Review The Rings of Power: A Shadow of the Past / Adrift
La espera ha terminado. Tras muchos años desde su anuncio, la serie más cara de la historia de la televisión llega a nosotros en un marco temporal bastante peculiar, coincidiendo en emisión con la que probablemente sea la otra gran adaptación de fantasía como es House of the Dragon (cuyas reviews de mi compañera María las podéis leer en esta misma web). Por fin se ha estrenado The Rings of Power, esta serie precuela de El Señor de los Anillos que está llamada a ser el producto bandera de Amazon Prime Video durante los próximos años.
Antes de meterme en faena con la review, quiero dejar claro que aunque he leído tanto la trilogía como El Silmarillion, esto fue algo que hice hace mucho tiempo, por lo que mis recuerdos sobre el canon del universo de Tolkien distan mucho de ser exactos, así que mi valoración de cada episodio va estar más centrado en lo que veo como serie que en lo que haga como adaptación. Habiendo dejado esto ya claro, vayamos a ver que nos han mostrado en estos dos episodios.
Arrancamos con una voz en off, tal como ocurrió con las películas de Peter Jackson, con Galadriel contándonos qué ocurrió en el pasado y cómo fue la guerra con Morgoth y la aparición de Sauron, narrando cómo los elfos abandonaron Valinor para darle caza y la muerte su hermano en tal misión, la cual la propia Galadriel tomaría como suya … y con esta épica narración nos traslada al presente de la serie, a cómo ella con un grupo de elfos a su mando prosigue con la tarea de encontrar a Sauron aunque hayan pasado siglos desde la última aparición de este. Un arranque contundente, en el cual la serie aprovecha para sacar músculo visual y dejarnos claro que la única persona que cree todavía en la presencia de Sauron es la propia Galadriel.
Por lo que nos cuenta la serie, Galadriel lleva dos siglos buscando en la Tierra Media señales que le indiquen dónde puede estar escondido Sauron; sin embargo, tanto Elrond como el Alto Rey Gil-Galad quieren poner fin a la búsqueda de la obstinada elfa, dando este último por cerrada la guerra en la Tierra Media y ordenando a su tropas el regreso a Valinor, la tierra que dejaron atrás cuando cruzaron el mar para hacer frente a la amenaza de Sauron.
Estos primeros minutos, más allá la muestra de que, como diría John Hammond en Parque Jurásico, “no han reparado en gastos”, muestran muy bien la personalidad de la Galadriel que vamos a conocer en esta serie y el contexto de la situación para los elfos, quienes llevan doscientos años recorriendo otro continente buscando una mínima señal del enemigo sin encontrar prácticamente nada que no sea una rémora del pasado.
Bien, volveremos a Galadriel más adelante pero ahora toca mirar al resto de focos de interés que nos va a presentar la serie en este primer episodio … y ya aviso que son unos cuantos.
Para hilar con elfos, empecemos por las tierras de los hombres al sur, las cuales han estado bajo estricta vigilancia por los elfos ya que, en el pasado, los habitantes de esas tierras fueron fieles al bando enemigo. Evidentemente, esta ocupación nos les hace gracia a los humanos, pues aunque para los elfos doscientos años sea una temporada larga, para los humanos son varias generaciones teniendo que soportar una vigilancia militar por las acciones de sus antepasados. El episodio muestra bastante bien las fricciones entre las dos razas y cómo la noticia del fin de la guerra y la vuelta a casa es agradecida tanto por humanos como por los elfos. Aquí la serie nos presenta a Arondir, un elfo silvano del destacamento; Bronwyn, una sanadora a la cual Arondir se nos muestra que ha cogido cierto afecto; y a Theo, el hijo de Bronwyn, quien no aprueba la cercanía del elfo con su madre y que en uno de sus escarceos encuentra una extraña espada rota bajo el suelo de un granero.
Arondir parece tener claras sus intenciones de abandonar su compañía élfica para quedarse junto a Bronwyn, pero en plena conversación son sorprendidos por un habitante de la aldea que le pide a la sanadora que mire qué le pasa a su vaca enferma, la cual pastó cerca de un poblado vecino y cuya leche es ahora un especie de fango negro. Tanto Arondir como Bronwyn deciden ir a investigar para encontrarse con la aldea totalmente devastada.
El otro punto de interés que nos presentan en el primer episodio es el de los pelosos, unos pseudo-hobbits nómadas que viven rehuyendo del contacto con los humanos. Dentro de esta raza nos centraremos en Elanor Bandripié, también conocida como Nori y que nos enseñan que es bastante habitual que desaparezca del grupo para trastear en busca de aventuras con otros jóvenes de la comunidad. En una de sus escaramuzas, descubre la presencia de lobos en las inmediaciones, pero lo realmente importante es cuando cerca del campamento cae un cometa, el cual es en realidad un hombre sin nombre, y son ella y su amiga Poppy las únicas que acuden al lugar del accidente.
Todo esto se nos presenta en el primero de los dos capítulos con los que arranca la ficción, el cual para mí es una carta de presentación muy efectiva de Los Anillos de Poder, pero el episodio cierra con una cosa más, y es que Galadriel, cuando ya estaba cerca de volver al hogar ancestral de los elfos se arrepiente y decide saltar del barco quedando varada en medio del mar.
