Review The Mandalorian: Chapter Ten – The Passenger
Sinceramente, no sé cuánto me extenderé en esta review. Suelo ser alguien que se enrolla bastante cuando la ocasión lo merece, o es propicia para ello (y si no, también acabo extendiéndome de alguna forma u otra), pero es que este segundo episodio de la nueva entrega de The Mandalorian no da para mucho, la verdad. Vamos a ello.
También quiero dejar claro que si no destaco cada semana que los efectos especiales del capítulo en cuestión son una pasada, es porque lo doy por sentado que va a ser así, salvo cuando haya un despliegue de medios por una situación concreta, como la que vimos la semana anterior.
Si en el 2×01 estuvimos en un planeta desierto, Tatooine, hoy toca ir al extremo opuesto en cuanto a temperatura y paisaje se refiere, recurriendo al surtido de planetas clásicos de Star Wars, así que ha tocado ver uno helado. Nuestro héroe ha acabado allí con motivo de la continuación de su misión, encontrar más mandalorianos que le ayuden en la búsqueda de aquellos con los que la criatura pueda criarse y aprender a controlar sus poderes. Al regresar a Mos Eisley, Peli Motto, personaje al que vimos en la Season Premiere y conocimos el año pasado, le da la información a través de un contacto suyo de que hay un planeta en el que parece haber un reducto de mandalorianos.
Eso sí, a cambio de la información, debe llevar en la Razor Crest a una pasajera, que quiere llegar al planeta en cuestión para reunirse con su marido, y transporta a su prole, debiendo viajar a velocidad subluz, lo que ocasiona que tengamos un duelo Mandaloriano vs Burocracia Gubernamental: hablo de la recién estrenada Nueva República, que patrulla el sistema como quien está en la aduana de un país, controlando quién entra y quién sale. A todo esto, uno de los pilotos que aparecen en el episodio es el mismísimo Dave Filoni, que ya he mencionado muchas veces en estas reviews, responsable de la serie junto a Jon Favreau, y al que ya viéramos en la pasada temporada, precisamente en un episodio al que se alude al final de este 2×02, cuando le salvan el pellejo a Mando.
Y es que el episodio tiene poco más, ya que al huir de las tropas republicanas, la Crest termina varada en mitad de un glaciar, en el que terminan encontrándose con más problemas, porque qué gracia tendría si no hubiera alguna movida cada semana. Si no os gustan las arañas, lo vais a pasar realmente mal viendo la parte de la cueva, porque la fauna que encuentran nuestros protagonistas resulta ser un nido de arácnidos, a cada cual más grande y más feo que el anterior.
Lo que destacaría de este The Passenger es que se amplía la variedad de razas y especies de criaturas en el universo Star Wars, empezando por el que jugaba contra Peli en la cantina, pasando por la pasajera, que no deja de ser una rana antropomorfa, y acabando con estas arañas de hielo si las queremos llamar así. Expandir la galaxia siempre es bueno, y al menos eso tenemos esta semana. Otra cosa que quiero comentar es la mayor participación del bebé, que hace cosas de niño pequeño, como lo que es: meterse en líos, comer más de la cuenta y de lo que no debería, y poner en apuros a papá Mando con sus travesuras.
Aunque entretenido, dudo que este episodio pase a la historia de The Mandalorian. Me atrevo a decir que quizá es de los más flojos de la serie hasta ahora. Pero ya quisieran muchas tener este nivel en sus puntos más bajos. La próxima semana más, y espero que mejor.
Hola
¿Por qué deben viajar a velocidad sub-luz?
Gracias
¡Hola!
Si no recuerdo mal de aquel episodio, deben utilizar ese método de viaje para conservar la carga (es decir, los huevos de la mujer que viaja con Mando y el niño), porque de utilizar los modos tradicionales, morirían las vainas que lleva la pasajera. No recuerdo que entraran en más detalles al respecto, simplemente que no podían usar los hiperpropulsores.
¡Gracias por leernos!