2021, el año de la animación (I): Final Space – una odisea en el espacio
Mientras escribo estas líneas, están abiertas las encuestas de las semifinales de nuestro torneo anual, en el que escogemos a la mejor serie del año anterior, sometiéndolo a votación popular a través de nuestra cuenta de Twitter, con las candidaturas obtenidas gracias a su inclusión en los diferentes artículos mensuales de nuestra sección, Lo Mejor del Mes. En esta ocasión, las cuatro que han llegado a la parte final del cuadro han resultado ser ficciones de animación; todas son justas semifinalistas, y cualquiera podría ganar, si se dieran las circunstancias adecuadas. No obstante, cuando esto esté publicado, o ya habrá concluido la ronda previa a la final, o faltará muy poco. Dos se quedarán en el camino, y dos se disputarán el título de la mejor de 2021. Es por eso que, independientemente de los resultados, he querido darles espacio a todas, porque creo que merecen el reconocimiento. Empecemos con Final Space.
Hay una tendencia actual en televisión, medio que principalmente consumo, de enmascarar grandes dramas en supuestas comedias, o dramas de manual con momentos cómicos de altísima calidad (véase Succession o The Good Fight), que nada tienen que envidiar a las series propias del género. Cuando vemos series en acción real (esto es, en carne y hueso, con actores reales y no animados) ya estamos acostumbrados a que las producciones jueguen con diferentes formas de narrar una historia, y es cada vez más patente lo que he comentado, que la división entre drama y comedia ya no es tan rígida y la mezcla suele dar buenos resultados.
Final Space nace como una serie divertida, algo distendido que busca que el espectador pase un buen rato delante de la pantalla, sin más preocupaciones que las de ver a una cosita adorable como es Mooncake pasearse por delante de la cámara y deleitarnos con su nueva mirada, su gesto divertido, o una escena con su compañero, Gary Goodspeed. Las aventuras de este dúo van creciendo a medida que la trama avanza, con un peligro rondando y que siempre se nos dice que está ahí, preparado para entrar en acción, pero que muchas veces pasa desapercibido con los ratos de risas que echamos con los protagonistas. No obstante, hay un momento en el que eso cambia, y nos avisa de que, a partir de ahora, los ratos agradables van a ir decreciendo en pos de algo mucho más ambicioso, y que se siente completamente natural y perfectamente hilado.
Y es que la trama de Final Space puede que se vendiera de entrada como una comedia animada sin más, pero el paso de las temporadas dejó patente que detrás había un plan mucho mayor, y que exigía al espectador que prestara atención a los detalles que iba presentando en esos ratos que reía más que otra cosa. Y no solo eso: la introducción de todos los personajes aportaba al conjunto global de la serie, y aunque claramente Gary es el protagonista, el resto del elenco no se siente como algo accesorio, sino que siempre que se nos introducía a alguien añadido a la tripulación, o como rivales, acabaron siendo esenciales para el desarrollo de una trama que empezó siendo una sitcom y derivó en un conflicto de escala más propia de Infinity War o de Star Wars que de una comedia; digo más: hay películas (y trilogías) de la saga Skywalker con menos profundidad que las tres entrega de Final Space.
El universo que fue creando Olan Rogers durante esas tres temporadas se fue expandiendo, y la que se emitió en 2021 fue el culmen de esa trayectoria, emitiendo semanalmente episodios que te partían más el corazón que te alegraban el día. El espectador había crecido con esa tripulación, con esos compañeros, y la deriva que experimentó la trama te metía de lleno en una odisea más propia de dramas de ciencia ficción de primer nivel, como The Expanse o Battlestar Galactica, que de lo que de primeras parecía que sería. No en vano, entró en dos meses consecutivos (abril y mayo), compartiendo sección con producciones como Mare of Easttown o For All Mankind, que fueron de lo mejorcito del año pasado, y no desentona su presencia en absoluto, una vez sabes cómo se las dieron en esa entrega. Es más, viendo de nuevo algunos pósters promocionales, nadie diría que Final Space es una comedia, sino todo lo contrario.
La naturalidad con la que esta serie evoluciona hacia unas cuotas mucho más altas y ambiciosas es algo que no está al alcance de muchas producciones. Seguramente me repita en los siguientes artículos, pero creo que si algo nos demuestra esta competición y la factura de algunas de las producciones animadas de 2021, que no han llegado a semifinales pero que también nos dejaron grandes entregas, es que el género se ha convertido poco a poco en un referente por el que vale la pena apostar, porque tiene grandes mentes detrás de los guiones, historias realmente fascinantes que contar, y algunas tienen la suerte de tener recursos a su alcance que les permite elevar la animación hacia algo más, que se sienta casi algo palpable y de carne y hueso prácticamente (véase Arcane).
Con muchos menos medios e impacto que sus otras compañeras clasificadas, Final Space se ha ganado un hueco en el corazón de aquellos que la seguimos y disfrutamos durante su trayectoria. Lamentablemente, su periplo fue cortado como consecuencia de una cancelación, y me gustaría que algún servicio streaming o cadena la recuperara, porque creo que aún tiene mucho que contar, y quizá una cuarta y final la redondearía. Con todo, me parece una serie altamente recomendable para los amantes de la animación, y para aquellos que no lo seáis aún, pues simplemente deciros que tenéis que quitaros los prejuicios que podáis tener, porque la animación ha venido para quedarse, y lo visto en esta competición lo deja patente.