Tick, Tick … ¡Boom! Opinión (sin spoilers)
Los primeros minutos son un buen resumen de lo que veremos a continuación: una obra muy cursi, sobreactuada, con un fondo insoportablemente ingenuo que finge ser optimista con el justo toque amargo para que parezca profundo.
No puedo recomendar esta película porque me resultó insoportable, pero supongo que quizás no respondo al target objetivo para este tipo de cinta y entiendo que es posible que si eres alguien muy fanático de los musicales, que conoce la historia de cada autor de Broadway y que disfruta con cada detalle menor de este mundillo…pues quizás no te parezca tan insufrible como me ha parecido a mí. Independientemente de eso, no se trata de buen cine y sólo será disfrutable para un sector de espectadores muy concreto.
Pensé que la interpretación de Andrew Garfield podría salvar este despropósito, pero no es así. El protagonista está muy sobreactuado y eso es algo en lo que te das cuenta los primeros minutos en cuanto ves como fuerza el rostro y se le notan las venas del cuello en exceso mientras se supone que se encuentra en su salsa cantando y dando un espectáculo, lleva la voz al límite y nos enseña a un actor esforzándose en lugar de un joven músico luchando por su sueño.
La fotografía y la atmósfera nos retrotraen a un rollo noventero vintage con aires grunge que es tan horroroso como el resto de la película. Los números musicales tampoco funcionan, ni los temas enganchan ni tampoco las coreografías que profundizan en ese tono medio grunge medio divertido que no es ninguna de las dos cosas.
Demasiado escenario cool y demasiado aire modernito, parece que estás tragándote una cinta alternativa propia de Sundance pero con pretensiones y presupuesto. Insertan momentos que presumen de ser frescos y vitalizantes … pero son soporíferos. Simplemente no funciona.
La película nos narra la vida de Jonathan Larson, un autor teatral, a través de una obra escrita por él con aires autobiográficos.
El Larson histórico tiene dos obras principales qué son Tick, Tick … ¡Boom! y Rent, la primera hace un poco de ejercicio autobiográfico, tal como hemos dicho, y con ambas el autor intentó plasmar la realidad que vivían algunas minorías en el Nueva York de los noventa. Creo que esto es algo que la película tampoco ha sabido plasmar y aunque hay menciones al sida o a la homofobia, no dejan de ser muy superficiales.
Si tuviera que sacar algo provechoso de esta película …que no me ha gustado ni un poco… sería la forma en la que Larson destruye su relación sentimental e incluso a sus amistades. Es interesante que no olvidemos nunca que no se puede tener todo y que apostar todas las cartas a un sueño implican necesariamente renunciar a los demás. Pero como no es algo nuevo ni inexplorado y puesto que la aproximación que se hace al asunto no es especialmente hermosa, pues tampoco es que eso salve la cinta.
Lin-Manuel Miranda se estrena como director y en mi opinión no lo hace muy bien. No sé cómo será ver Tick, Tick … ¡Boom! en un escenario, con la mezcla entre monólogos y canciones me resulta raro imaginarlo, pero en la pantalla y bajo la dirección de Miranda no funciona.
mi esposo está viendo la película…tampoco logro ver atisbo de expresión del protagonista…y cuando parece expresar algo, no se entiende si es lo que la película busca mostrar…la velocidad con que cambian las imágenes, los enfoques de la cámara, no la entiendo.
Creo que intentan hacerlo tan original y novedoso, que les termina saliendo mal. Innovar no siempre sale bien. Quizás podrían haber adaptado la obra de una forma más clásica y menos pretensiosa.
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