Se está convirtiendo en una tradición de año nuevo el tener temporada de Cobra Kai, aunque en esta ocasión vayan a estar recién salidos del horno para la propia Nochevieja. Nosotros no hemos tenido que esperar tanto y hemos podido ver la temporada íntegra antes de tiempo para poder dejaros este artículo sin spoilers sobre la cuarta temporada.

El año pasado fui bastante severo con la serie, que no se molestó en ofrecer nada nuevo y dejó un remake encubierto de su segunda temporada que parecía indicar que la serie iba a andar avanzando en círculos hasta el final de sus días cuando dejase de ser rentable. Afortunadamente, el final de temporada daba la impresión de que ya solo le quedaba un camino a la ficción: seguir adelante. Y aunque debo decir que Cobra Kai sigue apegada a ese eterno retorno autoimpuesto, se ven brotes verdes sobre todo en uno de los puntos que más flojearon en su tercera temporada, los jóvenes.

Quitémonos la venda de los ojos: por muchos minutos en pantalla que tengan Johnny y Daniel, personajes que, como vimos el año pasado, estaban forzados a dejar atrás sus diferencias gracias a un enemigo común y cuya relación entre ambos es uno de los ejes centrales de la temporada, los verdaderos protagonistas aquí son los chavales: los Miguel, Sam, Robbie, Tori, Hawk … con ese mensaje de que la vida no es ni blanca ni negra y que muchas veces pesan más las circunstancias personales que el querer ser el “bueno” o “malo” de la historia, un mensaje que rechazaba del maniqueísmo y el cual sin querer muchas veces la ficción echó por tierra durante el transcurso de su tercera temporada. 

Afortunadamente, la serie entendió su error y ha vuelto a sus orígenes en el sentido más estricto de la palabra, mirando no a las películas, sino a su primera temporada. Si el año pasado la serie repitió el esquema exacto de la segunda temporada, en esta tenían claro que el espejo al cual mirarse era el de la entrega inaugural, pero aprendiendo qué es lo que hay que coger y qué es lo que no, comprendiendo que no necesitas copiar literalmente para recuperar el espíritu de algo.

Debo de andar con mucho cuidado porque no quiero caer en spoilers, pero que nadie espere grandes sorpresas en esta nueva entrega, pues la serie va a tirar siempre por el camino lógico y coherente, lo que no considero que sea malo ya que la trama en todo momento se prepara para esos momentos y, como he dicho antes, en esta ocasión lo verdaderamente importante son los personajes y es su desarrollo lo que toma el centro de todo cuanto ocurre.

En resumidas cuentas, no creo que sea la mejor temporada de la serie ni la que mejores momentos haya dejado, pero sí que considero que han sido más inteligentes que la pasada tanda de episodios y han logrado como mínimo mejorar lo visto el año pasado. Una historia sobre legados y caminos que en esta ocasión vuelve a poner el foco dónde realmente importa: en quienes lo acaban de empezar.