Review Legacies: Not All Those Who Wander Are Lost
Una de las cosas que creo que fastidian más de seguir una serie que se emite en una cadena en abierto estadounidense (en este caso, The CW), son los parones que hacen cada cierto tiempo. Veníamos de uno que se extendió más de lo previsto, que duró desde mediados de diciembre hasta finales de febrero (inicialmente, la ficción iba a volver en la recta final de enero), y ahora nos toca esperar varias semanas hasta que se retome la cuarta entrega, concretamente hasta el 1 de abril. Antes de despedirnos temporalmente de Legacies, repasemos su duodécimo episodio.
He abierto diciendo que me fastidia esto, pero no siempre es así; a veces, apetece aparcar la serie de turno durante un tiempo, y no verla durante semanas o meses. Éste no es el caso con del segundo spin off de la franquicia, que nos lleva ofreciendo una cuarta entrega bastante destacada. Este ciclo de tres capítulos concluye con la introducción del concepto de dioses en este universo, a los que espero ver más en acción a partir de ahora.
En lugar de los habituales tres frentes que nos ha ofrecido la serie desde su vuelta, en esta ocasión hemos tenido solo dos: uno con Hope, Lizzie y Aurora, y otro con el trío del limbo.
Voy a empezar con ellas, y lo hago con el final de capítulo. No sé a vosotros, pero a mí me ha recordado mucho a cuando Damon solía aparecer en mitad de las carreteras, planteándose su vida, y normalmente el resultado acababa siendo similar al que nos ha ofrecido Legacies esta vez con Hope. Me ha evocado mucho a la serie original, y quería destacar ese guiño y que después de unos cuantos capítulos, parece que tendremos de nuevo a la protagonista de esta historia en Mystic Falls, aunque auguro que su retorno no será precisamente una visita social amigable.
Aunque ya alberga dudas, la hija de Klaus sigue en modo autómata, impulsada simplemente por su objetivo de cargarse a cualquier tipo de amenaza que pueda suponer un peligro para su supremacía en la escala de depredadores sobrenaturales de este universo, y, en estos momentos, los dioses pueden serlo. Me ha llamado la atención que veamos grietas en la armadura emocional de la joven, y me sigue sorprendiendo que los guionistas la mantengan sin humanidad, y todo apunte a que esta entrega la vayamos a continuar viendo así. Este tipo de decisiones son las que han servido para que Legacies eleve su nivel tras una tercera decepcionante, que transmitía la sensación de que no sabían escapar de Malivore y su arco, por lo tanto, estoy a favor de este curso de acción.
Aurora sigue empeñada en acabar con ella, pero ese comentario final de Lizzie me despierta curiosidad, aludiendo al hecho de que hay muchos dioses, con una miríada de poderes diferentes; si tan triste está por la pérdida de su hermano Tristan (que para los que no vierais The Originals, ya os ponen al día), ¿por qué no recurrir a alguno/a que tenga la habilidad de manejar el tiempo a su antojo? Quiero remarcar que me ha sorprendido que traigan a colación esto, porque no creo que sea un comentario casual. El concepto de arma de Chejov creo que lo he incluido en alguna ocasión en mis artículos, y no sé hasta qué punto esta mención podría considerarse un recurso de este estilo. No creo que sea gratuito (como sí lo es la suscripción con Prime en nuestro canal de Twitch), y por eso lanzo la advertencia: ojo con jugar con el tiempo y la cronología. En todas las ficciones que introducen viajes en el tiempo, mundos paralelos y cosas semejantes, es importante establecer las reglas medianamente bien, para no reventar todo lo establecido y que quede más o menos coherente. Con este tramo de serie, quiero ser optimista y que lo harán bien si llega el caso que toca viajar en el tiempo, pero me muestro cauto de entrada. Esto puede dar pie a cameos o apariciones estelares si es que nuestros protagonistas van al pasado, lo cual siempre suele ser motivo de alegría para los fans. Veremos en qué queda todo esto, pero la alianza de Lizzie y Aurora me parece un acierto.
También quería añadir un breve inciso más: Lizzie ha roto la conexión con Hope, algo que me parece destacable cuanto menos. ¿Quizá haya influido su condición de hereje? Igual no se rigen por las mismas reglas que los vampiros normales, pero yo no recuerdo en la franquicia un caso semejante; la única forma de cortar la conexión de la que yo tengo constancia sin pensar demasiado es cuando muere el vampiro que engendra a uno nuevo. Si alguien que lee estas líneas sí que recuerda otro caso de ruptura de vínculo, por favor, os agradecería que lo comentarais debajo de la review, o en nuestras redes sociales donde compartamos este artículo.
Por otro lado, el trío del limbo ya ha pasado ser un dúo. El juego con el genio concluye con Alaric de nuevo en el plano de los vivos, y sus compañeros de desventuras todavía atrapados en ese lugar. Tengo que reconocer que la química entre estos tres me ha funcionado muy bien, y yo particularmente disfruto bastante los minutos en pantalla de ellos. La vuelta del Nigromante no sé hasta qué punto me entusiasma, porque ya me había acostumbrado a verle como Ted, pero me gusta la jugarreta final de Alaric de fastidiarle el plan en el caso de que pretendiera ir por la suya y no atenerse a lo acordado previamente. El director de la Escuela regresa con la intención de enmendar el desaguisado que hay en Mystic Falls, y creo que puede acabar siendo clave para que Hope vuelva definitivamente al lado luminoso, y se aleje del oscuro, aunque no pongo la mano en el fuego completamente. Tengo muchas ganas de ver cómo se desarrolla todo con él de vuelta.
Por último, quiero destacar que esta versión de Landon me parece mucho mejor personaje que el que estaba supeditado a la trama sentimental con Hope, de la misma manera que ella me parece que ha crecido muchísimo desde que se convirtió en la tríhibrida y no tiene cerca al chaval. Si algo demostraron las tres primeras entregas es que su relación, aunque entendible a efectos de serie, no funcionaba, ni interna ni externamente, porque las opiniones que he leído durante los años de los fans no eran precisamente muy positivas con respecto a ellos, y, sobre todo, a cómo la serie se había enfocado principalmente en que lo fundamental girara sobre su relación, cuando todo el mundo veía que era algo abocado al fracaso en todos los sentidos. Me alegro del cambio de rumbo, sinceramente, y queda demostrado que separados funcionan mejor que juntos.
Como decía antes, nos despedimos de la serie por unas semanas, cuando estaba en un buen momento de forma. Espero que regrese con las mismas energías, y nos continúen ofreciendo una cuarta entrega tan buena como hasta ahora. Nos vemos en abril con más reviews. Hasta entonces, recordaros que podéis dejarnos vuestras impresiones en la sección de comentarios.