Hoy viernes 1 de Octubre es el día en el que llega a Netflix The Guilty, película cuyo mayor reclamo es un siempre sobresaliente Jake Gyllenhaal y un guión firmado por Nic Pizzolatto, el guionista y creador de la serie True Detective y que vuelve con este remake de una película danesa de 2017 ¿Estará a la altura de los nombres que la forman o será la enésima película de medio pelo con la que nos deleita la plataforma?

Respondo a la preguntas de primeras, estamos ante lo segundo, una obra que lo intenta sobre todo gracias al trabajo de Gyllenhaal (pilar central de toda la obra) pero que se termina quedando en nada, pues por mucha intensidad que le ponga el actor el guión no acompaña en ningún momento y que lo deja vendido cada dos por tres.

¿Pero cuál es la premisa? La de un policía que por algún motivo está castigado a estar atendiendo el número telefónico de emergencias de la ciudad de Los Ángeles en plena plaga de incendios; sin embargo recibe una llamada algo extraña: la de una mujer que está secuestrada y de la que él es la única persona que parece prestarla atención en plena crisis. Una sinopsis que puede recordar a películas como Última llamada o Cellular, filmes entretenidos pero que no pasaron a la historia precisamente y la gran diferencia aquí es que al menos estas intentaban ser entretenidas y tener en tensión al espectador, en The Guilty la tensión brilla por su ausencia.

En ningún momento la trama, aunque atrayente de primeras tanto por el pasado del propio protagonista como por el secuestro, todo este impacto inicial cae en saco roto por culpa de un ritmo inexistente y unos giros de guión tan torpes como previsibles, dando la sensación de que la película está más centrada en el lucimiento de Gyllenhaal que en querer contar algo.

Y es que sí, el actor hace un gran trabajo y eso debería haberle dado un gran empujón a la obra siendo como es el motor de todo el film, pero de nada sirve todo ese trabajo si no hay absolutamente nada que lo respalde y la herramienta con la que tiene que levantarlo todo es un guión bastante mediocre más cercano a las últimas temporadas de True Detective que a la primera.

Netflix en cine siempre ha sido una ruleta rusa en la que hay más posibilidades de encontrarte una bala que en el cargador vacío; sin embargo tenía alguna que otra esperanza con The Guilty, pero otra vez más nos encontramos ante una película totalmente prescindible que solamente está para engrosar el catálogo de la plataforma.