Review Legacies: Someplace Far Away From All This Violence
Ha habido una alineación de astros: tenemos a nuestra disposición ya en HBO Max el episodio de esta semana de Legacies en un tiempo razonable; no evidentemente desde ayer, pero bueno, si nos lo ponen al día siguiente y con subtítulos en castellano, pues no seré yo el que se queje (más de lo que me he quejado ya). Vamos con la review del séptimo capítulo de esta temporada que, para mí, ha remontado el vuelo con respecto a su predecesora.
Hemos tenido tres focos de atención principal: el que protagonizan Kaleb y Jed, el de Lizzie en el Oeste, y el de la escuela Salvatore, así que vamos uno a uno.
El del vampiro y el licántropo lo cierto es que es curioso, porque no recuerdo a estos dos interactuando mucho en el pasado, y el tándem no me ha parecido que haya traído malos resultados. Han sido la parte más distendida del episodio, con constantes referencias a Game of Thrones debido a los nuevos poderes de Kaleb, y a mí me ha gustado lo que he visto. Son dos personajes que no sean de los más importantes dentro del grupo de alumnos, y además el vampiro está ahora mismo buscando de nuevo su lugar tras haber traicionado la confianza del equipo, al aliarse con Malivore, aunque tuviera un buen motivo como el de salvar a Cleo. Jed además, al ser el otro hombre lobo medianamente importante de Legacies, ahora junto a Finch, está bien que tenga sus minutos de relevancia en episodios que den pie a ello, como el de esta semana. Han acabado con el Argos, la criatura que conocimos en el 4×06, y se topan con otra, que no tengo claro exactamente qué es, porque parece un cadáver descompuesto, como si fuera un zombi o algo así. A ver por dónde nos salen en el próximo.
La trama más pintoresca, recordándonos que aquí en Legacies tienen ese margen para hacer experimentos que no tenían en las anteriores series de la franquicia, y que normalmente les suelen salir bien, dejándonos episodios de lo más amenos, ha sido la de la hija de Alaric en ese western sobrenatural. No ha girado todo el capítulo en torno a lo que le pasaba a Lizzie dentro de la caja de realidades alternativas como la llamo yo, pero sí que ha proporcionado ese empujón extra que necesita la joven bruja para avanzar tras lo ocurrido con su padre. Mientras todos sus amigos están intentando encontrar una solución pacífica con Hope, y quieren que recupere su humanidad, Lizzie ha optado por el camino de la guerra. Ya desde el comienzo de la serie nos han mostrado esa distancia entre ambas, y aunque yo he abogado estos años porque la unión hace la fuerza, y ganan todos más si hay alianza Saltzman-Mikaelson, entiendo los motivos que la llevan a querer vengarse de la hija de Klaus. Su padre está más muerto que otra cosa, y querer que Hope pague por ello es la cosa más humana que alguien podría desear, dadas las circunstancias. Por cierto, gran detalle lo de los revólveres con los nombres de los hermanos Salvatore. Bonito guiño.
En el mundo real, hemos tenido cierta dosis de surrealismo, porque la vuelta de Hope a la escuela ha conllevado un intento por parte de sus amigos, como decía antes, de recuperarla. Y lo han hecho de una forma que si yo hubiera tenido la esfera de la verdad que usan durante todo el capítulo, también habría reflejado lo mismo que Hope cuando iba comentando las apariciones estelares de los alumnos. Por un segundo, he temido que nos metieran ración musical en esa versión de American Idol que han mostrado, pero ha sido más un rato de Hope dejándolos todos a la altura del betún que otra cosa, por lo que me voy satisfecho de esta parte.
Ni siquiera el hecho de ver de cuerpo presente a un Landon, que sí, era falso, pero que tenía las palabras que él dejó para ella en caso de que palmara, ha servido para hacer mella en su coraza. Solo la intervención de Dark Josie y la hermana de Lizzie han dejado abierta la posibilidad de que la humanidad de Hope regresara. No obstante, han decidido optar por dejarla campar a sus anchas desde la sala de guionistas con su modo sin sentimientos activo, y yo que me alegro. Creo que fue en la review anterior, pero ya comenté que volveremos a ver a la Hope habitual, o al menos, parecida a la versión de siempre, pero me gusta que decidan mantenerla durante unos cuantos capítulos así.
Hope consigue lo que quiere, abastecerse para ir a por los miembros originales de la Tríada, mientras que Cleo y Lizzie, cada una por su cuenta pero ya veremos cuánto tardan en unir fuerzas, van a seguir con su idea más ofensiva que pacifista sobre Hope, lo cual nos deja un escenario en el que puede que Hope vaya de caza, pero se le abran un par de frentes en los que igual termina siendo la perseguida. La transición de la serie tras dejar (aparentemente) a Malivore atrás le está sentando muy bien, y el nivel se ha incrementado desde que no se dejan llevar por una estructura procedimental, que era justo lo que pedimos en el programa que le dedicamos hace unos meses tras el final de la tercera temporada, así que, me alegro mucho de que las cosas hayan cambiado para bien. Nos vemos en la próxima.