We Own this City: nothing ever ends
Igual os suena la frase que titula este artículo. Fue el eslogan que encabezaba la fantástica producción de HBO de hace unos años, Watchmen, y que me viene como anillo al dedo para resumir perfectamente lo que nos ofrece la miniserie que podremos disfrutar a partir de mañana en HBO Max, We Own this City (La Ciudad es Nuestra). Os cuento el motivo, a continuación.
NOTA: el artículo trata sobre la temporada completa de We Own This City, a la que pudimos acceder gracias a Warner Media España. NO contiene spoilers.
Lo primero que hay que destacar es que nos encontramos ante la nueva ficción creada por David Simon, George Pelecanos y Ed Burns. Si no conocéis esos nombres, deciros que son los principales responsables de la que, quizá, sea la mejor serie de la historia: The Wire. El tridente regresa a Baltimore, ciudad donde transcurría la acción de la magistral serie de HBO, para brindarnos una nueva producción en las calles de esa urbe, y parece que nunca se fueron.
La trama gira en torno a la corrupción alrededor de la Gun Trace Task Force, la división de la policía de Baltimore dedicada al rastreo de armas en la ciudad. Está basada en el libro homónimo por el periodista del Baltimore Sun, Justin Fenton, que narraba los hechos que allí transcurrieron durante casi dos décadas. Pero, ¿realmente esto es nuevo?
A eso iba con mi titular, que, si bien The Wire concluyó en su momento, y durante cinco entregas nos narró la corrupción sistémica e intrínseca dentro de todos los estamentos de dicha metrópolis, la sensación que transmite We Own This City es que podría ser una secuela de esta serie, y casaría totalmente con la atmósfera que emanaba la ficción de McNulty y compañía. Algo tan arraigado como lo que denuncian Simon, Burns, Pelecanos y compañía en las obras que han transcurrido en Baltimore, no desaparece de la noche a la mañana, y esta nueva miniserie podría tratarse de elementos completamente inventados, y sería igual de fantástica; pero la realidad supera a la ficción muchas veces, y teniendo en cuenta que todo lo que se narra aquí ha sucedido en la vida real, te pone los pelos de punta pensar hasta qué punto está todo ese lugar podrido, y no ya ahí, sino la estructura estatal de Estados Unidos.
El reparto no es excesivamente amplio, aunque destacan nombres como Josh Charles (The Good Wife), Wunmi Mosaku (Lovecraft Country, Loki), Jamie Hector (Bosch), algunas caras conocidas que participaron en The Wire, y, por encima de todos, Jon Bernthal interpretando al sargento de policía Wayne Jenkins. Yo con el paso de los años he ido variando mi opinión acerca de este actor. No me parece el mejor que hay en el panorama actual, pero sin duda me ha convencido a medida que le he visto en distintos roles. Ya como Punisher me convenció, pero lo que consigue aquí con Jenkins es de aplauso. Toda la trama se vertebra a su alrededor, como cabeza visible de esa división y gracias a la fama que se labra con el paso de los años en el cuerpo de policía, y esta miniserie se sustenta perfectamente sobre sus hombros, convirtiéndole en un gran protagonista, al que acompañan buenos secundarios también.
Quizá esa sea una de las notas diferenciadoras con respecto a su antecesora directa, como es The Wire. Mientras que, en esta última, teníamos un reparto coral, con diferentes personajes a los que podríamos calificar como co-protagonistas, o a la altura de la que es, quizá, la cara más visible, McNulty, aquí tenemos a Jenkins y unos cuantos más; ojo, no los estoy desmereciendo, sino que la separación es mucho más evidente que en The Wire, donde, directamente, construyeron temporadas enteras con su personaje principal convertido a secundario. Esta miniserie es la historia de este hombre, y asombra ver lo que va haciendo con el paso del tiempo en esa unidad.
Los que os gusten las series de David Simon, tenéis una cita obligatoria con We Own This City. Para mí, es la sucesora espiritual de The Wire, con notables diferencias a muchos niveles, pero yo la considero el spin off no oficial de la misma. Obviamente, no llega al nivel de la “serie madre”, pero es uno de los estrenos más relevantes de 2022, y va a coincidir temporalmente con otra joya de la que os hablé hace unos días, Gaslit. Nuevamente, el apartado de miniseries se aprieta gracias a producciones de este nivel. A partir de este martes, un episodio cada semana en HBO Max.