Review Legends of Tomorrow: Bay of Squids
Este episodio baja levemente el nivel de la temporada, pero sigue respondiendo a las expectativas de los espectadores que estamos tan acostumbrados a este estilo de diversión loca que podemos perdonar un episodio algo menor en cuanto a sus ideas si nos sigue dando buenos momentos locos con los personajes.
Si cualquier serie normal tuviera un actor con cierta semejanza física con la imagen más icónica del Che Guevara no pasaría nada…pero Legends no es una serie normal, así que era de esperar que en algún momento nos plantásemos en la Cuba de los años sesenta. Lo hemos hecho bajo la guía de Rory, razón por la cual las cosas casi que no podría haber ido peor: robo de misiles nucleares, vivisección alienígena por los cubanos, regalo de misiles nucleares, Castro comiendo caramelos de marihuana, desactivación de misiles nucleares, robo de plutonio y no sé qué más. Definitivamente todos estarán más seguros una vez que Mick abandone al equipo definitivamente.
No es la primera vez que nuestros chicos la lían, pero creo que sí estamos ante la primera ocasión en la que casi inician el Armaggedon nuclear liándola más de lo impensable. Bay of Squids nos sitúa durante la crisis de los misiles de Cuba, nos presenta a un Fidel Castro algo alterado porque un alien quiere matarlo (debido a que, efectivamente, un alien quiere matarlo) y a un JFK y camarilla de Harvard bastante naif junto a militares obsesivos y fanáticos. Pero esto es Legends, si buscásemos algo serio y con fuerza histórica veríamos otra cosa. Esta vez han usado un acontecimiento histórico aceptablemente reciente, que muchos de los espectadores estadounidenses tendrán grabado en la memoria colectiva, razón por la que temí que el episodio se alejase un poco de la tónica desquiciada habitual y nos presentase a Kennedy como el héroe y a Castro como el villano, pero no han hecho nada de eso. El episodio es una locura, donde el único héroe es Nate que decide salvar al mundo del Apocalipsis nuclear jugando al rugby… o algo así.
Aunque la participación de la alien tampoco ha sido irrelevante, al fin y al cabo es ella la que consigue que el misil que efectivamente llega a la casa blanca, lo hago sin peligro para nadie… salvo para ese pobre tipo que es aplastado. Todo muy ilógico y bañado con el sinsentido habitual sello de esta ficción.
En este episodio no tenemos ni a Astra, ni a John, quienes se suponen que no son avisados para la misión debido a la falta de organización de Mick, que de hecho los hace a todos ir en pijama a Cuba. Obviamente después podrían haber aparecido, ya que si tuvieron tiempo para cambiarse de ropa (y en el caso de Mick volver al alcohol), también podrían haber avisado a los dos miembros del equipo restantes, pero por alguna razón no les pareció que casi provocar la hecatombe nuclear fuera suficiente motivo para avisar a los demás.
Otra a quien no vemos es a Sara, por alguna razón, la trama de Gary y Sara no ha merecido ni unos pequeños cortes de segundos que nos recuerden donde están y que les está pasando, en estos episodios Sara apenas está saliendo, pero creo que podríamos haber tenido nuestra dosis de dos minutos en este episodio, al menos para sentir que no hemos perdido a un personaje al que no queremos dejar salir de la serie.
Y otro personaje, al que me da igual dejar marchar, es Mick, que quizás pase una temporada buscando a Sara mientras nos centramos en las aventuras de los demás… o quizás se haya ido ya definitivamente. Hasta el momento, Mick se ha largado junto a la extraterrestre a buscar tanto a Sara como la nave de la alien… y lo hacen a bordo de la Waverider, de forma que la serie pierde uno de sus dos elementos más relevantes: Gideon y la propia nave, dejándonos a todos abandonaos en la mansión de John… tengo bastante curiosidad por ver a dónde nos lleva esto.