Volvió The Flash, pero por si alguien la echaba de menos aquí estoy yo para sacrificarme por el colectivo y ver el episodio por vosotros, ya que como viene siendo habitual estamos ante un episodio que sería considerado como una tortura en algunos paises del mundo. Vamos a qué pasado en el regreso de la serie tras este mini-parón.

La serie nos dejó con Killer Frost entregándose para pagar por los crímenes que cometió en su época rebelde y precisamente de ese hilo tira el capítulo en su gran mayoría, en el juicio a Killer Frost. No había que ser un genio para adivinarlo, pues leyendo el título era más que suficiente, pero no es el único foco de interés del mismo, pues las fuerzas vuelven a hacer acto de presencia consiguiendo un nuevo hito en la triste historia de la serie: que un episodio importante sea aburrido.

Sí, este es uno de esos capítulos que son relevantes de cara al avance de la trama de la temporada, pero ni una trama ni la otra consiguen hacer mínimamente todo lo ocurre durante los 40 minutos de duración. Todo lo relativo a las Fuerzas es previsible a unos niveles insultantes y lo de juicio llega a parecer casi ridículo a pesar del esfuerzo que hace Danielle Panabaker por hacer que te importe todo el dilema que hay con Killer Frost.

“Yo no soy racista pero ojalá no hubiera meta-humanos”

Pero voy a dejar de divagar ¿Qué pasa con Killer Frost? Bien, que Cecile encara su defensa con la intención de hacerla pasar el menor tiempo posible en la cárcel cuando la fiscalía lo que quiere es usar la cura meta-humana con ella y utilizarla como precedente de cara a meta-humanos que rompan la ley. A partir de ahí la trama entra en el dilema moral entre perder 20 años de la vida de Killer Frost en prisión o perder una parte de ella misma con la cura, dilema que precisamente llega a la resolución obvia, con Killer Frost pasando el tiempo en prisión gracias a unas declaraciones poco afortunadas de la agente Krammer que dejan caer cierto odio a los meta-humanos, que no quiero llamarlo racismo pero recuerda un a poco a esa gente que no tiene problemas con los actores de color pero que no los quiere interpretando papeles importantes.

Teniendo en cuenta que todo lo de Frost termina con ella yendo a prisión, posiblemente siendo la despedida del personaje de la serie viendo la desbandada que está habiendo en el cast, toca mirar lo de las Fuerzas. Va un poco por el mismo camino, el más previsible posible.

Cuando no llevas ni 15 minutos de episodio y ya sabes todo lo que va a pasar

La estructura es simple: hay una señal que corresponder a la fuerza que mató a Abra Kadabra hace unos cuantos episodios, van a por ella encontrándose a una doctora ex-drogadicta que solo quiere mejorar la vida de la gente que resulta ser esa fuerza, la Speedforce se pone farruca con ella dando a entender que va a ser mala, Barry como Flash para que acepte su ayuda y en el momento final la Speedforce los traiciona matando a la pobre chica. Guión más vago y perezoso no se podía haber escrito.

Llamadme loco, pero que tu gran giro final sea predecible casi desde el arranque dice muy del poco esfuerzo en general que le están dedicando al arco. Vale que el Arrowverso al general no le vayan las sutilezas e intente ser los más claro posible para que cualquiera se entere de la película, pero si empiezas a tratar al espectador como un idiota lo normal es que este se canse y yo creo que es lo que está pasando aquí, que quieren darte tan mascada la trama que no sea necesario ni tragarla.

Podía haber sido un capítulo prometedor, pues toca dos de los temas capitales de este nuevo arco que se ha abierto tras el final de todo lo del mundo espejo, pero que un episodio llamado a ser un punto de inflexión dentro de toda la trama de la temporada es totalmente incapaz de mantener el interés del espectador, es que hay muchas cosas que se están haciendo  mal.