For All Mankind (3ª temporada): el más difícil todavía
Hace unos días, os comenté mis impresiones sobre la nueva entrega de Physical, y remarqué que uno de los retos en la televisión actual, en este mercado tan competitivo (y bueno, en muchos otros aspectos de la vida), es mantenerse tras obtener una primera toma de contacto positiva. La “comedia” de Rose Byrne se ha asentado este año, y el drama del que os voy a hablar ya lo consiguió con su entrega en 2021, por lo que añado una etapa más difícil todavía a ese camino en la pequeña pantalla: llegar, asentarse, y superarse. Tras ser uno de los mejores dramas del año anterior, For All Mankind lo ha vuelto a hacer. Os comento mis impresiones, a continuación.
NOTA: el artículo trata sobre la tercera entrega de la serie, a la que hemos accedido gracias a Apple TV Plus España. NO contiene spoilers.
Destaco, en primer lugar, que no la he podido ver completa, ya que había algunos episodios a los que no hemos podido acceder, pero he visto una buena parte de la misma, y con lo que me queda por ver, dudo seriamente que mi opinión varíe mucho de lo que os voy a contar ahora.
Para los que todavía la sigáis (craso error), contaros brevemente que nos encontramos con una ucronía, esto es, una narración alternativa de los hechos que conocemos en nuestra historia. En este caso, la carrera espacial hacia la Luna la ganaron los rusos en lugar de los estadounidenses, y así arranca el primer episodio de la serie. A partir de ahí, los eventos de nuestra línea temporal varían respecto a los que todos tenemos asimilados como parte de nuestro pasado. La pugna por superar a los soviéticos conlleva una serie de avances tecnológicos, sociológicos y culturales que impactan de lleno en la evolución del planeta, no solo en cuanto a las cuestiones meramente militares o aeroespaciales. La primera entrega concluyó en los setenta, y a la segunda nos trasladaron con una brillante apertura de temporada, con una narración histórica a la que vale la pena observar y prestar la atención; en el 3×01, vuelven a hacerlo de forma magistral, para llevarnos, como reza el póster promocional de la tercera y en la última imagen de la segunda, hasta los noventa.
La Luna ya es el jardín trasero de las grandes súper potencias terrícolas, y ha acabado por ser una parte más del día a día de los ciudadanos de nuestro planeta. No obstante, si algo ha caracterizado a la raza humana desde sus inicios es el afán de descubrir y conquistar lo que parece imposible, así que, ¿qué otro objetivo vale la pena marcarse tras la Luna? El planeta rojo, por supuesto.
Marte es el premio de la entrega para la NASA y los rusos, que batallan por conseguir posar primero un pie en otro planeta de nuestro sistema solar. Los soviéticos, obtener por segunda vez el hito de seguir posando a sus tropas antes que nadie fuera de la órbita terrestre; y los estadounidenses, conseguir la revancha de su derrota con la Luna en 1969. Pero, ¿y si hubiera una tercera fuerza que se metiera de lleno en la carrera espacial por Marte?
Aquí entra en juego la figura de Dev Ayesa, interpretado por Edi Gathegi (The Blacklist, Startup), que es el Elon Musk o Jeff Bezos de la época, ya que posee el suficiente patrimonio para llevar a su propia empresa, Helios, a pelearle el honor de ser los primeros en llegar a Marte a toda una NASA o a los cosmonautas rusos. Su presencia va a ser un factor diferencial, ya que vamos a tener más bandos de lo habitual en For All Mankind, y nuestros protagonistas van a estar metidos de llenos en el ajo.
Esta es la base de la tercera entrega, y para mí es la mejor de las tres emitidas hasta el momento, y se convierte en una de las mejores que he visto en lo que llevamos de 2022.
Para empezar, porque centra sus esfuerzos, principalmente, en la carrera espacial. La mayoría de minutos de sus episodios se enfocan directamente en ver quién llega primero, y qué pasará una vez que lleguen allí. Como he expuesto antes, el hecho de que haya diferentes partes interesadas en obtener este triunfo histórico propicia que los espectadores cambien su perspectiva con respecto a años anteriores, ya que, pese a que la ficción busca en muchas ocasiones trasladar el mensaje que la unión hace la fuerza, en el sentido que Estados Unidos y Rusia, en un mundo ideal, quizá conseguirían más cosas juntas cooperando en lugar de batallando, es inevitable sentir que los soviéticos son los “malos”, o los rivales a batir. Tener a dos facciones estadounidenses en la carrera provocará que os posicionéis, y es un acierto de la serie cambiar la estructura narrativa a estas alturas, porque encima les sale genial.
Por ende, ocupar el 90% de los minutos en ver el desarrollo de la pelea por Marte conlleva dedicar menos minutos a otras tramas, y eso para mí es muy positivo. Principalmente porque venimos de la segunda, en la que hubo una en concreto, la de Karen y Danny, que tuvo muchísimo peso y mucho tiempo en pantalla para mi gusto, y cortaba el ritmo del conflicto espacial que nos querían contar. Esta vez no hay tramas así de desconectadas, o, mejor dicho, que resten tanto tiempo a lo realmente importante, a pesar de que hay algunas ajenas a lo espacial, como la de Ellen o Jimmy, el hermano de Danny; la primera, aunque no forma parte directa de lo que sucede en torno a Marte, es interesante y es un cambio de aires positivo entre tanto drama espacial, pero la de él no me aporta demasiado. Este punto es quizá el que menos me ha gustado de lo que he visto, y ya os digo que es nimio si analizamos a gran escala la composición de la entrega, así que en este aspecto he salido muy contento. Encima, la trama de la segunda que he comentado antes sirve como motor de algunos puntos en esta, por lo que encima han sido listos y han aprovechado que les salió mal lo del año pasado para nutrir lo principal y darle más trasfondo a un conflicto que, ya de por sí, tiene muchas aristas.
Si a todo esto le añadimos que, a nivel técnico, la serie sigue siendo un espectáculo, pues poco tengo que reprocharle. La entrega empieza por todo lo alto, y no afloja el nivel en ningún momento. Me ha sorprendido cómo han repartido de bien el ritmo durante todos los episodios (con extensiones que rozan o superan los sesenta minutos, lo cual es más meritorio todavía), y cómo son capaces de encadenar varias semanas con momentos que podrían ser de finales de temporada, o de parones de mitad de temporada en ficciones con emisión regular durante todo el año. Además, demuestran una vez más que en el manejo de la tensión en momentos críticos son unos maestros, y nuevamente hay escenas que os van a dejar la piel de gallina, dejando claro que Apple TV Plus tiene los medios, el talento y la calidad suficiente para ofrecer un producto de primer nivel televisivo sin despeinarse.
El mejor drama de Apple TV Plus regresa este viernes, y os recomiendo encarecidamente que le deis una oportunidad. Independientemente de que os guste u os atraiga el tema, la ficción nos muestra conflictos humanos con los que podemos empatizar, enmarcados en un contexto histórico distinto, curioso y muy interesante, con personajes interpretados por un elenco que cada año se supera. Puede que, comparándolas, la primera de Severance sea más redonda de lo que lo fue la de For All Mankind, pero el paso de los años la ha ido consolidando y se ha ganado por derecho propio entrar en todas las listas seriéfilas de lo más destacado de la temporada en cuestión. Ahora mismo, en la plataforma no hay ningún drama superior, y en el resto del mercado televisivo, puede competir de tú a tú sin despeinarse con otros grandes.