Review Legacies: You Will Remember Me
Una de las cosas que pedíamos en el programa que le dedicamos este verano a Legacies, tras una tercera temporada decepcionante, era que dejara atrás Malivore y evolucionara hacia algo más. La estructura procedimental funcionó durante un tiempo, intercalando arcos más o menos extensos, pero el tiempo del villano original de la serie estaba tocando a su final, y si convertían a Hope en la tríhibrida, debían cambiar las cosas. Y así está siendo, porque esta cuarta está en camino de ser, si no la mejor, de las mejores temporadas.
Si la semana pasada teníamos varios frentes, esta vez, volvemos a una estructura similar, encima con la otra hermana Saltzman en la caja terapéutica para su proceso catártico.
Josie, al contrario que Lizzie, ha salido de ahí con la idea de ayudar a Hope, no sin antes darse cuenta de que debe empezar a vivir su vida alejada de los estándares que se había impuesto todo este tiempo. Si en el anterior teníamos la ambientación western, esta vez se han marcado un homenaje a todas las series procedimentales médicas que nos han ido llegando a televisión estos últimos años, en especial a Grey’s Anatomy. Aunque ahora la estructura haya cambiado, Legacies conserva con ratos como estos su espíritu rompedor y experimental dentro de la franquicia, y sigue quedando igual de bien que antes.
Como decía, Lizzie sigue empeñada en acabar con Hope. Asusta ver la tranquilidad con la que miente a Cleo cuando la joven termina sincerándose a pesar de haber destruido (o eso cree ella), la única forma de matar a la hija de Klaus. El cambio en la hija de Alaric me gusta mucho, y quiero que sigan explorando esta vía. Por contra, Ethan decide no mentir a su mejor amigo, como vemos en esa escena final que comparte con MG. Hay que reconocer que es un tipo leal, la verdad, y prefiere tener un recuerdo falso implantado por Lizzie que ir a espaldas de su compañero y del resto del equipo. Tengo curiosidad por ver qué pasa cuando se den cuenta de que Lizzie va a ir a por Hope y les ha engañado a todos, o qué tiene que decir Josie al respecto.
Mientras, en el limbo, este trío tan peculiar y que, in my opinion, funciona de maravilla, sigue con su misión particular de encontrar una manera de salir de allí. Me ha gustado la referencia que ha hecho Alaric contando los orígenes del infierno en esta franquicia (sobre lo que gira la octava temporada de The Vampire Diaries), y ese detalle de que ahora todos los monstruos parece que han terminado yendo a parar allí, dado que Malivore ya no está para contenerles. Si terminan saliendo los tres de ese lugar, no me extrañaría nada que terminara colándose alguno que otro y terminara en el mundo real, donde, de nuevo, les tocaría cazarlos. Es una sospecha más que un deseo, porque viendo cómo están las cosas actualmente, el tema de las criaturas sobrenaturales cada semana me parece que sería dar pasos hacia atrás, salvo que saliera del limbo algo con la suficiente entidad como para convertirse en un villano reseñable. Ya con la moneda Alaric, no creo que tardemos mucho en ver hacia dónde va todo esto.
Y lo mejor para el final. La parte de Hope me ha dejado con la sensación de estar viendo a Klaus en uno de sus arranques homicidas, y eso me gusta. Acaba con la líder de la facción de las brujas dentro de Tríada, con el alfa y los licántropos, y acude para hacer lo mismo con la vampiresa respectiva. ¿Y a quién nos encontramos? Pues nada más ni nada menos que con Aurora de Martel, el personaje que conocimos en la tercera entrega de The Originals y que junto a Lucien y Tristan fueron los antagonistas entonces.
Una de las mejores cosas que ha hecho siempre Legacies, y que no me canso de repetir, es aprovechar inteligentemente el contexto en el que se mueve, y sacar partido a la mitología de la saga. El tener a un personaje como Aurora de vuelta creo que es un acierto, dado que el efecto que causa ver a Hope matar a la bruja y al hombre lobo de Tríada no es el mismo que el verla ir contra una rival de su padre. Me alegro de que hayan escogido a alguien conocido para estar al frente de, al menos, una de las facciones de la Tríada. Me hubiese gustado más que hubieran sido tres personajes que ya hubiéramos visto anteriormente y que hubiesen durado más de lo que lo han hecho los de las otras dos facciones, pero bueno, acepto pulpo, y confío en que saben lo que hacen.
Aurora, gracias a una trampa tendida también por la bruja líder, logra engañar a Hope y intercambiar sus cuerpos, lo que deja a la villana con su mente en lugar de la de la hija de Klaus, y con todas las facultades de la tríhibrida; un cóctel realmente explosivo y que hace que Hope quede en una posición precaria y tenga que salir pitando de allí. Me gusta el escenario con el que nos dejan de cara a la midseason finale de la semana que viene, y no sé cuánto tiempo tendremos a Aurora en Legacies, pero aprovechemos mientras sea así.
El próximo episodio será el último antes del parón navideño, y creo que llega en el mejor estado de forma de la serie en años. Este primer tramo de cuarta puede redondearse con el noveno capítulo, así que tengo ganas de ver qué nos depara el mismo. Hasta la próxima semana.