Review House of The Dragon: King of the Narrow Sea
En este episodio nos involucramos de forma más explícita en la política matrimonial de la Casa Real, en la relación que tienen estas decisiones -políticas- con la sexualidad o el amor y en la forma en que unos y otros navegan por estas aguas turbulentas del deseo, el amor, la codicia y el poder… todo mezclado… muy al estilo de Game of Thrones.
Empezamos el episodio en Bastión de Tormentas, fortaleza de la casa Baratheon, allí un ascendiente de Robert asiste a un desfile de pretendientes a los que la heredera Rhaenyra Targaryen va rechazando uno tras otro. Este noble es Boremund Baratheon, a quien vimos en el piloto de la serie compitiendo en las justas (y perdiendo frente a Criston Cole), en dicho torneo mostró su simpatía por Rhaenys diciéndole I would humbly ask for the favor from the Queen Who Never Was , palabras que hicieron enfurecer a nuestro despreciado Otto Hightower, pero a las que Viserys no otorgó mayor importancia. Más tarde le vimos jurar lealtad a Rhaenyra Targaryen. Así pues, tenemos claro que el jefe de la casa Baratheon no tiene problemas con el hecho de que reine una mujer. Lo que sí que parece problemático es que un crío asesine a un hombre en su salón… pero ya hemos visto en varios episodios que los jóvenes muchachos de Westeros están sedientos de sangre.
Por cierto, el señor mayor al que la princesa humilla debido a su avanzada edad es Lord Dondarrion, es decir, es un ascendiente de Beric Dondarrion, ese tipo que tenía la curiosa e inquietante costumbre de volver a la vida cada vez que lo mataban. No me parece especialmente dañino que una adolescente sea mordaz y falte el respeto a sus mayores, sobre todo si pretenden casarse con ella, pero me da la impresión de que la arrogancia y falta de diplomacia terminarán trayéndole algún problema a esta joven.
Es más, por lo que sabemos su padre le organizó una estupenda gira para que conociera hermosos castillos y fortalezas (y aguantase a docenas de hombres ofreciéndose como esposos) y la muchacha terminó volviendo a casa antes de lo esperado y sin marido.
Otro detalle importante que ocurre en esas primeras escenas del episodio es que la princesa no deja de acariciar un collar… un collar que le regaló su querido tío Daemon. Es decir, mientras debería estar pensando en casarse con el solícito candidato que frente a ella enumera sus virtudes y las de su Casa, la muchacha está concentrada en un regalo de su tío.
Y hablemos de su tío. Daemon, ese hermano arrepentido que escondiendo su soberbia regala el arma del Crabfeeder al rey, para que la sume al trono le dice… Es bonito verlos reconciliarse, siento como estos dos se quieren y se odian a partes iguales. Me da la sensación de que Viserys estaba deseando que llegase ese momento y durante la reconciliación también me da la sensación de que Daemon es sincero. Pero quizás soy tan ingenua como Viserys si me creo las buenas intenciones de este dragón.
Daemon ha sido la estrella de ese momento, pero no sólo de ese momento. Lo más llamativo del episodio han sido la cantidad de minutos dedicados a un tratamiento pseudo erótico del paso a la madurez de la princesa. La joven se escapa con su tío, conoce un poco las cuitas del populacho, descubre que su hermano Aegon tiene más seguidores que ella misma y aunque en su arrogancia adolescente dice que eso le da igual, creo que le importa más de lo que demuestra. Después visitan algunos lugares de dudosa moralidad y en una casa de placer, tío y sobrina, se funden en una escena que destila erotismo, pese a todo lo incestuoso y pervertido del acto.
El paralelismo entre la noche de “cumplimiento del deber conyugal” de Alicent y el descubrimiento de la sexualidad de Rhaenyra es interesante y perturbador, pero la escena no ha terminado de conquistarme. No digo que no esté bien realizada, sólo que a mí no me ha gustado demasiado. Creo que la banda sonora ha sido lo que no ha terminado de funcionarme, el sentido del oído enfocado en esa música de película de terror que presagiaba algo terrible mientras el sentido de la vista miraba un mogollón de cuerpos bullendo sensualidad ha sido raro… un experimento que no ha terminado de encajar.
Una vez que Daemon se arrepiente, justo antes de tener relaciones incestuosas con su sobrina, se va y deja a la mujer allí plantada… la muchacha se vuelve sola al palacio y cuando llega a sus aposentos, después de haber abierto los ojos a un mundo nuevo, decide que el amor platónico con Criston Cole podría dejar de ser tan platónico y hacerse un poco más mundanal. El caballero se resiste un poco, pero termina rompiendo su juramento de celibato y cumple los deseos de su princesa… y probablemente sus deseos propios también queden satisfechos.
La excursión de la joven heredera tiene importantes consecuencias para el devenir del Reino. La relación con Criston Cole nunca será la misma, posiblemente con su tío tampoco, pero además se enfrentó a una durísima acusación que manchó su honor y se vio obligada a aceptar casarse con quien su padre propuso. Lo cual, dicho sea, parece ser una buena opción. Además del honor mancillado de la princesa, el rey, por fin, le quitó el cargo de Otto Hightower. Y al darle a su hija un equivalente a la píldora del día después en té, demuestra que no confía en ella, pero que están de su parte. Queda por ver cuál será la reacción de la reina al conocer que su padre ha sido despojado de su poder, o quizás el rey no lleve bien la compañía de la reina ahora que tiene claro que fue todo una maniobra de poder político de Otto. Veremos qué pasos da el matrimonio regio, pero Alicent parece tan dulce y Viserys parece tan necio, que posiblemente no pasen enfadados más de un día o dos.
Mysaria nos sorprende con un par de cosas que aún no termino de ver claras: el niño que lleva el mensaje a la fortaleza es conocido por esbirros de Otto y trabaja para un tal Gusano Blanco, que resulta ser como ahora se hace llamar la antigua amante de Daemon. Quedó claro que ella se molestó cuando descubrió que Daemon había mentido sobre un supuesto embarazo, pero no me quedó tan claro que su relación se rompiera en ese punto, cosa que parece que ocurrió, puesto que al parecer Daemon y Mysaria ya no están juntos y quizás ni siquiera estén en buenos términos.
Las cosas han cambiado: Viserys y su hermano vuelven a llevarse mal otra vez; Mysaria y Daemon no están juntos y Daemon tiene muy claro que desea una segunda esposa; Otto Hightower ya no es La Mano del Rey, de forma que ese cargo está ahora mismo vacante; Alicent Hightower sigue siendo la reina, pero ya no es la hija de La Mano y esto es parte culpa de su padre, pero también de su marido y de su hijastra/mejor amiga; Rhaenyra va a casarse con Laenor Velaryon, hijo de Corlys Velaryon y Rhaenys Targaryen.