Review Agents of SHIELD: The Totally Excellent Adventures of Mack and the D
No había que ser un lince para saber cuál iba a ser el eje principal del episodio de esta semana, creo que tras la escena final del anterior y al leer el título del propio capítulo es más que evidente que son 40 minutos de Mack y Deke abandonados en los años 80, teniendo que buscarse la vida hasta que el Zephyr pueda dar con ellos. Veamos que más ha pasado.
Todo el episodio es una oda al cine de los 80, más por el estilo que por referencias directas, mezclando el tono de los filmes de acción, ciencia-ficción o slasher gore propios de la década … y haciéndolo bien, lo cual para mi es la mayor sorpresa ya que ni Mack (buen personaje pero que no es la alegría de la huerta y él solo no da para sostener la serie) ni Deke (que sobre todo en la temporada anterior, fue tan caricaturizado que ya no es ni una sombra de lo que podía haber sido, quedando relegado en la mayoría de las ocasiones a un intento de alivio cómico del grupo) son precisamente santos de mi devoción. Que estos dos lleven el peso por completo de un capítulo y que al terminar me haya parecido de los mejores de la temporada, era algo que no era capaz de imaginar.
Pero basta de cháchara, hablemos de lo que ha ocurrido en realidad esta semana. Tras perder el Zephyr en la escena final de la semana pasada, ambos quedan varados en 1982 y esto al sumarlo con el trauma de haber perdido a sus padres a manos de los Cronicroms hace que Mack se aisle del mundo durante casi un año. Deke intenta animarlo, pero se choca con la poca receptividad de Mack con cada intento. El querer ayudar a Mack no ha sido lo único que ha hecho, usando una banda de rock que plagia canciones que todavía no han salido en los 80’ como tapadera monta una especie de SHIELD de marca blanca.
¿Cómo vuelve a meter a Mack en todo esto? Pues usando a Coulson, quien sobrevivió a la explosión cargando sus datos en un disco duro y quien mantiene la teoría de que Sibyl pudo hacer exactamente los mismo y estar montando un ejército, lo cual como descubrimos en una escena inicial que es muy Halt and Catch Fire (serie que si no la habéis visto no será porque en este blog no hemos hablado maravillas de ella, puede que sea porque apoyáis a Hydra. Ya sabéis, cada persona que ve Halt and Catch Fire es un persona que no está a favor de Hydra) es totalmente cierto, utilizando un técnico para transferir su consciencia a una especie de robot muy acorde con la época.
Pese a todos los indicios, las nulas ganas de Mack de volver a la lucha y que el equipo de Deke no sean precisamente de primer nivel le llevan a darle la espalda de Deke, quien reconoce que su equipo necesita un líder de verdad que les haga aprender a ser unos agentes de SHIELD de verdad. Es aquí, cuando entran en acción los robots de Sibyl y el episodio se vuelve la mezcla de géneros con la que abrí la review (y que posiblemente nos regale los momentos más sangrientos de toda la serie), pues al verse atacados Mack ve la oportunidad de vengarse y recuerda quien es en realidad: el director de SHIELD.
A partir de aquí tampoco hay mucho más, alguna que otra muerte de la Deke Squad, Mack recuperando sus dotes de capitán y derrotando a unos Cronicroms, que pese a todo y sin que los protagonistas se den cuenta consiguen su objetivo de llevarse la corriente de tiempo para entregarsela a Nathaniel Mallick, quien como se podía prever sigue vivo.
Y con esto y con el Zephyr dando con ellos tras lo que han sido para Mack y Deke 20 meses, llegamos al final de un capítulo que contra todo pronóstico me ha convencido bastante. Supongo que la próxima semana tendremos otra ración más de los 80 pero con la plana mayor de SHIELD ya presente.