Review The Rings of Power: Alloyed
Llega el momento de despedirse de Los Anillos de Poder, el momento de hacer valoraciones sobre esta primera temporada que pone su cierre con este octavo episodio. Todavía no se sabe cuándo volverá la serie más cara de la historia, pero lo que sí podemos hacer es ver qué nos ha mostrado la ficción en este episodio que pone el punto final al primer acto de la serie.
Si una cosa creo que queda claro con esta primera temporada, es que en todo momento han querido plantear esta estrega debut como la introducción de una obra mayor. No hay que ser adivino, ya desde el primer momento dijeron que la serie tendría 5 temporadas, pero es más que evidente que no se han cortado a la hora de considerar estos primeros 8 capítulos como el germen de lo que será el conflicto central de la serie en un futuro. Puede que esto se haya podido haber llevado mejor para que no dé la sensación de ser un prólogo largo, pero creo que aun así han hecho un muy buen trabajo.
Teníamos una pregunta que llevaba dando vueltas desde mucho antes del estreno de la serie: ¿quién es Sauron? La gran pregunta que nos hacíamos todos y que cuyas teorías generalmente se dividían en dos vertientes: la que tiraba por el hombre meteorito y la que apostaba por Halbrand. Los guionistas lo sabían y han intentado jugar al despiste con ello durante buena parte del capítulo, empezando directamente con las tres figuras extrañas que perseguían al hombre meteorito dándole caza y reconociéndolo como su señor: el mismísimo Sauron.
Estamos hablando de la primera escena del episodio, no llevamos ni unos minutos y la serie te suelta de golpe su respuesta a la gran pregunta … pero como perros viejos en la materia de ver series, tus instintos te advierten de que todo esto es una trampa. La revelación es bastante brusca y para más inri desde ese momento las escenas de Halbrand en la tierra de los elfos empiezan a ser más que sospechosas. El mensaje que da el episodio es claro, puede que la serie te haya dicho una cosa pero no te está contando la verdad, hay algo que está mal.
Volviendo a Halbrand, el capítulo nos muestra cómo llega junto a Galadriel sobreviviendo malamente al viaje, en un regreso de Galadriel a lo que es su hogar en la Tierra Media volviendo a ver a su amigo Elrond, a Gil-Galad y a Celebrimbor, quienes no están de humor debido a la negativa de los enanos a ayudarles con el Mithril, poseyendo únicamente la pieza del mineral que le dio Durin a Elrond antes de que le expulsaran de la tierra de los enanos. Es aquí donde entra Halbrand, quien se camela a Celebrimbor y le empieza a guiar en el uso del mineral de una forma muy sospechosa que hace saltar todas las alarmas tanto de los espectadores como de la propia Galadriel.
En el momento que le vemos ayudar a Celebrimbor no hay que ser un genio para olerte que la escena del hombre meteorito te estaba mintiendo y mientras Halbrand va guiando al elfo, Galadriel va investigando el pasado de la familia que reinaba en las tierras del sur hasta llegar a la conclusión de que hay algo en la historia del humano que no encaja y que probablemente ha cometido un error imperdonable, el haberse tirado toda la temporada al lado del ser que ansiaba encontrar: que Halbrand es Sauron.
Si la escena de la falsa revelación es un tanto brusca, creo que la de Halbrand es perfecta. Ese cara a cara entre ella y Sauron me parece que es una de las mejores escenas de toda la temporada y un momento que de verdad está a la altura de la importancia de semejante confirmación. Me encanta el cúmulo de emociones que desprende Galadriel durante toda la conversación, la manera en las que Sauron se ve como un salvador en lugar de un aspirante a déspota y sobre todo una fotografía que brilla dejando más de un plano memorable. Una escena que yo al menos he disfrutado como un enano.
