Crítica: The Batman
El año de los héroes acaba de empezar. Así promocionaban las cuentas españolas de Warner/DC el comienzo de los lanzamientos de los protagonistas de las que serán las películas principales de la franquicia en 2022. Y es que, la compañía tiene previstos cuatro lanzamientos que, a mí personalmente, me atraen bastante. Empezando por el que nos atañe hoy, la nueva cinta del hombre murciélago, protagonizada por Robert Pattinson. A continuación, os dejo mis impresiones sobre la misma.
Nos encontramos en un nuevo inicio de la historia del justiciero de Gotham. Bruce Wayne lleva dos años siendo el enmascarado que patrulla las calles de su ciudad, con todo lo que eso supone: el ímpetu de la juventud, fallos de cálculo en momentos puntuales que denotan que todavía es novato, y, sobre todo, una visión equivocada de su particular cruzada, que será algo que le perseguirá durante toda la película y deberá replantearse para el futuro (todo apunta a una secuela, y me extrañaría que no tuviera).
Pero en Gotham, el mal no descansa y no te permite un tiempo de acondicionamiento. El largometraje dirigido por Matt Reeves nos trae a uno de los enemigos clásicos de Batman, Enigma, desatando el caos por la ciudad y sembrando el pánico con su oleada de asesinatos. Y aquí entra el tono principal de esta nueva entrega del murciélago: el thriller policíaco.
A veces, a mucha gente se le olvida que el súper poder de Bruce Wayne no es otro que estar forrado; eso, y que es el mejor detective de la factoría DC. Todo el planteamiento de la película está enfocado hacia la novela negra, con un asesino que está matando a una serie de objetivos, y tanto Batman como el teniente Jim Gordon siguen las pistas y acertijos que les está dejando Enigma. Una de las mayores virtudes de la cinta de Reeves es que deja la sensación de que, más que una película de superhéroes, estás viendo un thriller de misterio, y le queda de maravilla al personaje y al escenario que plantea el director en su obra.
Porque tenemos a una Gotham podrida, oscura, sucia, rota, dejada; vamos, lo que debería ser esta ciudad en cualquier obra que quisiera adaptarla y mostrarla en cualquier formato. Nuestro protagonista no es el playboy millonario que se pasea por las fiestas de la clase alta de la urbe, pavoneándose y luciendo chequera. Es un chico traumatizado por su pasado, que canaliza todos sus traumas a través del traje de justiciero, y cuyo objetivo comienza siendo uno, mostrado de maravilla en un arranque de película tremendo, y que los acontecimientos que vivirá aquí le llevarán a actuar de otra manera.
Y aquí viene el párrafo de disculpa pública a Robert Pattinson. Como muchos, cuando se anunció su fichaje, dudé de su capacidad para ser Batman/Bruce Wayne. Recojo cable, y aplaudo lo que he visto, porque me ha encantado en ambas facetas, en la del huérfano más famoso de Gotham y en la del justiciero. Ha hecho un trabajo excepcional y estaba equivocado; no pasa nada por admitirlo.
Pero es que los halagos al elenco no se ciñen a su protagonista. Zoe Kravitz nos da a una Selina Kyle fantástica; Jeffrey Wright tenía claro que sería un gran Jim Gordon y me lo ha ratificado; lo de Colin Farrell como el Pingüino es de locos, sobre todo en el gran trabajo detrás para caracterizarlo, porque no te crees que estés viendo al actor de lo bien hecha que está la transformación; Paul Dano como Enigma es de escándalo, uno de los villanos más destacados que nos ha ofrecido el universo DC en la gran pantalla; y Paul Turturro como Carmine Falcone es otro nivel. No tengo ninguna queja al respecto del reparto principal, y se lucen todos en sus participaciones durante la cinta; quizá el que me ha cojeado algo más es Andy Serkis como Alfred, pero también puede ser porque no ha tenido tanto tiempo en escena como los que he mencionado, y es más un personaje casi terciario, valorándolo en perspectiva.
Y hablando sobre el tiempo. Uno de los debates más extendidos durante estos días es acerca de lo que dura la película, cerca de tres horas. Sinceramente, a mí se me han hecho cortas. ¿Quizá con menos minutos hubiera quedado igual de bien? Puede ser. Pero el trabajo realizado por el equipo de la película me ha mantenido pegado a la pantalla en todo momento, y el ritmo durante la misma está bien calibrado, alternando momentos de acción trepidante y de primer nivel, con otros más pausados de colocar las piezas del puzle y ver a dónde les conducía todo eso. Yo a este respecto no tengo ninguna queja.
Y otro aspecto sobresaliente: la banda sonora. Al tono lúgubre, triste y decadente de la ciudad y de la cinta le va como anillo al dedo Nirvana y ese “Something in the Way” que suena varias veces a lo largo de la misma, y el magnífico trabajo de Michael Giacchino creando las piezas de The Batman elevan la cinta a otro nivel. Este compositor tiene una larga trayectoria de éxitos a sus espaldas; recientemente, trabajó en Spiderman: No Way Home, y próximamente compondrá la música de Thor: Love and Thunder, pero a aquellos que le conocimos hace años en Perdidos, creo que nos hará especial ilusión verle triunfar en pelotazos como estos, porque realmente lo que consigue aquí es digno de admiración.
DC/Warner ha pegado un buen golpe sobre la mesa, primero lanzando en HBO Max Peacemaker, y ahora en cines The Batman. El listón está muy alto tanto en la pequeña como en la gran pantalla, y tanto sus propios productos como los de Marvel Studios van a tener que currárselo mucho para estar a la altura de estos dos grandes productos. Pero podemos verlo de otra forma: los fans de la cultura geek estamos de suerte, porque estos dos gigantes nos están ofreciendo series y películas de altísimo nivel, así que sentemos y disfrutemos.
De momento, The Batman es una gran película, que marca el impresionante regreso del murciélago a la gran pantalla, con un Matt Reeves sensacional en la creación y ejecución de la película, un reparto excelso, y con un trabajo técnico y de ambientación a todos los niveles de aplauso. Ah, ya lo anuncio: evidentemente, le dedicaremos programa en nuestro canal de Twitch y luego estará en el de YouTube. Atentos a nuestras redes.