Primer día de septiembre, y arrancamos el mes con una nueva entrega de What If…?, centrada en esta ocasión en la figura de Stephen Strange, y ese cambio en la premisa de su película de orígenes que vimos en 2016, con un accidente que da un vuelco a su vida, pero no son sus manos las que se ven afectadas, sino su corazón; no literalmente, claro, sino en un sentido más poético. Vamos con ello.

El destino del personaje que en Doctor Strange interpretó Rachel McAdams, la doctora Christine Palmer, es el giro trágico que le han dado en este episodio a la vida del hechicero. Lo que creo que han querido transmitir esta semana, entre otras cosas, es que lo que obtiene el ex cirujano gracias a adentrarse en el mundo de las artes mágicas, lo pierde en otro aspecto; esa ganancia conlleva previamente una pérdida. En nuestra versión, como ya sabemos, lo que le mueve a buscar el templo de la Anciana es ganar de nuevo la movilidad en sus manos; aquí es la muerte de Christine, que siempre está presente en sus pensamientos, y le lleva a tomar la decisión que lo cambiará todo.

En producciones en las que el tema de los viajes en el tiempo es parte fundamental de la obra, o directamente que pertenecen a este género de ciencia ficción, es extraño no encontrarse en algún momento de su trayectoria con el clásico episodio del bucle temporal. Este cuarto de What If… ? podríamos considerarlo así, pero solo es el motor para que vayan desencadenándose el resto de acontecimientos. Strange intenta, una y otra vez, variar el fatídico final de su amada, pero ella siempre termina muriendo. Finalmente, se nos revela (aunque podíamos deducirlo tras tanta prueba y error) que su fallecimiento es un Punto Absoluto, un evento en la línea temporal que no puede ser alterado sin que el universo en cuestión sufra las consecuencias. Este elemento también es un tema recurrente si habéis visto alguna serie del género y que en el Universo Cinematográfico de Marvel aún no lo habían mostrado, ya que en Endgame, los Vengadores son capaces de sacar las gemas de la línea temporal y, que yo recuerde, en ningún momento se nos advierte de este detalle que es sobre lo que gira todo este capítulo. Igual en el futuro de la franquicia tenemos alguna otra referencia a este tema, quién sabe.

En el programa que le dedicamos la semana pasada al ansiado tráiler de Spiderman: No Way Home, comentábamos la posibilidad de que, realmente, Strange se pasara por el forro la estabilidad de la línea temporal con tal de ayudar a Peter, como se puede extraer por las primeras imágenes de la cinta (falta que luego sea así y no un engaño para distraer al espectador de lo que ofrecerá finalmente el próximo largometraje del Hombre Araña). Debatimos y llegamos a la conclusión de que igual no era tan descabellado, viendo los antecedentes de la actitud del personaje, de esa arrogancia innata que se refleja en pantalla desde que le conocemos. Hoy tenemos otra muestra de ello ya que, aún siendo advertido, decide dedicarse en cuerpo y en alma para romper ese Punto Absoluto y traer de vuelta a Christine. Pasan los siglos, se va sumergiendo cada vez más en el lado oscuro, a base de ejecutar hechizos que los podemos incluir en magia negra directamente, y va ganando poder a costa de absorber criaturas con energía mística para ejecutar el hechizo en cuestión. Entre el desfile que se nos muestra, una que aparece dos veces es la misma que se nos presentó en el 1×01, y que yo me pregunté en su momento si no la veríamos de nuevo; aquí la tenemos otra vez.

Fuente: Disney Plus España.

Para mí, la nota más positiva de todo este capítulo ha sido el tono trágico. Estamos acostumbrados en el UCM a que, por muy mal que esté la coyuntura puntual que nos ofrezcan en la película o serie de turno, sabemos que va a terminar saliendo bien para los héroes. A veces, para que el bien mayor triunfe, habrá sacrificios (como los hubo en Endgame), pero en líneas generales, habrá un final feliz. Hoy no. Lo que pinta que va a salir mal, sale mal. El Strange oscuro recupera su ser al completo, tras derrotarle en una batalla que a mí me ha encantado, y resucita a Christine. Mención especial a esas escenas con Strange convertido en un monstruo. La estabilidad de la realidad se estaba yendo al garete y, cuando le devuelve la vida, se desmorona del todo. Y todo muere. Ese universo perece, y Strange obtiene lo que quería, pero tan solo por un breve instante antes de que todo se derrumbe. Aplaudo la decisión del equipo creativo de no darle un final feliz, repito. Ojalá tuviéramos más historias así a partir de ahora en el UCM, la verdad.

Y en el desenlace del universo de esta versión de Strange juega un papel clave The Watcher. También fue objeto de debate en el programa del 1×03 su rol en todo esto, porque nos percatamos de que se nos había mostrado en pantalla más de lo habitual, y era algo que habían hecho paulatinamente con el paso de las semanas. Hoy ya lo tenemos directamente interactuando con un Stephen Strange que sintió su presencia, y que acude a él cuando todo está a punto de irse al traste. Como nos viene advirtiendo semana sí, semana también, no interferirá en el destino del universo en cuestión, y si tiene que dejar que uno muera, que así sea. Falta que nos lo creamos, claro. Después de lo visto hoy, ¿os lo creéis cuando dice que no intervendrá? Porque yo no.

Una historia de amor trágica es lo que hemos tenido esta semana en What If…? No siempre las alteraciones en los hechos que ya conocemos iban a terminar con un resultado favorable para los personajes de la franquicia (yo diría que ya el anterior fue por ese camino), y destaco nuevamente que se escogiera darle un final triste a la historia. La serie continúa por un camino más que notable para mí, y sigo satisfecho con lo que nos ofrecen cada siete días. Si nada cambia, mañana tendremos nuevo directo en nuestro canal de Twitch, analizando este cuarto capítulo. Estad atentos a nuestras redes sociales para enteraros de los detalles del mismo. Nos vemos en la siguiente review.

PD: podéis ver el programa dedicado a este episodio en nuestro canal de YouTube.