Review Ted Lasso: Inverting the Pyramid of Success
Llegamos a un ansiado (y muy hypeado) final de temporada, en el que al igual que el año pasado el Ritchmond se lo jugaba todo, con la diferencia de que en esta ocasión había muchos terremotos independientes dentro del club, aunque es cierto que muchos de ellos venían por una misma persona. ¿Habrá cumplido las expectativas el episodio?¿En esta ocasión habrá final feliz para el Ritchmond?¿Qué podemos esperar de la tercera temporada?
Había muchos fuegos que apagar pero el principal, el que más expectación generaba de todos era obviamente el de Nate y su traición a Ted filtrando todo lo del ataque de pánico, sobre todo por la incertidumbre de no saber cómo lo afrontaría Ted … y opta por ser él y actuar con Nate como si no hubiera pasado nada esperando que sea él quien dé el primer paso; sin embargo, esa actitud posiblemente sea uno de los motivos por los que Nate estalle cuando tengan el cara a cara.
¿Por qué he comentado que la actitud que tiene Ted hacia la filtración pueda ser uno de los detonantes de la explosión de Nate? Pues como bien él confiesa en esa escena lo que en realidad quería Nate era ser reconocido, que le vieran y era una persona que se sentía abandonada por Ted e inexistente para el resto de staff por cosas como lo de Keeley, a quien besa pero aún así a Roy le da igual llevando todo su enfado hacia la declaración de Jaime. La actitud de Nate es deplorable, pero a la larga me parece comprensible teniendo en cuenta que era alguien invisible dentro del staff en el pasado y que al tener un cargo de mayor responsabilidad el se sentía igual de intrascendente.
Todo esta situación ocurre justo en la previa de un partido en el que el Ritchmond se juega una segunda plaza que les da el ascenso a la Premier y en el que necesitan sólo un empate. Partido que empieza mal utilizando la táctica del falso 9 de Nate, pero que consiguen dar la vuelta con un penalti en el último minuto que da el ascenso al Ritchmond. Me encante el detalle de que sea Dani Rojas el que lo marque, cerrando el círculo del comienzo de temporada. En esta ocasión todo sale bien porque a diferencia del propio Nate, que se va antes de la celebración rompiendo el famoso cartel de “Beleve”, los jugadores si que creían en la táctica.
Ahora bien, con el Ritchmond de vuelta a la Premier veamos cómo queda el panorama general de la temporada, pues a parte de Nate había mucho más pescado que cortar empezando por la posible marcha de Sam al Raja Casablanca. La semana pasada dije que esperaba que se quedase, pues bien, afortunadamente me hizo caso y seguirá en el equipo no por Rebecca, sino porque cree que este es su lugar.
La otra era toda la relación entre Roy y Keeley, la cual aunque en un principio parecía que iba a seguir todo bien, el hecho de ella vaya abandonar el club para centrarse en su nueva empresa de marketing parece que a larga va a ir resintiendo un poco la relación. Espero que al final la pareja sea capaz de aguantar pues las dinámicas de ambos me han parecido un acierto a lo largo de la temporada.
De todo lo de la marcha de Keeley del Ritchmond, me ha gustado cómo ha funcionado su rol con Rebecca en contraposición al todo el tema Ted-Nate, pues son situaciones muy parecidas pero llevadas de formas radicalmente opuestas, dónde en el caso de ella tenemos lágrimas felicidad y lealtad hacia la que fue su casa, en otro tenemos gritos, desplantes y la traición de trabajar como entrenador en el equipo que acaba de comprar el ex-marido de Rebecca: el West Ham.
Apple nos ha dejado una segunda temporada muy distinta a la que fue la primera, en la que a lo largo de los 12 episodios ha dado espacio para crecer a todos esos personajes que estaban opacados por la gran figura de Ted, dejando una sensación de que este año la serie le ha dado todo el foco de atención a los secundarios y ha dejado al propio protagonista en un segundo plano.
Una temporada en la que en general uno de sus motores ha sido todo el tema de la salud mental, que se introdujo con todo lo de Dani en la premiere pero con el pasar de los episodios lo hemos visto de varios frentes, centrándose sobre todo en el de Ted.
Yo estoy muy contento con el resultado, pocas series en la actualidad me parecen que pueden estar al nivel de Ted Lasso, la cual si el año pasado era un canto al optimismo en esta es una advertencia a que hay que saber cuidarse. Este año la ficción ha demostrado que puede cambiar totalmente de registro y aun así no perder ni un ápice de su identidad. Ahora espero con ansias ver cómo nos sorprenden en la tercera.