Bridgerton 2ª temporada (sin spoilers)
Ya hemos visto la segunda temporada de Bridgerton, drama de época inspirado en una serie de novelas románticas. La primera temporada (8 episodios) la ofreció Netflix completa el 25 de diciembre de 2020. La segunda estará disponible en la plataforma a partir del próximo día 25 de marzo.
Julia Quinn es la autora de múltiples novelas que navegan en el curioso mundo del romance histórico. Quinn tiene a sus espaldas más de un centenar de libros, ocho de los cuales nos revelan la historia de la familia Bridgerton, usando el hilo conductor del matrimonio de cada uno de ellos. En la primera temporada se adaptó el primero de los libros y la segunda temporada ha hecho lo propio con el segundo, aunque es evidente que al ser formatos muy diferentes la historia y la forma no es exactamente igual. Aunque no he leído los libros, es sabido que la identidad de Lady Whistledown es abordada de formas casi opuesta, siendo en los libros un secreto que tarda en ser desvelado y en la serie un misterio que ya resolvimos en la primera temporada.
No he leído la obra de Quinn, pero es evidente que una autora con tantos betsellers sabe conectar con el público, cosa que la serie también hace. No sé si la adaptación es fiel en cuanto a los personajes o al espíritu, pero no me cabe duda en que en ambos casos han conseguido mantener tanto a lectores como a espectadores enganchados a los devenires amorosos de la familia Bridgerton.
El toque ácido, con un poco de humor y cierto tono picante es muy palpable en todos los episodios y creo que es lo que marca la diferencia de esta serie con los dramas históricos clásicos. Una serie de época usual, como las que todos hemos visto orquestadas por la BBC o la famosísima Downton Abbey de ITV, tiene a orgullo un máximo de fidelidad al contexto histórico. Este conjuto de series, tipicamente británicas, lleva a gala un esmerado sentido histórico, la fidelidad a la época es importante y no verás nada que parezca raro o anacrónico. Los Bridgerton no tienen nada que ver con eso, la vestimenta es exagerada, como queriendo homenajear o parodiar el estilo imperio; la diversidad étnica manifiesta es un maravilloso soplo de aire fresco en un contexto donde lo habitual es ver sólo a gente pálida y el toque picante o incluso abiertamente erótico es también algo insólito en esta clase de ficciones.
La segunda temporada, que os recuerdo estará disponible en Netflix desde el 25 de marzo, nos acerca al mayor de los hermanos varones: Anthony Bridgerton, un joven consciente de que parte de su responsabilidad como vizconde es buscar una esposa digna para el cargo. En ese sentido estamos ante algo similar a lo que vimos en la primera temporada, pero a la vez es algo muy diferente. La perspectiva de un varón es distinta a la de una mujer, guapa y debutante en la sociedad londinense, además Anthony soporta la carga de ser el cabeza de familia y siente que le pesa el cargo y que su vida está determinada por sucesos ajenos a su voluntad.
Esta temporada ha tratado sobre el deseo frente al intelecto. El grueso de la trama, no sólo en lo referente a la historia de amor central, sino también a algunas historias adyacentes, ha abordado la forma en la que las personas tienen que elegir entre escuchar a su corazón o a su cabeza. Y aunque la idea central orbite sobre Anthony, también hemos tenido un buen arco para Penélope y otro muy interesante para Eloise, quienes al igual que el vizconde se ven inmersas en situaciones que ponen a prueba la dureza de la razón frente a la pasión del corazón. Tenemos a personajes que habían planeado un tipo de vida viéndose abocados a vivir otra muy distinta, tenemos a personajes obligados a traicionar a seres queridos y a personajes actuando conforme a lo que le dictan sus impulsos… y de alguna forma ninguno consigue ser plenamente feliz.
Tras la primera temporada me entró curiosidad por cómo tratarían el asunto de la identidad de Lady Whistledown, algo que fue casi el eje central de la acción y que quedó revelado, para sorpresa de todos, mucho antes de lo previsto. La segunda temporada continúa con algunos personajes que quieren descubrir quien se esconde tras la escritora cotilla y con Penélope luchando contra las circunstancias, que no dejan de complicarse a su alrededor. Además, la trama de Lady Whistledown abre el camino a una historia muy singular que alude a Eloise y a la forma en la que siente que no encaja con al alta sociedad, pese a que podría encajar en otros ambientes.
La incorporación de dos actrices protagonistas, las hermanas Sharma, intepretadas por Simone Ashley y Charithra Chandran, ha sido un acierto absoluto. Las dos mujeres rebosan carisma y aunque sus personajes sean sensacionales, el mérito no debe darse por completo a las novelas o el guión, porque las dos actrices hacen un trabajo absolutamente maravilloso, dando vida a dos jóvenes muy diferentes entre sí a quienes comprendemos y amamos. Personalmente me quedo con Charithra Chandran, la joven Edwina Sharma es un personaje sensacional lleno de matices y de una descomunal belleza.
No me ha gustado mucho el final de la temporada, mi sensación fue que todo terminó de forma abrupta… y en realidad es que ha sido así, la trama tarda mucho en cocinarse y muy poco en resolverse. Pero aún así, supongo que todo es aceptablemente coherente. El resto de la trama sí que me ha gustado, aunque quizás haya sido más repetitiva y monótona que en la primera entrega, donde pese a que era obvio que la pareja protagonista terminaría junta, las luchas de ambos fueron un poco más interesantes. En todo caso, la segunda temporada es muy agradable de ver, engancha, los nuevos personajes son una maravilla y aunque quizás la primera temporada fuese mejor, la segunda no ha estado nada mal.
No hemos dejado de lado a la familia Featherington, que parece no escapar de la mala suerte. De hecho, salvo por el duque y el príncipe, no hemos prescindido de casi ninguno de los personajes que conocimos en la primera temporada y todos han encontrado encaje en alguna trama nueva e igualmente interesante (o más) que los devenires románticos de la maravillosa Daphne, quien aparece puntualmente en esta segunda temporada.
Al igual que la primera temporada, en la segunda vemos muchas alusiones a lo difícil que es encajar en la sociedad y a las continuas renuncias que hacen todos estos ricachones de la alta sociedad para seguir manteniendo su lujos estilo de vida. La serie no aborda la lucha de clases, pero en esta temporada sí que se han tocado tangencialmente algunos temas más actuales, como el femenismo… aunque se haya hecho de forma superficial.