Anatomy of a Scandal (Opinión sin spoilers)
Los seis episodios de la serie están disponible en Netflix desde el 15 de abril y tienen una duración de una hora cada uno de ellos. Los responsables de la obra son David E. Kelley, que quizás no os suene por el nombre, pero es el creador de las recientes miniseries de HBO Big Little Lies y The Undoing; y es también el padre de las clásicas Boston Legal y Ally McBeal entre otras muchísimas series conocidísimas por el público general. La co-showrruner es Melissa James Gibson, guionista en joyas como House of Cards o The Americans. La directora de los seis episodios es S. J. Clarkson, quien ha trabajado, dirigiendo, en series tan dispares como Succession, Dexter, Heroes, Jessica Jones, Bates Motel o la excelente Banshee.
Si al trío que os acabo de mencionar, que seguro conocéis sus trabajos, os sumo el trío formado por los protagonistas, Sienna Miller, Michelle Dockery y Rupert Friend, pues el hype ya se pone por las nubes.
La sinopsis que nos ofrece Netflix dice así:
Esta apasionante serie, parte thriller psicológico y parte drama judicial, se cuela en la élite británica a través de los escándalos personales y políticos, en los que la verdad se halla a medio camino entre la justicia y el privilegio. James y Sophia Whitehouse viven en un mundo feliz y exclusivo. Él es ministro del Parlamento, tiene una familia adorable y su trayectoria parece no tener límites… hasta que un secreto escandaloso ve inesperadamente la luz. La letrada Kate Woodcroft también tiene una trayectoria profesional impresionante, y sus acusaciones amenazan con despedazar Westminster, el matrimonio Whitehouse y su propia autoestima.
La serie tiene ritmo, pese a que los episodios son bastante largos la historia no es aburrida y mantiene el interés del espectador en todo momento. En mi opinión cabalga entre el thriller político y el drama judicial, y lo hace con bastante acierto y maestría. El trasfondo ético moral tampoco pasa desapercibido y suma peso a una obra que aspira a ser relevante en todos los sentidos.
Anatomy of a Scandal abre muchos debates y reflexiones sobre los abusos sexuales, el consentimiento y las distintas percepciones del mismo que tienen los implicados en cada hecho y lo hace de una forma muy inteligente haciéndonos incluso dudar de lo que pasa realmente. A la vez demuestra que los diferentes puntos de vista aportan distintas realidades y que quizás algunas personas no sean conscientes de la dimensión que abarcan sus actos y hagan cosas sin saber lo que realmente están haciendo, llevados por una cultura del triunfo en la que creen tener derecho a todo.
En algunos temas relacionados con el asunto principal, al obra es bastante sutil y en otros es extremadamente directa. Lo cual lo hace muy interesante, me gusta la forma en la que el personaje interpretado por Sienna Miller se relaciona con su hijo varón después de la conversación que tiene con su suegra y como ve en el pequeño determinadas actitudes que le hacen plantearse muchas cosas al respecto de su marido y de la forma en la que están educando a los niños.
La serie juega muy bien impulsando las sensaciones del espectador a través de las imágenes y enfocándose en el aspecto visual como medio de comunicación de ideas, si bien creo que hubiera sido aún más excepcional si hubiesen optado por ir un paso más allá y ser completamente experimentales y así, este tono de cuidado estético no quedaría como un apartado visual sutil sino como el sello de la miniserie.
Es tremendamente interesante la forma en la que cambian de escenarios y mezclan los recuerdos de los personajes con el presente, al igual que me gusta mucho como las mismas escenas son rodadas de formas diferentes e incluso con distintos actores para mostrar tanto los puntos de vistas de unos y de otros como las sensaciones que tienen al recordar el pasado.
Desde un punto de vista visual la serie intenta ser muy innovadora y es aceptablemente arriesgada, aunque creo que si los responsables van a hacer cosas diferentes, si quieren tomar riesgos, deberían haber ido un paso más allá y no quedarse tan solo en sutilezas y detalles cómo mamparas de cristal que dividen el rostro; personajes del pasado interpretados por los actores del presente; continuos planos cenitales los personajes subiendo y bajando escaleras; los cambios de escena con el personaje diciendo la misma palabra o el momento en el que dos personajes se ven solos en una sala rodeada de gente.
Respecto a la trama no tengo quejas, está bastante bien escrita y es coherente. En el cuarto episodio hay una gran revelación que no creo que a nadie le resulte sorprendente puesto que la han ido dibujando desde el primer episodio y dando pistas y señales bastante obvias. Aún así es interesante el momento en el que deciden dejarlo claro y expresarlo de forma explícita, porque muchas cosas pasan a entenderse de distinta forma a partir de ese momento y porque asistimos a como los demás personajes también empiezan a ser conscientes de las implicaciones de esta realidad.
No hace falta explayarse al respecto del trabajo de los actores, creo que todos tenemos el conocimiento suficiente del elenco como para saber que lo hacen de forma sensacional. Como era de esperar, lo borda especialmente Michelle Dockery, quien se muestra absolutamente sobresaliente.
Consta como “antología”, de forma que no sería disparatado pensar que podemos ver una segunda temporada que aluda a otro caso sonado dentro de la elite británica y que recupera total o parcialmente a los personajes, pero al momento de escribir estas líneas no hay confirmación oficial al respecto. Por ahora son sólo seis episodios y, en mi opinión, la serie no tendría sentido que fuera renovada pues termina de una forma bastante notable. Si bien es posible qué los productores estén pendientes del éxito de la misma para decidirse a renovarla. Hay que señalar que no es imposible alargar la historia de los personajes de esta primera antología, ya que la historia tiene continuación en un sentido lógico … aunque la serie tiene un final conclusivo y el viaje de uno de los personajes llega a su fin, mientras que el camino de los demás finaliza en esta trama a la vez que comienza en otras.
En resumen: Anatomy of a Scandal es altamente recomendable, está muy bien hecha, se nota mimo en la producción y los actores se lucen. Aborda una temática de actualidad y lo hace mostrando distintos puntos de vista e invitando a la reflexión. Podría haber segunda temporada que recuperase a algunos o incluso a todos los personajes, si bien la segunda opción sería un error desde mi punto de vista. El apartado visual es muy notable y se percibe el trabajo que hay detrás de cada escena. Son sólo seis episodios, largos, pero sólo seis. Personalmente os recomiendo echarle un ojo.