Sex Education: tan necesaria (y excelente) como siempre
Creo que, con el paso de los años, y la cantidad ingente de producciones que lanza Netflix mensualmente, hemos perdido la sensación de que la calidad sea lo que prime en su catálogo. Hay muchas series, muchas películas, así como documentales y otro tipo de productos, pero las que, cuando las ves, pienses y digas “qué buena es”, creo que no son tantas. Una que pertenece a este grupo, de las que son excelentes y con cada entrega que lanzan se reafirman, es Sex Education. El viernes vuelve, y os dejo mis impresiones sobre lo nuevo de la serie.
NOTA: el artículo trata sobre la tercera temporada, a la que hemos tenido acceso gracias a Netflix España. NO contiene spoilers.
La trama se reanuda unos meses después de los acontecimientos de la segunda tanda, tras haber transcurrido ya el verano y los estudiantes de Moordale se reincorporan a las clases, para afrontar un nuevo curso. Evidentemente, el tiempo ha transcurrido, pero algunas de las cuestiones que quedaron latentes del final de temporada siguen ahí, y son buena parte del motor de la serie en los ocho nuevos episodios que nos ofrecerá la plataforma a partir del viernes. Buena suerte si sois capaces de dosificarlos, porque yo siempre quería seguir viendo más cuando concluía uno.
Netflix también tiene un historial de sacrificar productos fantásticos, como GLOW, y darle vida a otros que no lo son tanto, y yo pido que se le dé la importancia que merece a esta serie. La tercera temporada es otro recordatorio de lo necesaria que es Sex Education, a tantos niveles, que se me hace complicado pensar que la gente la ignore o que la excluyan de los premios. El título lo deja claro, es una ración de educación sexual que muchísimas personas necesitan conocer, pero es que también es una lección de vida en cuanto a amistad, relaciones familiares y crecimiento personal increíble, algo que muchas veces dejamos de lado, o creemos que no es primordial cultivarlo, pero que, a la larga, muchas personas lo notan y carecen de las herramientas necesarias para solucionar los problemas con los que tienen que lidiar.
No solo eso: conozco pocas series que el tema de la representación lo gestionen y lo expliquen de una forma tan magnífica como Sex Education. En esta temporada, se incorpora a Moordale Cal, que viene desde Minneapolis y se identifica como una persona de género binario. Elle es una de las notas más positivas de la entrega, y su amistad con un personaje como Jackson creo que es de lo que más destaco de lo visto este año, ya que gracias a eso, se nos ofrece un vistazo a una realidad que está ahí, aunque muchos pretendan ignorar, y creo que esta nueva temporada sirve como método didáctico para conocer a las personas que no se identifican con los géneros masculino o femenino. Además, es un personaje que, como todos en esta serie, son fantásticos y solo hace que sumar a una serie que ya era excelente.
Otra incorporación es Hope, personaje que interpreta Jemima Kirke (Girls), que es la nueva directora de Moordale, que sustituye a Michael Groff tras todo el escándalo sexual que se genera en el instituto y que vimos en entregas anteriores. El enfoque que le han dado al personaje me ha sorprendido para bien, aunque quizá no sea el que mucho esperéis ver. Si algo tiene también esta serie es que puedes llegar a empatizar con casi la totalidad de personajes que aparecen en pantalla de forma recurrente, y también creo que lo logran con Hope, aunque penséis lo contrario a medida que transcurra la entrega. Es otra de las cosas que hay que poner en valor de Sex Education, lo bien escritos e interpretados que están sus integrantes.
Y del resto que ya conocéis, ¿qué os puedo decir? Bueno, como estamos en un artículo sin spoilers, os diré que Eric y Adam tienen por delante una entrega para crecer como personajes todavía más si cabe, y su viaje es otro de los grandes puntos de la temporada; Lily y Ola siguen siendo tan fantásticas como siempre; Aimee es todo amor y sigue con su fantástica evolución particular; Otis tiene momentos en los que le abofetearías y otros en los que le darías un abrazo, pero sigue siendo un protagonista que me gusta cómo le enfocan y cómo lo desarrollan, tanto en su casa con su madre Jean (qué maravillosa es Gillian Anderson), como con el resto de sus compañeros en Moordale; y, bueno, a Maeve la deberían considerar patrimonio de la humanidad. Lo que hace año tras año Emma Mackey con este personaje debería ser premiado de alguna forma, y en esta entrega vuelve a ser de lo más importante que nos ofrece Sex Education.
Echando la vista atrás, y pensando cómo empiezan la mayoría de personajes y dónde acaban la temporada que podréis disfrutar en pocos días, te das cuenta de lo bien escrita y bien desarrollada que está Sex Education, algo que no muchas series pueden decir a día de hoy. Es complicado mantener el nivel año tras año, pero llevan tres haciéndolo, así que si esto continúa, soy optimista con lo que nos ofrecerán en el futuro. Actualmente, pocas ficciones televisivas se me antojan tan necesarias en tantos sentidos como esta, y si no la veis aún, os animo a que lo hagáis. Es una de las mejores comedias de los últimos tiempos, y de los mejores productos que alberga Netflix. El viernes 17 llega su nueva temporada. Espero que la disfrutéis tanto como yo.