2021, el año de la animación (II): Invincible – Todo sobre mi padre
Seguramente a muchas personas les habrá pasado que, cuando eran niños, aquél que idolatraban, admiraban y en el que aspiraban a convertirse, era su padre. Que nuestros progenitores nos marcan, e incluso nos moldean, es más que evidente. Con el paso de los años, creamos nuestra propia identidad, pero la base, los fundamentos, siguen ahí, lo queramos o no. Para Mark Grayson, la cosa es más complicada si cabe, porque su padre es el mayor héroe de la Tierra, Omni-Man. Pero, tras ese gran bigote, hay mucho más, que apenas hemos empezado a conocer en la primera entrega de Invincible, serie animada de Amazon Prime Video y una de las semifinalistas de nuestra competición anual en Twitter, para decidir la mejor serie del año anterior.
¿Cuántos estáis saturados de producciones sobre superhéroes? Tenemos a Disney/Marvel Studios con la maquinaria a todo tren, lanzando prácticamente todos los meses algo nuevo de su franquicia; Warner/DC busca ganar más peso todavía en el panorama cinematográfico, tras una trayectoria accidentada, por decirlo finamente, mientras desarrolla en la pequeña pantalla series como Peacemaker, Superman and Lois o Stargirl, que no tienen nada que envidiar a lanzamientos de cine de su propia marca; luego hubo aquel amago de Netflix con Jupiter’s Legacy que terminó en debacle, mientras tiene una producción resultona y que sí ha obtenido buenos frutos como The Umbrella Academy, que se aleja de los tropos habituales de lo heroico; aunque para coger algo del género y subvertirlo en una mofa e industrialización de todo lo que rodea a la figura del héroe con capa, tenemos a la compañera de Invincible en Prime Video, The Boys (que ha estrenado hoy su spin off animado, Diabolical). Todos esos ejemplos y más circulan por nuestros servicios streaming y cadenas televisivas, y no parece que vayan a pararse los lanzamientos de este género.
Hay muchos que incluso vieron paralelismos entre The Boys e Invincible. Sinceramente, más allá de la violencia bastante explícita y lenguaje malsonante, se parecen lo que un huevo a una castaña. Nuestro protagonista, Mark, sí cree en que el ideal de héroe es algo que debe perdurar y conservarse, y aspira a seguir la estela de su padre como el más fuerte del planeta, y el futuro defensor de los terrícolas. Al contrario de lo que sucede en muchas obras del género, aquí el pobre chaval solo pasa de un marrón a otro. El camino del héroe lo pavimenta sobre la sangre derramada a su alrededor, los errores de novato que comete, y las desgracias que la vida le va tirando a la cara sin contemplaciones. Otras veces, aun con dificultades, el protagonista se erige para ser aquello en lo que está destinado a convertirse. Puede que le pase a Mark, pero ahora mismo, vive más en la UCI que en las portadas de los periódicos.
Y claro, todo eso se añade a que Nolan, su padre, es algo así como un dios; no, como un dios no: ES un dios. No hay mortal que pueda hacerle frente, y cualquier amenaza que ponga en riesgo la seguridad de la Tierra solo conseguirá cabrearle en función del tiempo que le ocupe eliminarla. Supongo que en la Tierra que nos muestran en Invincible, muchos niños sueñan con ser tan poderosos como él, y algo que muchos sueñan entra dentro de lo posible para Mark, dado que es su sucesor y heredero natural, a pesar de que tenga que ponerse a la altura de semejante símbolo. Me recuerda un poco a lo que tenemos en My Hero Academia con Deku y All Might, aunque con una diferencia abismal en la relación que vemos en ese anime y la que nos ofrece la ficción de Prime Video, porque la japonesa es más típica, mientras que la de la plataforma streaming… bueno, decir más sería entrar en spoilers gordos. Pero son equiparables en el hecho de que el discípulo tiene como ejemplo al héroe con mayúsculas, y las metas que se proponen alcanzar ambos no se presentan nada sencillas de alcanzar.
Algo que no dije en el artículo sobre Final Space, pero que seguramente destaque en otros, además de aquí, es el gran trabajo realizado por parte del reparto de voz. Los actores de doblaje son sumamente reconocibles por sus trabajos en acción real, pero no deslucen en absoluto en su desempeño detrás de un micrófono y en un estudio de grabación. Este es un comentario que me vale para cualquiera de las ficciones de las que he hablado y de las que hablaré, pero todas estas series tienen la capacidad de transmitirte tanto o más que una de carne y hueso, y eso es en parte por el gran trabajo desarrollado por aquellos intérpretes que prestan su voz a personajes magníficamente construidos.
Precisamente, hay algo que comparten estas dos primeras series a las que les he dedicado artículo en el recopilatorio relacionado con la competición: a Steven Yeun (Glenn en The Walking Dead, por ejemplo), que en Final Space es Little Cato y aquí es Mark, el protagonista. Para engrandecer todavía más a Omni-Man, tenemos el vozarrón de JK Simmons (Counterpart), que dota de una personalidad y un empaque tremendo a un personaje ya de por sí intimidante, pero su voz lo eleva más aún si cabe.
La relación paternofilial es uno de los grandes mimbres sobre el que se construye Invincible, sino el principal. No obstante, alrededor del protagonista y sus daddy issues orbitan un conjunto de personajes que los complementan muy bien, y las tramas accesorias que se han ido introduciendo en su primera entrega parece que apenas están empezando a desarrollarse, transmitiendo la sensación de que estamos ante un porcentaje muy bajo de lo que nos van a contar en esta serie, que fue una de las grandes novedades de 2021, y que podría haber sido la ganadora sin ningún tipo de problema, de no ser porque se cruzó en el camino de una de las que, para mí, es una de las finalistas, y la siguiente que analizaré: Arcane. Nos vemos en la siguiente entrega.