Mi camino hacia “La Casa del Dragón”
Pereza. Si tuviera que escoger uno de los siete pecados capitales para definir parte de mi personalidad, muy probablemente optaría por éste. El final de Juego de Tronos fue el que fue, y nos dejó a la mayoría con malas sensaciones. Por eso, cuando se sucedían las noticias acerca de potenciales series sucesoras, como las llama George RR Martin, solo aparecía una palabra en mi cabeza: pereza. Pero, a menos de veinte días para la llegada de La Casa del Dragón, la cosa ha cambiado. ¿Por qué? Os lo cuento.
4 de mayo de 2017. En Casa Spammer, nos hicimos eco de la noticia lanzada por el portal estadounidense Entertainment Weekly, que afirmaba que HBO estaría preparando cuatro spin offs de Game of Thrones (en adelante, GoT). Quedaban un par de meses para el estreno de la séptima temporada, y ya sabíamos que la octava pondría el punto y final a la serie. Las expectativas estaban por todo lo alto, tras una sexta que concluyó con dos episodios históricos, La Batalla de los Bastardos y Vientos de Invierno. Por lo tanto, la idea de seguir sacando partido del producto estrella de la cadena de cable no era nada descabellada, ya que otras plataformas y cadenas lo hacen, incluso con franquicias menores. Pero, en 2019, llegó el final de la octava.
En mayo de 2019, era difícil encontrar a alguien que no te dijera cómo de mal le había sentado lo que pasó en la temporada final de GoT. Gente más o menos experta, seriéfilos empedernidos o espectadores más casuales, todo el mundo tenía una opinión al respecto de si Jon esto, Daenerys lo otro, o Arya no sé qué; por no hablar de Bran y su destino final. Lo que debería haber sido un fenómeno de masas histórico, lo fue, pero terminó siendo más histérico que otra cosa. Uno no es de piedra, y también tengo mis quejas y mis opiniones sobre el devenir de la ficción, no ya en esta entrega final, sino desde que Martin se apartara de la producción, pero ése es otro tema. Tanto es así que yo, que suelo (ahora menos) comprarme packs de las temporadas de series, o una vez están completas, con GoT solía hacerlo de manera individual, y el de la octava no lo compré, y, a día de hoy, aún no lo he hecho. No me parecía de recibo pagar 40, 50 o 60 euros por algo que, no me quitó horas de sueño, pero sí me hizo sentirme timado. Ya en frío, supongo que acabaré comprándola en algún momento, por completismo; ya lo haré.
Mientras la masa fan incendiaba internet como si fuera una horda de dragones enfurecidos, HBO seguía a lo suyo, preparando sus proyectos derivados. En 2017, unos pocos días después de ese anuncio, Martin dijo que podían ser hasta cinco los spin-offs. Un año después, en 2018, se encargó el piloto de una precuela, ubicada en la Edad de los Héroes, para meses más tarde anunciar que Naomi Watts era el primer gran fichaje para la misma. Spoiler: salió mal, pero eso sería más adelante. Bajo mi punto de vista, esta serie se descartó por diferentes motivos, pero creo que influyó notablemente que la acogida de la última temporada fue un desastre (tampoco hace falta ser un lince, las cosas como son). Encima, ya habíamos tenido una Larga Noche, algo que se supone que nos iban a contar de nuevo, por lo tanto, sería caer en la repetición o imitación, justo cuando ya has resuelto, supuestamente, el problema de los Caminantes; ¿para qué mostrarnos el primer gran conflicto, con gente que nos da igual, sabiendo que su lucha no era la definitiva? Como digo, influirían más factores, pero que la gran mayoría de espectadores acabaran escocidos con el cierre de la serie tendría su peso para HBO.
Entre tanto, tejiéndose en la sombra, surgió a finales de 2019 la noticia que uno de esos cuatro o cinco proyectos estaría centrado en la Danza de los Dragones. Un mes después, la realidad era que el de la Larga Noche se iba al cajón de proyectos cancelados, y la pole la ocupaba House of the Dragon, nombre oficial de la ficción que llega en unos días. Aún entonces, las dudas en mí pesaban más que mis ganas de ver algo más del universo de Poniente, hasta el punto que desconecté del universo de Canción durante gran parte del año siguiente, pandemia y confinamientos varios mediante. Esa precuela era algo que vería, como seriéfilo y fan de la fantasía medieval que soy, pero no entraba dentro de mis prioridades de cara al futuro. Es más, el libro en el que se basará la producción de HBO, Fuego y Sangre, lo compré en su día cuando se publicó, pero permaneció en mi estantería hasta bien entrado 2021, cuando por fin decidí adentrarme en lo que se narra en sus páginas.
¿Por qué sí en 2021? Porque es el año que conocí el podcast La Canción Continúa (LCC en adelante), de relectura de Canción de Hielo y Fuego (podéis seguirlos a través de su Linktree). Como muchas veces pasa en esta vida, llegué por unas razones, y permanezco con ellos por otras. En cuestión de un año y medio, lo que era un tema, no diré superado, pero que me causaba indiferencia, ahora es uno de mis focos de atención principal durante 2022. Volver a adentrarme en el universo de Martin, gracias a la relectura semanal y los análisis realizados por el equipo de LCC, leer por fin Fuego y Sangre, y, por supuesto, la campaña de promoción orquestada por HBO, ha sido crucial para que mi hype crezca considerablemente.
Porque ésa es justo otra clave: cómo ha tratado HBO el problema. He mencionado el de la Larga Noche, y La Casa del Dragón, pero en las oficinas de la cadena no se ha dejado de trabajar en expandir el universo de la franquicia, en busca de una fórmula similar a lo que hace Disney hoy en día con Star Wars o Marvel Studios. Aún influidos por las polémicas varias suscitadas tras la conclusión de la serie madre, se han gestado ideas como una ficción animada sobre el lejano reino de Yi Ti; la historia de una de las figuras esenciales del pasado del reino de Dorne, la reina guerrera Nymeria; los viajes del marino Corlys Velaryon (personaje que conoceremos en House of the Dragon); otro sobre los cuentos de Dunk y Egg; y se quedó por el camino uno ubicado en el Lecho de Pulgas, la zona más pobre dentro de la capital, Desembarco del Rey; también se habla de la Rebelión de Robert… ah, y está lo de Jon, pero de eso no diré nada, por ahora.
Si HBO no creyera que puede sacar partido de este universo, no estaríamos hablando a día de hoy que, si fructifican, igual tendremos hasta siete proyectos en pocos años. Uno no quería subirse al barco, pero ahora me he puesto el traje de capitán, he izado la bandera Targaryen, y soy el primero que está deseando ver qué nos depara House of the Dragon, y lo que venga tras ella en forma de series sucesoras varias.
Esta es mi historia. Mi proceso ha sido diferente al de muchos de vosotros, pero creo que muchos os podréis identificar en el mismo punto: hemos pasado de la pereza a la expectación creciente, en cuestión de tres años. Para aquellos que siempre han estado en la comunidad, permaneciendo unidos ante las adversidades en forma de final desastroso, o que Martin siga sin publicar Vientos, es un triunfo ver cómo la cadena más grande de la televisión norteamericana da el todo por el todo por una precuela de la serie más mediática de la historia de la pequeña pantalla. Los que perdimos la fe y la hemos recuperado (como es mi caso), los nuevos, los que nunca dudaron; todos son bien recibidos el día 22 en España para volver a hablar de Poniente y dragones durante dos meses. Ya queda menos.