Master of None – Moments in Love: para esto, mejor nada
Tras un lapso de cuatro años sin nuevos episodios, Master of None regresa mañana a Netflix con su tercera entrega, subtitulada Moments in Love. Aquí se acaban las buenas noticias. Tras haber visto esta temporada, creo que no me equivoco si digo que se va, desgraciadamente, a lo peor que he visto en 2021 hasta ahora.
NOTA: este artículo trata de la temporada de Master of None que se estrena mañana domingo en la plataforma, a la que hemos tenido acceso gracias a Netflix España. NO contiene spoilers.
Este periodo de tiempo sin una continuación de la serie estuvo condicionado por el hecho de que el creador y protagonista de la producción, Aziz Ansari, fue acusado de acoso sexual en 2019, lo que propició que la vuelta de la ficción se demorara. Si a eso le añadimos el 2020 con la pandemia que trastocó todos los planes de los conglomerados audiovisuales, nos plantamos en mayo de 2021, con el anuncio del regreso de la serie con un mes de antelación, casi de tapadillo, y en forma de una entrega reducida, y protagonizada por el personaje de Denise (Lena Waithe).
Dev no es el centro de atención este año. Sale en contadas ocasiones, y el peso de la historia recae en la vida sentimental de Denise. ¿Sabéis cuál es el problema? Que a mí no me interesa este personaje. Quizá si esta entrega se hubiese planteado de otra forma, pues igual hubieran captado mi atención, pero es que Moments in Love es el tedio hecho serie.
Es difícil transmitir lo que se siente cuando te plantas delante de la pantalla de turno y te pones a ver lo nuevo de Master of None. Voy a intentarlo con algunos ejemplos: mientras estaba en pleno visionado de los episodios, tenía de fondo en otra pantalla un partido de fútbol, entre dos equipos que no se jugaban nada, y acabé prestando más atención al encuentro que a lo que pasaba con Denise y su pareja, Alicia. Pero lo peor es que podía estar veinte minutos solo mirando el partido y luego volver mi mirada hacia la serie, y no me había perdido nada.
Otra situación: un personaje compra muchas cosas, vacía la bolsa y amontona todo, mientras lo va trasladando al lugar donde lo pretende almacenar. Así durante casi tres minutos. Entiendo lo que quieren hacer aquí, y el mensaje que quieren enviar al espectador, pero con una demostración mucho más breve también lo captamos; y así, con muchas otras escenas más durante la entrega.
Una cosa le reconozco a Master of None: ha sabido lograr que cinco capítulos me hayan parecido cinco años. Hay tres que duran menos de media hora, y dos que casi alcanzan los sesenta minutos. Pero la sensación cuando los ves es que has pasado como hora y media para los cortos, y unas tres horas para los largos. Quizá destacaría más el cuarto, que es algo mejor que los otros, pero es complicado salvar una entrega con un solo capítulo decente.
Moments in Love ha hecho justicia al nombre original de la serie, Maestro de Nada, de la Nada más absoluta. Quizá haya gente a la que le guste esta entrega, porque pedían más espacio para el personaje de Denise, pero es que me cuesta creer que haya defensores de esta temporada, aún siendo fans de ella. Netflix nos ha intentado colar un spin-off, para ver qué grado de aceptación tendría en caso de que Ansari no pudiera continuar como el protagonista si aparecieran otros casos comprometidos, o si simplemente este nuevo enfoque tuviera éxito. Si me preguntaran, yo lo tengo claro: cuando volváis a la verdadera Master of None, me avisáis. Mientras tanto, os podéis ahorrar un esqueje (toma ya, Fundéu) que no pedí.
Lo peor de todo es que veníamos de la maravillosa segunda temporada, que para mí fue una de las mejores cosas que nos brindó la televisión en 2017, y nos sueltan semejante plomazo de continuación, o spin-off, o como queráis llamarlo. Sinceramente, para esto, mejor nada. Para volver así, que la hubieran cancelado y nos quedamos todos con el recuerdo de una serie corta, con una primera entrega buena y una segunda preciosa, altamente recomendable para todos los seriéfilos. Ahora, mi discurso será aconsejar a la gente que vean ésas dos, e ignoren Moments in Love. No suelo tener la sensación al ver series de que estoy perdiendo minutos de mi vida, pero esta vez sí la he tenido. Y eso que solo eran cinco episodios que entre los tres suman alrededor de tres horas; casi tengo que agradecérselo a Netflix.
PD: los que defendéis que cuando una plataforma establece el embargo el mismo día del estreno de la serie es porque la ficción de marras es mala, aquí tenéis la excepción. El embargo se levantó el miércoles y no hay por donde coger la entrega.