leí eso, me sorprendió mucho, aunque, sinceramente, no tendría mucho sentido argumentalmente hablando que Grogu y Mando se separaran, y a las dos semanas volvieran a estar juntos de nuevo. Veo lógico que el pequeñajo pasara un tiempo entrenando con Luke, aunque no hayamos visto en pantalla una señal concreta o una referencia a cuánto ha transcurrido entre un punto y otro.
Al margen de este detalle, podemos dejar aquí el repaso a lo que hemos visto en este Capítulo 17 del Mandaloriano, que ha sido simplemente una premiere correcta, introductoria, y que dudo que pase a la historia, ni de la serie, ni de la televisión. Supongo que lo mejor está por llegar, y aquí lo analizaremos cada semana. Nos vemos en la próxima review.