Y así llegamos al segundo episodio, con Galadriel en medio del mar, porque lo de saltar del barco para volver a la Tierra Media no lo había pensado muy bien y, evidentemente, si quiere llegar a tierra tiene que hacerlo a nado y a ojo; sin embargo, por el camino se encuentra un barcaza improvisada que lleva a unos cuantos humanos, quienes parece que están sobreviviendo a una especie de naufragio. Al principio no tiene una mala bienvenida, hasta que descubren que es una elfa, pero pongámonos en situación y es que esta pequeña embarcación lleva los supervivientes del ataque de un dragón de mar, y el monstruo decide volver a hacer acto de presencia, arrasando con todo a su paso.
Volviendo a la Tierra Media, antes me he dejado la aportación de Elrond al primer episodio más allá de sus interacciones con Galadriel, pero es que me parecía más acertado contarlo todo junto; y es que el Alto Rey Gil-Galad le pide que trabaje con un artesano llamado Celebrimbor, que quiere transformar la Tierra Media en un lugar hermoso para poder dejar su huella en el mundo. Para ello, necesita construir un horno de forja mastodóntico, y necesita la ayuda de Elrond para llevar la logística del proyecto. A falta de mano de obra élfica, Elrond decide tirar de sus viejos conocidos los enanos.
Así nos presentan a otra raza más con sus personajes, los enanos de Khazad-Dûm encabezados por el príncipe Durin, quien no reacciona bien a la llegada de Elrond y Celebrimbor, llegando a entrar solo el primero al reino únicamente al invocar un duelo (el cual perderá) de romper piedras contra Durin. Una vez dentro de la montaña, Elrond se encuentra una ciudad realmente próspera y muy cambiada respecto a la que vio dos décadas atrás; no obstante, al perder el duelo, queda desterrado, y es ahí cuando se entera del porqué de su recibimiento y es que, aunque para Elrond solo haya sido poco tiempo, para Durin ha sido la mitad de su vida sin saber absolutamente nada de su amigo. Me gusta cómo la serie ha estado tocando de forma recurrente el tema de los distintos ciclos de vida y cómo poco a poco van sembrando ese aislamiento que conocemos que hay entre los elfos y el resto de razas.
Toda la parte de los enanos habría quedado muy gratuita si Elrond no hubiera tirado de labia para que, antes de expulsarle, Durin al menos le presente a su familia, limando con esto un poco las asperezas entre ambos y logrando Elrond traspasar la propuesta del trabajo para que Durin se la haga llegar al Rey de los Enanos, quien se muestra receloso de la propuesta, pues lo enanos en la mina han encontrado algo que apunta a ser el causante de la prosperidad de Khazad-Dûm y que no quieren que caiga a manos de los elfos.
Habiendo visto ya a los enanos, veamos qué ha pasado con Nori y el hombre del cometa, quien aparenta al menos ser muy poderoso, pero que desconoce totalmente el idioma en el cual se comunican con él. Tampoco hay mucho que contar aquí, pues buena parte del desarrollo de esta subtrama es el misterio de quién pueda ser este extraño hombre (Internet ya baraja que sea Saruman o Gandalf), y por el momento las escenas son una excusa para mostrarnos la personalidad de Nori.
Y vayamos a una de las partes más movidas del episodio, que es la de los humanos del sur, ya que Bronwyn vuelve a la aldea para avisar del peligro, siendo como suele ser cliché ignorada, mientras que Arondir se queda en el otro pueblo investigando unos túneles que han aparecido. Evidentemente, esos túneles no habían aparecido solos y han sido creados por orcos, llegando uno de ellos hasta el poblado de Bronwyn con tan mala suerte que aparece en la casa de ella. Debo decir que la pelea de Bronwyn y Theo contra el orco maneja muy bien la tensión y está bastante bien rodada (como el resto de toda esta carta de presentación).
Una vez derrotado el orco, su cabeza le da a Bronwyn una prueba de la amenaza a la que se enfrentan, provocando que todos los habitantes abandonen sus hogares. Durante esta escena volvemos a ver a Theo con la espada que encontró en el primer capítulo y vemos cómo esta empieza a reaccionar a la sangre del chico.
Ahora sí, volvamos a Galadriel, quien junto a uno de los humanos son los únicos supervivientes del ataque del dragón de mar y descubrimos quién es este hombre: Halbrand, un habitante de las tierras del sur que está huyendo debido a la amenaza que suponen los orcos en aquella zona. Esta revelación hace que Galadriel quiera ir a allí, a lo cual Halbrand lógicamente se niega. Me encanta cómo la actriz lleva la reacción de un personaje a quien normalmente no suelen contradecir, recibiendo la negativa de un humano. Pero antes de que tomen una decisión, aparece un navío delante de ellos.
Sinceramente, no podría estar más contento con estos primeros dos episodios de The Rings of Power. El tener tantos focos de interés creo que ayuda a que el ritmo sea bastante alto y por el momento no tengo ninguna de queja de cómo han presentado las distintas tramas. En el apartado técnico no hay dudas de que posiblemente estemos ante una serie que justifica ser la más cara de la historia, y el único miedo que me da es la dirección de los próximos episodios, pues en este se nota bastante la mano de Bayona, pero lo visto hasta ahora me hace tener esperanza. Sin más, me despido hasta la próxima review la semana que viene.