Shrinking: reír en una comedia no es un oxímoron
¿Hartos de ver supuestas comedias que os hacen llorar más que reír? ¿Cansados de que se aproveche el formato clásico de este género para contar historias que no tienen ni pizca de gracia? ¿Con ganas de descubrir una ficción que valga la pena y os haga pasar un rato agradable sin más pretensiones? ¡No busquéis más! ¡Shrinking (Terapia sin Filtro) es vuestra serie!
NOTA: el artículo trata sobre la primera temporada de Shrinking, a la que hemos tenido acceso gracias a Apple TV Plus. NO contiene spoilers.
Perdonad la entradilla como si fuera un anuncio de detergente, pero es lo que tiene haber escrito decenas de artículos como estos, que cuesta mantenerse original. No obstante, todo lo que digo en la introducción es un buen resumen de mi opinión, tanto en lo relacionado a qué momento vive el género cómico en televisión, como que realmente Shrinking vale la pena.
Terapia sin Filtro, como se llamará en nuestro país, llega este viernes 27 de enero con doble episodio, y os la presentamos hace unos días en el blog junto a todas las novedades de la plataforma para este comienzo de 2023 (yo de vosotros me apuntaría alguna de las ficciones que se vienen, porque la calidad de Apple TV Plus está más que probada).
La trama nos presenta a Jimmy, un terapeuta que está en pleno duelo tras la repentina muerte de su esposa, y que comienza a saltarse por la torera los estándares habituales de las prácticas entre paciente y terapeuta, empleando un acercamiento mucho más directo, soltándoles a la cara lo que realmente piensa de las situaciones que están viviendo; lo que provoca resultados de lo más variopintos, y por los que se comienza a plantear cómo afrontar su profesión a partir de ese momento, mientras lidia con sus propios problemas. Todo esto genera un cóctel bastante ameno, que es lo que nos ofrece Shrinking en sus nueve episodios en esta primera temporada (de verdad, lo de poner un total impar de capítulos por entrega debería estar penado con cadena perpetua).
Lo que podría parecer como una premisa propicia para encontrarnos con la típica dramedia, o, directamente, drama (últimamente muy extendido), acaba por convertirse en una comedia, sí, en esas que te hacen reír más que pasarlo mal. No es una sitcom clásica, de gags continuos y risas enlatadas, pero sí tiene unas situaciones, un guion, y una trama que contiene más momentos entretenidos que dramáticos; y estos últimos, están tan bien hilados y se sienten tan orgánicos, que terminan siendo muy leves y no sientes que has cambiado de género televisivo en cuestión de una escena.
El día a día de estos personajes nos lo trasladan de una manera en pantalla que, dentro de que esto es ficción, y hay situaciones que igual en la vida real no se darían, sí que podemos identificar sensaciones, sentimientos y actitudes que son típicas dentro de familias que siguen pasando el duelo por la pérdida de un ser querido, como la de Jimmy, al que da vida Jason Segel (Cómo Conocí a Vuestra Madre).
La clave reside en quién está detrás. Si estáis huérfanos de la sensación de buen rollo que os dejaba Ted Lasso, y os gusta ese sentimiento de happy place que transmite la serie también de Apple TV Plus, tenéis que ver Shrinking, porque comparten creador, Bill Lawrence, y también a Brett Goldstein, que en la ficción futbolística interpreta a Roy Kent, y que aquí ejerce como creador y guionista de varios episodios, como ya hiciera en la segunda entrega de la serie de Jason Sudeikis; además, les acompaña en el equipo creativo el propio Jason Segel.
Una de las grandes virtudes de Ted Lasso es que es una serie de esas que califican “de personajes”. Shrinking también tiene un reparto de personajes que me han ganado todos y cada uno de ellos. Todos tienen sus peculiaridades, tienen más o menos peso, pero todos aportan; todos suman en el conjunto que es esta gran comedia, y no me sobra ninguno.
Evidentemente, hay que destacar la presencia de Harrison Ford en el elenco, en uno de sus primeros papeles televisivos, ya que también participa desde hace poco en el spin off de Yellowstone, 1923. Aquí interpreta a Paul, terapeuta mentor y compañero de Jimmy, cuyo rol también me parece acertadísimo y muy bien interpretado por el veterano actor, que cumple sobradamente con el mismo. Además, la química con Segel es destacada, y sus interacciones nos dejan momentos la mar de divertidos. Asimismo, con este personaje no tenemos un enfoque en la temática inicial de la serie, sino que afrontamos otros problemas propios de alguien de la edad de Paul, y también lo hacen estupendamente.
Por otro lado, con respecto al duelo y cómo afrontarlo, creo que también bebe mucho del espíritu de una de las grandes y muy desconocidas de Netflix, After Life, en la que Ricky Gervais se marcó un Juan Palomo en cuanto a construcción de la serie. Si la habéis visto, sabréis lo que digo, y si no, simplemente deciros que Shrinking tiene una forma de abordar la cuestión de forma bastante inteligente, sin caer en un melodrama insoportable y que termine resultando cargante, o que busca tu lágrima artificialmente. Está hecho con mucho mimo, y el enfoque que usan con Jimmy y su hija, Alice, es acertado.
Shrinking me ha hecho reír como hacía tiempo que no reía con una comedia, a pesar de que, como decía antes, la premisa podía inducir a pensar que nos iban a endosar una nueva dramedia de las que tanto gustan actualmente. A su manera, creo que esta serie puede convertirse en otro de esos happy place que tanta gente busca, y sin duda me parece uno de los estrenos destacados de este comienzo de 2023, y otra de las que vale la pena ver en Apple TV Plus, que sigue aumentando su catálogo de producciones notables. Este viernes comienza, y espero que os guste tanto como a mí; podéis dejarme vuestros comentarios debajo de esta entrada.