Antes de volver con el post-revelación, volvamos a todo lo que ha ocurrido con el hombre cometa y sus captoras, quienes creen que es Sauron solo que únicamente tiene problemas de memoria y no termina de controlar bien sus poderes. Después de lo que aconteció la semana pasada en la caravana, vimos cómo se montó un pequeño equipo de pelosos encabezado por Nori para avisar a este hombre del peligro que corría, pero como se podía prever llegan tarde y lo que empezó siendo una misión de mensajería termina siendo una de rescate.
Los pelosos ni son guerreros, ni tienen poderes a la altura de sus enemigos y mucho menos tienen experiencia en ese tipo de situaciones, por lo que son fácilmente engañados y terminan en una situación en la que a duras penas pueden salvar los muebles para sobrevivir, únicamente la aparición del hombre cometa nivela un poco las cosas pero ni aun así es suficiente para que dé la sensación de que puedan ganar la pelea. La situación cambia cuando Nori consigue robar el bastón de la líder y le da al hombre cometa el clásico discurso motivacional de rigor, otorgándole el impulso para derrotar a estas tres figuras de las cuales vemos su forma real que es más de espectro que de ser humano. Antes de que desaparezcan, el espectro que lideraba el trío admite que se han equivocado y se refiere al Hombre cometa como “Istar”.
Puedo entender que haya gente a la que no le haya gustado este enfrentamiento, pues es muy predecible y todo está muy coreografiado, pero aquí me tengo que desmarcar que pese a reconocer todo eso yo lo he disfrutado, pues me parece el clásico combate de fantasía épica que uno puede esperar de una obra como precisamente es El Señor de los Anillos. Todos esos momentos tan previsibles me han recordado tanto a todas esas historias con las que yo he crecido que me han llenado de nostalgia ¿Esto es bueno o es malo? Eso ya os lo dejo a vosotros.
Volvamos a Galadriel. Vuelve a la realidad junto a Elrond e intenta acudir a Celebrimbor para saber qué ha pasado con Halbrand, pero este ya ha desaparecido de lugar dejando en el herrero elfo la semilla de lo que va a construir con el Mithril: unos anillos, que serán tres, debido a la intervención de Galadriel, pues hacer uno o dos lo considera peligroso debido al poder que conceden. Aunque ella no le revela a nadie la identidad real de Halbrand, se presupone que Elrond la descubre cuando da con el árbol genealógico que llevó a Galadriel a la misma conclusión.
Ahora sí, tratemos el cierre de la trama de los pelosos de esta temporada, pues Nori decide abandonar la caravana para seguir su camino junto al hombre meteorito, del cual aunque no se revela el nombre por el que le conocemos todos en ningún momento, tanto por su forma de hablar, el haber sido llamado Istar que traducido sería “mago” y una frase muy identificable de El Señor de los Anillos dejan indicar de una forma bastante evidente qué nombre tendrá el personaje en el futuro; sin embargo, al igual que pasó con Jimmy McGill en Better Call Saul, no llamaré a personaje por ese nombre que sabemos ya todos hasta que él mismo o quien sea se lo otorgue.
Y con Sauron llegando a la Tierra Media cierra la temporada con una música de fondo que enlaza al mítico poema que relata la creación de los anillos de poder cierra una temporada que, como he comentado antes, a mí en términos generales me ha convencido. Bien es cierto que más allá de lo técnico y la banda sonora hay aspectos como el guion son mejorables, pero no considero que el resultado final en estos puntos haya sido malo, simplemente eso: mejorable.
Tocará esperar mínimo un par de años, pero ya han dejado hilos más que suficientes para abarcar un conflicto que trastoque toda la Tierra Media: tenemos a los elfos ya con sus tres anillos, a los enanos sin saber que han despertado al Balrog en Moria, a Sauron llegando a Mordor (recordemos que Adar no le tenía un especial cariño y el propio Sauron lo reconoce como “sus enemigos” cuando habla con Galadriel) y a una resistencia humana que ha puesto su fe en un falso Rey. Creo que hay piezas más que interesantes de cara a una segunda temporada.