Nasdrovia: actos y consecuencias
Creo que, a día de hoy, no hay un servicio que aglutine tanta calidad en las producciones españolas como Movistar Plus. Creo que, de todo el catálogo que hay disponible en la plataforma, hay muy pocas que no recomendaría a quien me preguntara qué serie nacional ver. Nasdrovia entra en la categoría de una de las que aconsejaría ver, porque considero que ha sido uno de los productos más destacados en España en los últimos años, por la forma de contar su historia y por el buen hacer de su reparto protagonista. Pero de eso os hablaré a continuación, porque este artículo trata de eso y más, de qué me ha parecido su despedida, aunque por lo dicho hasta ahora, podéis intuirlo perfectamente.
NOTA: el artículo trata sobre la segunda temporada de Nasdrovia, a la que hemos podido acceder gracias a Movistar Plus. NO contiene spoilers.
Dicen que quien siembra vientos, recoge tempestades. Como ya os comenté en el artículo que le dediqué en su debut, lejos de mostrarnos algo típico, una de esas de reírse a carcajadas con gags recurrentes y con un formato de comedia de situación clásica, Nasdrovia tenía otro estilo. Nos introdujo a una pareja de protagonistas, Edurne (Leonor Watling) y Julián (Hugo Silva), que dejaban sus labores como letrados para dedicarse a su pasión, la cocina rusa. Junto al cocinero Franky (Luis Bermejo) abren el Nasdrovia, un restaurante especializado en los platos típicos del país, lo que atrae el interés de la mafia rusa, algo que, evidentemente, no puede traer nada bueno para ellos.
Con ese estilo de romper la cuarta pared, y Edurne siendo la encargada de conectar con el espectador e ir narrándole sus pensamientos y sentimientos sobre la vorágine de acontecimientos que se van sucediendo, nos encontramos con un humor más oscuro y alejado de la risa fácil, y que queda de maravilla. La segunda entrega sigue la misma tónica, aunque yo diría que los eventos que narra son más propios del drama que de la comedia, pero aún así saben mezclarlo bien y es natural esa evolución porque, como tal y como reza el título del artículo, todos los actos tienen sus consecuencias.
Las decisiones que tomaron Edurne y Julián en los primeros episodios les llevan al punto en el que se encuentran actualmente, completamente metidos de lleno en una operación mafiosa, sin saber exactamente en qué momento se fue todo al traste, o, si lo saben, no son capaces de dar crédito a que todo se volviera espectacularmente mal; el todo mal llevado al extremo. Por lo tanto, es la hora de tomar nuevas decisiones. Si la vida te da limones, haces limonada; o si estás metida en una banda de rusos criminales contra tu voluntad, pues buscas la forma de sobrevivir y pensar cómo salir del atolladero.
Así vive Edurne durante los seis episodios que conforman la nueva temporada, que llega íntegramente este viernes a Movistar Plus. Tanto su camino como el de Julián son totalmente comprensibles, y creo que representan opciones válidas con las que mucha gente puede sentirse identificado, y es que, en la situación en la que están, ¿cómo lo afrontaríais vosotros? Es coherente además con lo que conocíamos ya de cada uno, y en ese sentido Nasdrovia se mantiene fiel durante su trayectoria, y el nivel interpretativo no decae ni un ápice de lo visto en su temporada anterior; no soy neutral con Leonor Watling, por la que tengo especial debilidad, pero una vez más, vuelve a lucirse.
Como, nuevamente, me fascina el elenco ruso. La gran sorpresa de la primera tanda de episodios vuelve a darnos grandes momentos y siguen a la altura. Encima, nos abren todavía más las fronteras de la serie y conocemos a nuevos personajes que amplían horizontes y nos dan una sensación de que Nasdrovia y sus protagonistas no se ciñen a un rincón de Madrid en el que llevan a cabo sus operaciones. Por si fuera poco, me ha sorprendido que introdujeran cierto acontecimiento en la trama, y que les haya salido tan bien (sabréis a qué me refiero cuando veáis la temporada).
Si tuviera que poner un pero a la segunda y última es, precisamente, que se acaba; y lo hace una forma un tanto abrupta. No tengo ninguna queja con el desarrollo y en sí el final y cómo eligen cerrar la historia, pero me da la sensación de que hubiera podido tener un capítulo más, o yo desde luego habría visto uno más sin ningún problema. Una de las cosas que también me gustan del formato Movistar es que, si bien creo que alguna de sus series podría haber tenido más temporadas (ejem, Reyes de la Noche, ejem), prefiero que cierren sus productos con dos entregas, o que sean miniseries, antes de que sigan durante muchos años y se devalúen, como sucede muchas veces con las ficciones extranjeras. Aún con ese “pero”, Nasdrovia no parecía una serie destinada a tener siete temporadas, y más como enfocan esta segunda desde el minuto uno.
Si queréis ver una comedia distinta a muchas de las cosas que tenemos en España, fichadla. La segunda temporada ha estado a la altura de la primera, y su cierre me ha dejado satisfecho; todo aquello que la hizo tan buena en la anterior, lo mantiene, así que todos los que disfrutasteis de sus primeros seis episodios, seguiréis haciéndolo en sus seis últimos. Por mi parte, si aún no la veis, solo me queda recomendárosla, y recordaros que está completa en Movistar Plus, y su conclusión llega este viernes 25.