Kevin Can Fuck Himself: Annie Murphy se pasa al drama
AMC lleva un tiempo de capa caída. Salvando por la gran Better Call Saul, el resto de sus producciones, o no han tenido apenas relevancia, o se han ido quedando por el camino, absorbidas por el foco principal de atención que ha caracterizado a la cadena desde hace una década: su universo zombi. Mientras que las series derivadas de The Walking Dead solo hacen que expandirse, el margen para que haya otras que brillen con luz propia se va reduciendo. Quizá de la que os voy a hablar hoy, y que llega a AMC España mañana (aquí se llamará Que te den, Kevin), termine saliendo adelante con el paso del tiempo, y así lo espero (de momento, ya ha sido renovada para una segunda entrega): Kevin Can Fuck Himself se estrenó en junio, y su primera temporada me convenció bastante.
Tras seis entregas en una comedia de situación como Schitt’s Creek, Annie Murphy “cambia” de registro con esta nueva ficción de AMC. Entrecomillo ese cambia, porque esta serie es bastante peculiar, y puede descolocar un poco cuando entras a ver su piloto.
La acción nos traslada a una ciudad de Massachusetts, donde Alison (Murphy) vive con su marido (el tal Kevin) al que no soporta, y que es particularmente repulsivo, se mire por donde se mire, así como el resto de miembros de su familia, que siempre están en su casa. Cuando la ficción nos quiere ilustrar estos momentos que ella comparte con su cónyuge, nos lo hace con una perspectiva típica de una sitcom, risas enlatadas incluidas, para aparentar una vida “feliz” que, desde luego, desde ese punto de vista, comparten ambos. No obstante, cuando él deja la estancia, o ella tiene escenas individuales, el filtro cambia por completo, y nos muestra una visión más oscura de todo lo que rodea a Alison, también su actitud, que pasa de ser la de la típica mujer florero a una atormentada por todos los años de relación que ha compartido con Kevin, hasta el punto de estar hasta el gorro de las paridas de este señor.
Aquí reside una de las cuestiones clave que tienes que aceptar para seguir viéndola. Si te adaptas a estos contrastes, y te gustan cómo están ejecutados, tienes un porcentaje alto de probabilidades de que te acabe convenciendo Kevin Can Fuck Himself; si no lo consigues, cambia de serie. El paso de sitcom muy mala, que roza la vergüenza ajena, capítulo sí, capítulo también, hacia una ficción dramática con tintes que recuerdan a otras de la cadena (ahora volveré sobre este punto) puede chocar al principio pero tiene su razón de ser. La parte “cómica” nos lo han querido mostrar así para reflejar la película que se tiene que montar Alison para sobrellevar su día a día en la relación que tiene con Kevin, cuando lo que es verdaderamente real es cuando él se va, y ella se queda sola con sus pensamientos. Y matizo: da vergüenza ajena completamente a propósito, para mostrar que Kevin es un tipo realmente despreciable, y que lo único que logre con cada episodio que pasa es que el asco que te da se incrementa, y empatices más con ella, que ojo, no está exenta de decisiones morales un tanto cuestionables, pero que desde luego es mejor que semejante tipejo, in my opinion.
Y aquí entra el tema que he pasado por encima antes: a qué me suena cuando pasa al “todo mal”. Aquí la inspiración en Breaking Bad es evidente, porque la protagonista, cuando toma cierta decisión que será lo que la impulsará durante toda la entrega, comienza a adentrarse poco a poco en una tonalidad más oscura moralmente hablando y, como decía antes, va actuando de forma que tú como espectador veas ese viaje, pero la comprendas y la apoyes; todo en la serie está enfocado a apoyar a Alison y a demonizar (con razón) a Kevin. Y es algo que durante toda la entrega lo mantienen con solvencia y, nuevamente, te des cuenta de que estás en otra de esas series donde tenemos a una antiheroína más que otra cosa comandando la ficción, y sus razones son comprensibles.
Y si encima tenemos a una Annie Murphy que ya en Schitt’s Creek me pareció de las mejores de su serie (si no la mejor) encabezando esta serie y esos cambios de registros de una manera fantástica, el cóctel sigue mejorando. Cuando llegue la hora de nominar para los diferentes premios, no me sorprendería en absoluto si la incluyen en los listados de finalistas para el premio de turno, porque se luce, y la serie es suya. Acompañada por Mary Hollis Inboden, en el papel de Patty, que también ha sido una de las sorpresas que me ha dado la serie, convirtiéndose su personaje en una inesperada aliada de Alison, y que, en muchas ocasiones, “roba el show” como se suele decir últimamente. El tándem de ambas nos deja la mayoría de grandes momentos de la primera entrega, y de la misma forma que Murphy merece nominaciones, Inboden también.
Y justo en relación con los premios, una duda que puede surgir es en qué género clasificarla. Para mí, no hay duda: es un drama. Lo es, in my opinion, por lo que he comentado unos párrafos más arriba, porque la parte de sitcom es una mera interpretación que Alison crea para hacer más llevadera su triste realidad, que está anclada en un matrimonio sin amor, con una pareja que es más un despojo que una persona, y que no tiene aparente salida de ese agujero negro que tiene por vida.
Una de las sorpresas de este 2021 para mí ha sido Kevin Can Fuck Himself, que sin duda os recomiendo, y encima ahora podéis aprovechar, ya que llega a España a través del canal de AMC que tenemos en nuestro país. No lo dudéis, y dadle una oportunidad a esta nueva ficción, y luego me contáis en los comentarios si sois capaces de soportar a Kevin; complicado lo tenéis.