El pasado viernes llegó a Netflix El juego del calamar, una nueva serie coreana que quiere imitar a nivel internacional el éxito que supuso Kingdom y cuya sinopsis puede recordar a su hermana de plataforma Alice in Borderland o películas como Cube y Saw. Ya hemos visto los 9 episodios de su primera temporada y aquí os dejamos nuestras impresiones sin spoilers.

Si te ofrecieran una cantidad exagerada de dinero a cambio de jugar a unos juegos infantiles, ¿aceptarías? ¿Pensarías dónde puede estar el truco? Y lo más importante: sabiendo que te juegas la vida, ¿seguirías adelante? Esas preguntas son las que se tienen que plantear todos y cada uno de los personajes que vemos en la serie, gente hasta arriba de deudas a los cuales se le presenta una oportunidad de oro para poder reencauzar su vida.

La serie nos presenta a una serie de personajes que terminan metidos en esta macabra competición con el objetivo no sólo de sobrevivir, sino de llevarse la cuantiosa suma de dinero que ganarán aquellos que superen los seis juegos. Este punto es el que marca la diferencia entre El juego del calamar y otras ficciones del estilo, que esto más allá del propio juego de supervivencia es una competición entre gente desesperada.

Destaco mucho todo esto porque me parece un elemento clave para entender cómo maneja toda la serie las dinámicas de grupo y todas la relaciones que se van generando entre los participantes, en ningún momento la trama permite que te olvides de que todo lo que están pasando es con un objetivo en mente, logrando engancharte no por ver quién sobrevivirá o morirá, sino por saber en qué momento puede estallar algo entre los personajes o hasta dónde pueden llegar en una situación límite.

Netflix ha presentado una serie que se puede permitir ser adictiva pero aún así no dejar de ser totalmente sólida en su guión, que, a diferencia de otros productos que tiran por estos caminos, a duras penas se pueden ver agujeros de guion y plantea un universo con pocas fisuras, dándote respuestas a algunas preguntas sin que te des cuenta de ello y en ocasiones mucho antes de llegar hacerte esa pregunta en primer lugar.

No voy mentir y decir que sea la mejor serie de la historia, porque desde luego no lo es y algún que otro punto flaco como puede ser unos personajes bastante cliché o que puede que tarde un poco en arrancar, pero en general no voy a negar que a mi parecer es una de esas series que merece totalmente la pena ver dentro del vasto catálogo de Netflix, pues todas sus virtudes harán que en cuanto consigas meterte dentro de lo que propone, sea imposible dejar verla.