Crítica: Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos
La normalidad vuelve poco a poco a Marvel Studios, y tras un 2020 en blanco, en lo que llevamos de 2021, hemos tenido tres series de Disney Plus, otra que se está emitiendo actualmente (What If…?), y la película en solitario de Viuda Negra. Ayer llegó a los cines Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos, y aún quedan otras dos más por estrenarse antes de que acabe el año (si nada cambia); los fans de la franquicia estamos de suerte, pero, por ahora, hablemos de Shang-Chi.
Nos vamos a un momento post Endgame, cuando la mitad de la población del planeta acaba de regresar, tras los Vengadores haber recuperado a todos aquellos que Thanos hizo desvanecerse, para conocer a un nuevo héroe de Marvel. En mi caso concreto, desconocía por completo la existencia de Shang-Chi antes de que fuera anunciado un proyecto individual de este personaje en la Comic Con de turno, y acudí a ver la película sin ninguna expectativa, más allá de ver otro proyecto del Universo Cinematográfico de Marvel (UCM de ahora en adelante) en la gran pantalla, y pasar un buen rato. Y lo que encontré me ha sorprendido con creces.
Durante algo más de una década, hemos ido asistiendo a las presentaciones de todos los personajes que ha ido incluyendo el UCM en su alineación. Unas me han gustado más que otras, pero pocas como Shang-Chi. Aquí creo que era fundamental conectar con el personaje, para que calara en el gran público, mediante la explicación de sus orígenes y la creación de una mitología potente alrededor suyo, para que aquel que fuera al cine con sus reticencias (por unas razones o por otras) saliera con la sensación de haber visto un auténtico espectáculo y una buena historia. Y así ha sido, al menos para mí.
La estructura de la película en cuanto a presentación de personajes no es demasiado novedosa ni lo necesita. Es un camino del héroe básico, en la que nos introducen al protagonista, se nos pone en contexto la situación que vive actualmente y, mediante flashbacks, nos ponemos al día de su pasado. Hay un villano, que, en este caso, no es tan patético o tan plano como la mayor parte de la galería que ha ido desfilando con el paso de los años en el UCM, lo cual es de agradecer; y todos los secundarios, más o menos importantes, cumplen su función a la perfección, algo que agradezco nuevamente porque, como ha pasado en repetidas ocasiones con los rivales del héroe de turno, hay secundarios que no sabemos muy bien qué hacen ahí, o qué función tenían pensada para ellos exactamente, y sobran por completo. Cada uno tendrá sus favoritos, pero todos cumplen, y lo mismo para el villano.
El gran punto fuerte de esta cinta, para mí, son las escenas de acción y la mitología que construye sobre el protagonista y su universo, que además conecta con otras producciones del UCM; porque si alguien pensaba que esto iba de un señor que daba palos a diestro y siniestro y que no hilaría con el resto de la franquicia, estaba muy equivocado, como se demuestra en varias ocasiones durante la película. Toda la creación de mundo de Shang-Chi, la ameniza como decía las excelentes escenas de acción, que no habéis visto nada igual hasta ahora en el UCM y son impresionantes, la verdad. Pensando en algo similar que podría haber tenido este nivel en cuanto a producción y despliegue de acción, que fue Iron Fist, es una verdadera lástima que se desaprovechara tanto al personaje, cuando viendo lo buena que ha resultado ser Shang-Chi, igual habríamos tenido un producto más digno del que fue la serie de Netflix.
Para el que todavía tenga dudas sobre si darle una oportunidad o no a Shang-Chi, yo le diría que fuera con la mente abierta, porque se disfruta mucho más. Estamos ante una de las mejores películas de orígenes de la saga hasta el momento (in my opinion), un espectáculo visual, y una cinta con unas escenas de acción de primer nivel, que no tienen que envidiarle nada a los grandes momentos de la franquicia, unido todo a un buen conjunto de personajes, tanto protagonista como secundarios, que abre más todavía el Universo Marvel y establece interesantes conexiones para el futuro. No os la perdáis.
PD: tiene dos escenas post créditos.
PD 2: Morris FTW (ya lo entenderéis).