Lucifer (temporada 5B): el legado de Dios
Sí, he hecho una gracia con otro título reciente de Netflix (del que ya hablamos en un programa), que supongo que no tendréis que calentaros mucho la cabeza para identificar. En cualquier caso, me ha venido como anillo al dedo para hacer referencia a lo que os vais a encontrar en la segunda tanda de episodios de la quinta temporada de Lucifer, lo que supone la llegada de Dios a la serie. Ya he podido ver la entrega, y a continuación tenéis mi opinión.
NOTA: este artículo trata sobre los capítulos finales de la quinta de Lucifer, a los que hemos tenido acceso gracias a Netflix. NO contiene spoilers de la trama.
Porque es que reanudamos la acción justo donde la dejamos en la temporada 5A, con Dios haciendo acto de presencia y dejando a más de uno con la mandíbula por el suelo. En agosto la incluí como una de las series más destacadas de ese mes, y lo cierto es que en esta ocasión dudo seriamente que lo haga en el artículo correspondiente de mayo. No me malinterpretéis; me gusta Lucifer, y disfruto con sus episodios. Pero creo que Netflix ha caído en el error que suelen caer más de una cadena/plataforma: extender demasiado un producto.
El paso de FOX a Netflix fue la tabla de salvación para muchos de los fans de la serie. No en vano, la trama se quedó en un punto de lo más interesante, y esa decisión de la cadena original fue un jarro de agua fría para los que la veíais semanalmente. Yo me incorporé ya cuando estaba en la plataforma streaming, y reconozco que el paso de una a otra le sentó bien, propiciado en buena parte porque solo fueron diez episodios, más largos, eso sí, pero lejos de los veintitantos habituales. Y en la quinta, por unas razones o por otras, nos encontramos con una trama que en una extensión similar podría haber servido mucho mejor.
Porque todo lo que pasa en la 5A y la 5B se podría haber resumido bastante mejor en 10-13 capítulos, en lugar de 16. Encima, los capítulos que llegan hoy son más extensos de lo que creo que nos tenían acostumbrados y, in my opinion, innecesariamente. Muchos de ellos se me hicieron algo pesados, y los casos sueltos que nos contaban, para lo único que servían (como ha sido habitual desde el arranque de la ficción) era para hacer la comparativa con la trama angelical de Lucifer y cía, y muchas veces resultan algo cargantes, cuando lo que quieres ver es cómo continúa lo que concierne a la familia de nuestro ángel caído favorito.
Por destacar algo positivo, sin duda me ha parecido un acierto la incorporación de Dennis Haysbert como Dios, no ya por el hecho de ser un gran actor, y realizar un muy buen papel como la deidad católica, sino por la reunión a la que los fans de 24 hemos asistido, dado que este actor dio vida a David Palmer, y D.B. Woodside, que interpreta a Amenadiel, fue en la misma serie Wayne Palmer, su hermano; es una agradable coincidencia, y me ha gustado que tuvieran ese detalle, porque me imagino que no habrá sido fruto de la casualidad.
La extensión de la temporada y los episodios conlleva otra cosa: más espacio para otros personajes que no sean Lucifer y Chloe, como por ejemplo Linda y Dan, que tienen capítulos propios y margen para crecer más todavía, por si alguien dudaba de ello a estas alturas. Ah, por si no lo sabíais, hay un capítulo musical. A mí me ha gustado, pero dejaré que seáis vosotros los que saquéis vuestras propias conclusiones, porque sobre la inclusión de este tipo de episodios en series que no son eminentemente líricas siempre causa división entre los espectadores; por mi parte, creo que está bien traído y nos ofrecen algunos números muy chulos, al margen de disfrutar de la voz de Tom Ellis, que destaca por encima del resto.
Y quizá lo más importante de todo (para mí, que ya sé que para muchos es el Deckerstar; tranquilos, tenéis buena ración): el drama familiar. Con estos episodios, ahora sí, se transmite la sensación de que ya vamos hacia el final definitivo de la serie. Me ha gustado el enfoque que han hecho de todo el asunto, aunque es cierto que queda demasiado en segundo plano en ciertos puntos de la entrega, para ser retomado hacia el final quizá con demasiada precipitación, pero en líneas generales quedo conforme con lo que he visto, y con lo que nos espera en la sexta y última.
La nueva parte de Lucifer trae de nuevo las sensaciones y el estilo de las etapas precedentes, aunque no exenta de algunos puntos negativos como ya he destacado. Con todo, sirve para prepararnos para el último arco de la trama, e ir construyendo el terreno para su despedida final.